jueves, enero 17, 2019
Dostoyevski, en la lectura de Stefan Zweig (1)
"Abrid los cincuenta mil libros que Europa produce todos los años. ¿De
qué tratan? De cómo ser feliz. Una mujer ama a un hombre o alguien
aspira a ser rico, poderoso y respetado. En Dickens, al final de todos
los anhelos, se halla la idílica casita en el campo, llena de alegres
niños. En Balzac, el castillo, el título de par y los millones. Y si
miramos a nuestro alrededor, en la calle, en los tenduchos, en los
cuchitriles y en las salas iluminadas, ¿qué quiere la gente? Vivir
contenta, ser feliz, rica y poderosa. ¿Qué personaje de Dostoyevski
quiere esto? Ninguno. Ni uno solo. No quieren detenerse en ninguna
parte: ni siquiera en la felicidad. Todos quieren seguir corriendo,
todos tienen ese «corazón superior» que los atormenta. No les importa
ser felices. Les da igual estar satisfechos. Y esos extravagantes
desprecian ser ricos, más que ambicionarlo. No quieren nada de lo que
nuestra humanidad entera quiere. Poseen un «uncommon sense». No quieren
nada de este mundo" (Stefan Zweig, "Tres maestros").
martes, enero 23, 2018
Cartas a una desconocida (Nicanor Parra)
CARTAS A UNA DESCONOCIDA
Nicanor Parra
Cuando pasen los años, cuando pasen
Los años y el aire haya cavado un foso
Entre tu alma y la mía; cuando pasen los años
Y yo sólo sea un hombre que amó,
Un ser que se detuvo un instante frente a tus labios,
Un pobre hombre cansado de andar por los jardines,
¿Dónde estarás tú? ¡Dónde
Estarás, oh hija de mis besos!
(Poemas & antipoemas, 1954.)
Nicanor Parra
Cuando pasen los años, cuando pasen
Los años y el aire haya cavado un foso
Entre tu alma y la mía; cuando pasen los años
Y yo sólo sea un hombre que amó,
Un ser que se detuvo un instante frente a tus labios,
Un pobre hombre cansado de andar por los jardines,
¿Dónde estarás tú? ¡Dónde
Estarás, oh hija de mis besos!
(Poemas & antipoemas, 1954.)
miércoles, marzo 22, 2017
Desenlace (Derek Walcott)
DESENLACE
Derek Walcott
Yo vivo solo
al borde del agua sin esposa ni hijos.
He girado en torno a muchas posibilidades
para llegar a lo siguiente:
una pequeña casa a la orilla de un agua gris,
con las ventanas siempre abiertas
hacia el mar añejo. No elegimos estas cosas.
Mas somos lo que hemos hecho.
Sufrimos, los años pasan,
dejamos caer el peso pero no nuestra necesidad
de cargar con algo. El amor es una piedra
que se asentó en el fondo del mar
bajo el agua gris. Ahora, ya no le pido nada
a la poesía sino buenos sentimientos,
ni misericordia, ni fama, ni curación. Mujer silenciosa,
podemos sentarnos a mirar las aguas grises,
y en una vida inundada
por la mediocridad y la basura
vivir al modo de las rocas.
Voy a olvidar la sensibilidad,
olvidaré mi talento. Eso será más grande
y más difícil que lo que pasa por ser la vida.
(Traducción de Verónica Zondek en: Derek Walcott, Poemas, 1993.)
Derek Walcott
Yo vivo solo
al borde del agua sin esposa ni hijos.
He girado en torno a muchas posibilidades
para llegar a lo siguiente:
una pequeña casa a la orilla de un agua gris,
con las ventanas siempre abiertas
hacia el mar añejo. No elegimos estas cosas.
Mas somos lo que hemos hecho.
Sufrimos, los años pasan,
dejamos caer el peso pero no nuestra necesidad
de cargar con algo. El amor es una piedra
que se asentó en el fondo del mar
bajo el agua gris. Ahora, ya no le pido nada
a la poesía sino buenos sentimientos,
ni misericordia, ni fama, ni curación. Mujer silenciosa,
podemos sentarnos a mirar las aguas grises,
y en una vida inundada
por la mediocridad y la basura
vivir al modo de las rocas.
Voy a olvidar la sensibilidad,
olvidaré mi talento. Eso será más grande
y más difícil que lo que pasa por ser la vida.
(Traducción de Verónica Zondek en: Derek Walcott, Poemas, 1993.)
Winding up (Derek Walcott)
WINDING UP
Derek Walcott
I live on the water,
alone. Without wife and children,
I have circled every possibility
to come to this:
a low house by grey water,
with windows always open
to the stale sea. We do not choose such things,
but we are what we have made.
We suffer, the years pass,
we shed freight but not our need
for encumbrances. Love is a stone
that settled on the sea-bed
under grey water. Now, I require nothing
from poetry but true feeling,
no pity, no fame, no healing. Silent wife,
we can sit watching grey water,
and in a life awash
with mediocrity and trash
live rock-like.
I shall unlearn feeling,
unlearn my gift. That is greater
and harder than what passes there for life.
(Collected poems, 1986.)
Derek Walcott
I live on the water,
alone. Without wife and children,
I have circled every possibility
to come to this:
a low house by grey water,
with windows always open
to the stale sea. We do not choose such things,
but we are what we have made.
We suffer, the years pass,
we shed freight but not our need
for encumbrances. Love is a stone
that settled on the sea-bed
under grey water. Now, I require nothing
from poetry but true feeling,
no pity, no fame, no healing. Silent wife,
we can sit watching grey water,
and in a life awash
with mediocrity and trash
live rock-like.
I shall unlearn feeling,
unlearn my gift. That is greater
and harder than what passes there for life.
(Collected poems, 1986.)
miércoles, diciembre 07, 2016
La vida (Marcos Ana)
LA VIDA
Marcos Ana
¿La vida?
Decidme cómo es un árbol.
Decidme el canto de un río
cuando se cubre de pájaros.
Habladme del mar. Habladme
del olor ancho del campo.
De las estrellas. Del aire.
Recitadme un horizonte
sin cerradura y sin llaves,
como la choza de un pobre.
Decidme cómo es el beso
de una mujer. Dadme el nombre
del amor: no lo recuerdo.
¿Aún las noches se perfuman
de enamorados con tiemblos
de pasión bajo la luna?
¿O sólo queda esta fosa,
la luz de una cerradura
y la canción de mis losas?
Veintidós años... Ya olvido
la dimensión de las cosas,
su color, su aroma... Escribo
a tientas el mar, el campo...
Digo bosque y he perdido
la geometría de un árbol.
Hablo por hablar de asuntos
que los años me borraron.
(No puedo seguir: escucho
los pasos del funcionario.)
(Las soledades del muro, 1977.)
Marcos Ana
¿La vida?
Decidme cómo es un árbol.
Decidme el canto de un río
cuando se cubre de pájaros.
Habladme del mar. Habladme
del olor ancho del campo.
De las estrellas. Del aire.
Recitadme un horizonte
sin cerradura y sin llaves,
como la choza de un pobre.
Decidme cómo es el beso
de una mujer. Dadme el nombre
del amor: no lo recuerdo.
¿Aún las noches se perfuman
de enamorados con tiemblos
de pasión bajo la luna?
¿O sólo queda esta fosa,
la luz de una cerradura
y la canción de mis losas?
Veintidós años... Ya olvido
la dimensión de las cosas,
su color, su aroma... Escribo
a tientas el mar, el campo...
Digo bosque y he perdido
la geometría de un árbol.
Hablo por hablar de asuntos
que los años me borraron.
(No puedo seguir: escucho
los pasos del funcionario.)
(Las soledades del muro, 1977.)
martes, noviembre 01, 2016
Para una visión (fragmento)
PARA UNA VISIÓN (fragmento)
Rodolfo Hinostroza
IV
& las fragantes fiestas de la libido
flores sobre la mar
y la belleza rubia desnuda entre tus brazos
pero unos ojos en el aire tibio
vidi la donna che pria m'appario
velatta sotto l'angelica festa
& el cambio de parejas bajo el Sol
instante alado
gestos retardados en el tiempo
vuelta a los verdaderos principios
el acercamiento natural de los animales
más emanación que olfato
pura forma de energía que volará se esparcirá
entre los campos entre la gente
el cuerpo múltiple
el amor incrementado inagotablemente
no la pareja en el eterno binomio
no la ruptura salvaje la lesión de la libido
pero
leche sobre la hierba
entre niños
amoroso retorno sin principio ni fin.
(Contra natura, 1971.)
Rodolfo Hinostroza
IV
& las fragantes fiestas de la libido
flores sobre la mar
y la belleza rubia desnuda entre tus brazos
pero unos ojos en el aire tibio
vidi la donna che pria m'appario
velatta sotto l'angelica festa
& el cambio de parejas bajo el Sol
instante alado
gestos retardados en el tiempo
vuelta a los verdaderos principios
el acercamiento natural de los animales
más emanación que olfato
pura forma de energía que volará se esparcirá
entre los campos entre la gente
el cuerpo múltiple
el amor incrementado inagotablemente
no la pareja en el eterno binomio
no la ruptura salvaje la lesión de la libido
pero
leche sobre la hierba
entre niños
amoroso retorno sin principio ni fin.
(Contra natura, 1971.)
miércoles, octubre 12, 2016
Idilio (Francisco De Quevedo)
IDILIO
Francisco De Quevedo y Villegas
Los que con las palabras solamente
Freno ponéis de Júpiter al rayo;
Los que podéis vestir de luto a mayo
Y anochecer al sol en el Oriente.
Los que apeáis la luna de su coche
Para que espuma escupa en vuestras yerbas;
Los que con voces alcanzáis las ciervas;
Los que hurtáis las estrellas a la noche.
Los que quitáis a Marte de la mano
La dura espada sin temer su filo;
Los que alargar podéis el mortal hilo
Y desnudar de rosas al verano.
Si vuestras artes procuráis que crea
Y que podéis hacer lo que he contado,
Haced que amando a Tirse viva amado
Y que tratable de mi amor la vea.
Cuando de que me vi libre me acuerdo,
Cuya memoria en daño me redunda,
Por romperla, sacudo la coyunda
Y la maroma, por soltarme, muerdo.
Fábula soy del vulgo y de la gente,
Que de Amor con mi ejemplo se rescata,
Cuando con igual fuerza me maltrata
El bien pasado y el dolor presente.
Antes que te rindiera mis despojos
Y antes que te mirara, Gloria mía,
Yo confieso de mí que no entendía
El secreto lenguaje de los ojos.
Pasaba el tiempo en ejercicios rudos,
El oro despreciando y los zafiros;
Nunca les hallé lengua a los suspiros,
Porque pensé hasta ahora que eran mudos.
Y antes que viera del Amor las lides,
Nunca pude creer que se tornaba,
En cada mujer débil que lloraba,
Cada pequeña lágrima un Alcides.
Jamás imaginé llegar a estado,
Que temiendo le fuese concedido
Remedio a mi dolor, tan bien nacido,
No le osase pedir desesperado.
Mas después que te vi, Señora mía,
Supe, siendo mortal, sujeto a muerte,
Hacer contra mí propio un Dios tan fuerte
Que pone al Cielo ley su valentía.
Supe de Amor, en el tormento y potro,
Después de darte victoriosas palmas,
Hallar en la afición para las almas
El pasadizo que hay de un cuerpo a otro.
(El Parnaso español, 1648.)
Francisco De Quevedo y Villegas
Los que con las palabras solamente
Freno ponéis de Júpiter al rayo;
Los que podéis vestir de luto a mayo
Y anochecer al sol en el Oriente.
Los que apeáis la luna de su coche
Para que espuma escupa en vuestras yerbas;
Los que con voces alcanzáis las ciervas;
Los que hurtáis las estrellas a la noche.
Los que quitáis a Marte de la mano
La dura espada sin temer su filo;
Los que alargar podéis el mortal hilo
Y desnudar de rosas al verano.
Si vuestras artes procuráis que crea
Y que podéis hacer lo que he contado,
Haced que amando a Tirse viva amado
Y que tratable de mi amor la vea.
Cuando de que me vi libre me acuerdo,
Cuya memoria en daño me redunda,
Por romperla, sacudo la coyunda
Y la maroma, por soltarme, muerdo.
Fábula soy del vulgo y de la gente,
Que de Amor con mi ejemplo se rescata,
Cuando con igual fuerza me maltrata
El bien pasado y el dolor presente.
Antes que te rindiera mis despojos
Y antes que te mirara, Gloria mía,
Yo confieso de mí que no entendía
El secreto lenguaje de los ojos.
Pasaba el tiempo en ejercicios rudos,
El oro despreciando y los zafiros;
Nunca les hallé lengua a los suspiros,
Porque pensé hasta ahora que eran mudos.
Y antes que viera del Amor las lides,
Nunca pude creer que se tornaba,
En cada mujer débil que lloraba,
Cada pequeña lágrima un Alcides.
Jamás imaginé llegar a estado,
Que temiendo le fuese concedido
Remedio a mi dolor, tan bien nacido,
No le osase pedir desesperado.
Mas después que te vi, Señora mía,
Supe, siendo mortal, sujeto a muerte,
Hacer contra mí propio un Dios tan fuerte
Que pone al Cielo ley su valentía.
Supe de Amor, en el tormento y potro,
Después de darte victoriosas palmas,
Hallar en la afición para las almas
El pasadizo que hay de un cuerpo a otro.
(El Parnaso español, 1648.)
domingo, octubre 09, 2016
Mujeres (Tomás Segovia)
MUJERES
Tomás Segovia
Conversan las mujeres al crepúsculo
Con los brazos cruzados
Con los ojos ociosos
Las que escuchan atienden
A un tiempo íntimamente y lejanísimas
En paz consigo mismas
A sí mismas devueltas por esa voz ajena
Que toma la palabra y en ella envuelto el mundo
Y pone a las oyentes en la orilla
Donde la vida al fin queda al alcance
Donde el coloquio es tibieza y abrigo
Donde el murmullo llega como en sueños
Pero está uno despierto
Y en un silencio que se vuelca afuera
Por fin el habla calla
Y es la escucha quien habla
La escucha donde es dicho
Lo que ninguno dice
Lo que toda intención ya desfigura
Y entonces son el sitio salvador
Donde la especie misma se llama la Hechizada
La Atenta Taciturna la Fascinada Muda
La Sedienta de Voces la Absorta Escuchadora
Se pasan luego la palabra unas a otras
Y va de boca en boca
Un lenguaje feliz manoseado
Mal fajado aturdido cosquilloso
No dicen nada soban las palabras
Se dejan entibiar por su licor el pecho
No dicen nada dicen que hay la vida
Dicen que hay fatalmente
Los relatos que crecen de nosotros
Como uñas o cabellos
No dicen nada por que todo corra
Por no parar su vida con palabras
Ni obcecar sus palabras de contusas acciones
Y ahora en ellas la especie se llama la Habladora
La Horneadora de Relatos
La Narradora Engañadora de la Muerte
La Incansable Hipnotista
Y ellas puestas por un rato a salvo
Con el rostro lavado en el olvido
Las manos dormitando en el regazo
Devanan el ovillo interminable
Tejen en círculo entre todas
Con inasibles ondas una red disipable
Por la que todo pasa y todo escapa
No quieren apresar su vida
No quieren poseerse en un relato
No tienen nada que salvar de la ignorancia
Hablan para ponerle un corazón al tiempo
Hablan por el manar y el devanar
Y en verdad es allí
no en las palabras
En el tiempo por ellas amaestrado
Que en las palabras danza
Una morosa danza aburrida y tiránica
Donde aprenden sus vidas a ser graves
A no ir a ningún sitio
Siendo el sitio de todo partir a todo sitio
A ser sombra y aroma de todos los relatos
Sin haber sido nunca relatadas
Conversan las mujeres para nada
Desde mi propia fiesta de palabras
Yo saludo su lenta ceremonia
Su juego de un misterio tan antiguo
Que se ha hecho invisible
Saludo su tranquila certidumbre
Con un saludo menos indudable
Mas desde una distancia
Tan tenebrosamente antigua
Como la gruta oculta y caldeada
Donde veo que están sentadas
Desde siempre
Charlando
(Casa del nómada, 1992.)
Tomás Segovia
Conversan las mujeres al crepúsculo
Con los brazos cruzados
Con los ojos ociosos
Las que escuchan atienden
A un tiempo íntimamente y lejanísimas
En paz consigo mismas
A sí mismas devueltas por esa voz ajena
Que toma la palabra y en ella envuelto el mundo
Y pone a las oyentes en la orilla
Donde la vida al fin queda al alcance
Donde el coloquio es tibieza y abrigo
Donde el murmullo llega como en sueños
Pero está uno despierto
Y en un silencio que se vuelca afuera
Por fin el habla calla
Y es la escucha quien habla
La escucha donde es dicho
Lo que ninguno dice
Lo que toda intención ya desfigura
Y entonces son el sitio salvador
Donde la especie misma se llama la Hechizada
La Atenta Taciturna la Fascinada Muda
La Sedienta de Voces la Absorta Escuchadora
Se pasan luego la palabra unas a otras
Y va de boca en boca
Un lenguaje feliz manoseado
Mal fajado aturdido cosquilloso
No dicen nada soban las palabras
Se dejan entibiar por su licor el pecho
No dicen nada dicen que hay la vida
Dicen que hay fatalmente
Los relatos que crecen de nosotros
Como uñas o cabellos
No dicen nada por que todo corra
Por no parar su vida con palabras
Ni obcecar sus palabras de contusas acciones
Y ahora en ellas la especie se llama la Habladora
La Horneadora de Relatos
La Narradora Engañadora de la Muerte
La Incansable Hipnotista
Y ellas puestas por un rato a salvo
Con el rostro lavado en el olvido
Las manos dormitando en el regazo
Devanan el ovillo interminable
Tejen en círculo entre todas
Con inasibles ondas una red disipable
Por la que todo pasa y todo escapa
No quieren apresar su vida
No quieren poseerse en un relato
No tienen nada que salvar de la ignorancia
Hablan para ponerle un corazón al tiempo
Hablan por el manar y el devanar
Y en verdad es allí
no en las palabras
En el tiempo por ellas amaestrado
Que en las palabras danza
Una morosa danza aburrida y tiránica
Donde aprenden sus vidas a ser graves
A no ir a ningún sitio
Siendo el sitio de todo partir a todo sitio
A ser sombra y aroma de todos los relatos
Sin haber sido nunca relatadas
Conversan las mujeres para nada
Desde mi propia fiesta de palabras
Yo saludo su lenta ceremonia
Su juego de un misterio tan antiguo
Que se ha hecho invisible
Saludo su tranquila certidumbre
Con un saludo menos indudable
Mas desde una distancia
Tan tenebrosamente antigua
Como la gruta oculta y caldeada
Donde veo que están sentadas
Desde siempre
Charlando
(Casa del nómada, 1992.)
viernes, julio 08, 2016
Nombre verdadero
NOMBRE VERDADERO
Yves Bonnefoy
Nombraré desierto el castillo que fuiste,
noche esta voz, ausencia tu rostro,
y cuando te derrumbes en la tierra estéril
nombraré nada al relámpago que te arrebató.
Morir es un país que amabas. Llego
siempre por tus sombríos caminos.
Destruyo tu deseo, tu forma, tu memoria,
soy tu enemigo y no tendré piedad.
Te nombraré guerra y me tomaré
contigo las libertades de la guerra y sostendré
en mis manos tu rostro oscuro y surcado,
y en mi corazón ese país que ilumina la tormenta.
(Traducción: Una Pérez Ruiz; Círculo de Poesía, 28 de julio de 2012, http://circulodepoesia.com/2012/07/traduccion-yves-bonnefoy-por-una-perez-ruiz.)
Yves Bonnefoy
Nombraré desierto el castillo que fuiste,
noche esta voz, ausencia tu rostro,
y cuando te derrumbes en la tierra estéril
nombraré nada al relámpago que te arrebató.
Morir es un país que amabas. Llego
siempre por tus sombríos caminos.
Destruyo tu deseo, tu forma, tu memoria,
soy tu enemigo y no tendré piedad.
Te nombraré guerra y me tomaré
contigo las libertades de la guerra y sostendré
en mis manos tu rostro oscuro y surcado,
y en mi corazón ese país que ilumina la tormenta.
(Traducción: Una Pérez Ruiz; Círculo de Poesía, 28 de julio de 2012, http://circulodepoesia.com/2012/07/traduccion-yves-bonnefoy-por-una-perez-ruiz.)
Vrai nom
VRAI NOM
Yves Bonnefoy
Je nommerai désert ce château que tu fus,
nuit cette voix, absence ton visage,
et quand tu tomberas dans la terre stérile
je nommerai néant l’éclair qui t’a porté.
Mourir est un pays que tu aimais. Je viens
mais éternellement par tes sombres chemins.
Je détruis ton désir, ta forme, ta mémoire,
je suis ton ennemi qui n’aura de pitié.
Je te nommerai guerre et je prendrai
sur toi les libertés de la guerre et j’aurai
dans mes mains ton visage obscur et traversé,
dans mon cœur ce pays qu’illumine l’orage.
(Du mouvement et de l'immobilité de Douve, 1953.)
Yves Bonnefoy
Je nommerai désert ce château que tu fus,
nuit cette voix, absence ton visage,
et quand tu tomberas dans la terre stérile
je nommerai néant l’éclair qui t’a porté.
Mourir est un pays que tu aimais. Je viens
mais éternellement par tes sombres chemins.
Je détruis ton désir, ta forme, ta mémoire,
je suis ton ennemi qui n’aura de pitié.
Je te nommerai guerre et je prendrai
sur toi les libertés de la guerre et j’aurai
dans mes mains ton visage obscur et traversé,
dans mon cœur ce pays qu’illumine l’orage.
(Du mouvement et de l'immobilité de Douve, 1953.)
martes, enero 05, 2016
16/01/05
La pseudopsicología, la filosofía barata, el estoicismo mal entendido,
el budismo occidentalizado: desde todos los frentes nos recomiendan el
desapego. Uno de sus argumentos es convincente: las cosas son fugaces,
dejemos que se vayan. Pero yo quisiera decirme, sin razón, sin altura,
sin ningún argumento convincente: apégate, aférrate, retén lo fugaz, no
dejes que los seres huyan, abraza al momento mientras huye, no seas
sabio ni coherente ni emocionalmente estable, no aceptes que la vida se
acaba.
lunes, noviembre 16, 2015
Adoradores de la Luna
ADORADORES DE LA LUNA
Eric R. Dodds
Somos aquellos que la plena
realidad no alcanzaron,
y cuya carne es algo secundario,
y cuyas ideaciones no se crearon
para erigir sus tronos irreales
en una casa de esqueleto y sangre.
Por el cerebro errantes todo el día,
nos aturde la orgía
de penas y delicias de la carne
que hieren con sus risas y su llanto
el trémulo desdén de nuestro encanto.
Empero,
al relajarse la carnal tortura,
danzan velados
al son de raras cantinelas mudas
innúmeros espectros que importunan
la alta señora, la Vestal, la Luna:
"Oh virginal, oh luminosa Luna!
Ampara nuestros ruegos atenuados.
Oh pescadito del azul helado,
oh nadador de la estelar laguna,
vendrás a redimirnos pronto, Luna?"
(Traducción: Jorge Luis Borges; Grecia, año 3, núm. 40; Sevilla, febrero, 1920.)
Eric R. Dodds
Somos aquellos que la plena
realidad no alcanzaron,
y cuya carne es algo secundario,
y cuyas ideaciones no se crearon
para erigir sus tronos irreales
en una casa de esqueleto y sangre.
Por el cerebro errantes todo el día,
nos aturde la orgía
de penas y delicias de la carne
que hieren con sus risas y su llanto
el trémulo desdén de nuestro encanto.
Empero,
al relajarse la carnal tortura,
danzan velados
al son de raras cantinelas mudas
innúmeros espectros que importunan
la alta señora, la Vestal, la Luna:
"Oh virginal, oh luminosa Luna!
Ampara nuestros ruegos atenuados.
Oh pescadito del azul helado,
oh nadador de la estelar laguna,
vendrás a redimirnos pronto, Luna?"
(Traducción: Jorge Luis Borges; Grecia, año 3, núm. 40; Sevilla, febrero, 1920.)
The Moon-Worshippers
THE MOON-WORSHIPPERS
Eric R. Dodds
We are the partly real ones
Whose bodies are an accident,
Whose phantasies were never meant
To fix their unsubstantial thrones
Inside a house of blood and bones.
All day we creep about the brain,
Benumbed and deafened with the noise
Of carnal pains and carnal joys,
That thrust their stupid joy and pain
Across the peace of our disdain.
But when the grosser senses swoon,
Then with dances privily
And the wordless litany
A million ghosts will importune
Our vestal mistress, Lady Moon:
"O undefiled, O lucid Moon!
Hear our attenuated cry!
O little fish of the cold sky,
O swimmer of the void lagoon,
O Moon, shall our release be soon?"
(Coterie, issue 3; London, December, 1919.)
Eric R. Dodds
We are the partly real ones
Whose bodies are an accident,
Whose phantasies were never meant
To fix their unsubstantial thrones
Inside a house of blood and bones.
All day we creep about the brain,
Benumbed and deafened with the noise
Of carnal pains and carnal joys,
That thrust their stupid joy and pain
Across the peace of our disdain.
But when the grosser senses swoon,
Then with dances privily
And the wordless litany
A million ghosts will importune
Our vestal mistress, Lady Moon:
"O undefiled, O lucid Moon!
Hear our attenuated cry!
O little fish of the cold sky,
O swimmer of the void lagoon,
O Moon, shall our release be soon?"
(Coterie, issue 3; London, December, 1919.)
lunes, junio 22, 2015
La infinita red de Indra
"El infinito Indra extiende infinitamente una red infinita hecha de joyas infinitas que se propaga en todas direcciones. Cada joya refleja a todas las joyas de la red. En cada una de las infinitas facetas o caras de una joya que Indra escoge al azar (y las toma a todas en un instante ubicuo y simultáneo: para eso es un dios), tendríamos que mirar, desconocidos y abismados, la infinidad del resto de las joyas; y el resto de caras y joyas reflejarse una en cada otra. Esta fábula breve y extenuante quiere decir que, aun cuando interpretamos los fenómenos de la existencia como sucesos independientes, separados y distintos, la verdad es que cada sujeto y cada acontecimiento se comunica con los demás a través del espacio y del tiempo. El suceso individual se realiza por gracia colaborativa de los demás sucesos individuales y, a su vez, influye en el conjunto; y ni la joya ni la red de joyas tendrían ser sin esta dependencia. Uno es Todo. Todo es Uno".
jueves, mayo 14, 2015
Sobre nuestra moral poética
SOBRE NUESTRA MORAL POÉTICA
Roque Dalton
No confundir, somos poetas que escribimos
desde la clandestinidad en que vivimos.
No somos, pues, cómodos e impunes anonimistas:
de cara estamos contra el enemigo
y cabalgamos muy cerca de él, en la misma pista.
Y al sistema y a los hombres
que atacamos desde nuestra poesía
con nuestra vida les damos la oportunidad de que se cobren,
día tras día.
(Poemas clandestinos, 1975.)
Roque Dalton
No confundir, somos poetas que escribimos
desde la clandestinidad en que vivimos.
No somos, pues, cómodos e impunes anonimistas:
de cara estamos contra el enemigo
y cabalgamos muy cerca de él, en la misma pista.
Y al sistema y a los hombres
que atacamos desde nuestra poesía
con nuestra vida les damos la oportunidad de que se cobren,
día tras día.
(Poemas clandestinos, 1975.)
Como tú
COMO TÚ
Roque Dalton
Yo, como tú,
amo el amor,
la vida,
el dulce encanto de las cosas,
el paisaje celeste de los días de enero.
También mi sangre bulle
y río por los ojos
que han conocido el brote de las lágrimas.
Creo que el mundo es bello,
que la poesía es como el pan,
de todos.
Y que mis venas no terminan en mí,
sino en la sangre unánime
de los que luchan por la vida,
el amor,
las cosas,
el paisaje y el pan,
la poesía de todos.
(Poemas clandestinos, 1975.)
Roque Dalton
Yo, como tú,
amo el amor,
la vida,
el dulce encanto de las cosas,
el paisaje celeste de los días de enero.
También mi sangre bulle
y río por los ojos
que han conocido el brote de las lágrimas.
Creo que el mundo es bello,
que la poesía es como el pan,
de todos.
Y que mis venas no terminan en mí,
sino en la sangre unánime
de los que luchan por la vida,
el amor,
las cosas,
el paisaje y el pan,
la poesía de todos.
(Poemas clandestinos, 1975.)
Alta hora de la noche
ALTA HORA DE LA NOCHE
Roque Dalton
Cuando sepas que he muerto no pronuncies mi nombre
porque se detendría la muerte y el reposo.
Tu voz, que es la campana de los cinco sentidos,
sería el tenue faro buscado por mi niebla.
Cuando sepas que he muerto di sílabas extrañas.
Pronuncia flor, abeja, lágrima, pan, tormenta.
No dejes que tus labios hallen mis once letras.
Tengo sueño, he amado, he ganado el silencio.
No pronuncies mi nombre cuando sepas que he muerto:
desde la oscura tierra vendría por tu voz.
No pronuncies mi nombre, no pronuncies mi nombre.
Cuando sepas que he muerto no pronuncies mi nombre.
(El turno del ofendido, 1962.)
Roque Dalton
Cuando sepas que he muerto no pronuncies mi nombre
porque se detendría la muerte y el reposo.
Tu voz, que es la campana de los cinco sentidos,
sería el tenue faro buscado por mi niebla.
Cuando sepas que he muerto di sílabas extrañas.
Pronuncia flor, abeja, lágrima, pan, tormenta.
No dejes que tus labios hallen mis once letras.
Tengo sueño, he amado, he ganado el silencio.
No pronuncies mi nombre cuando sepas que he muerto:
desde la oscura tierra vendría por tu voz.
No pronuncies mi nombre, no pronuncies mi nombre.
Cuando sepas que he muerto no pronuncies mi nombre.
(El turno del ofendido, 1962.)
martes, abril 21, 2015
Un arte
UN ARTE
Elizabeth Bishop
El arte de perder se domina fácilmente;
tantas cosas parecen decididas a extraviarse
que su pérdida no es ningún desastre.
Pierde algo cada día. Acepta la angustia
de las llaves perdidas, de las horas derrochadas en vano.
El arte de perder se domina fácilmente.
Después entrénate en perder más lejos, en perder más rápido:
lugares y nombres, los sitios a los que pensabas viajar.
Ninguna de esas pérdidas ocasionará el desastre.
Perdí el reloj de mi madre. Y mira, se me fue
la última o la penúltima de mis tres casas amadas.
El arte de perder se domina fácilmente.
Perdí dos ciudades, dos hermosas ciudades. Y aun más:
algunos reinos que tenía, dos ríos, un continente.
Los extraño, pero no fue un desastre.
Incluso al perderte (la voz bromista, el gesto
que amo) no habré mentido. Es indudable
que el arte de perder se domina fácilmente,
así parezca (¡escríbelo!) un desastre.
(Traducción: Andrea Garcés; revista El malpensante, núm. 128, marzo de 2012, http://www.elmalpensante.com/articulo/2402/un_arte.)
Elizabeth Bishop
El arte de perder se domina fácilmente;
tantas cosas parecen decididas a extraviarse
que su pérdida no es ningún desastre.
Pierde algo cada día. Acepta la angustia
de las llaves perdidas, de las horas derrochadas en vano.
El arte de perder se domina fácilmente.
Después entrénate en perder más lejos, en perder más rápido:
lugares y nombres, los sitios a los que pensabas viajar.
Ninguna de esas pérdidas ocasionará el desastre.
Perdí el reloj de mi madre. Y mira, se me fue
la última o la penúltima de mis tres casas amadas.
El arte de perder se domina fácilmente.
Perdí dos ciudades, dos hermosas ciudades. Y aun más:
algunos reinos que tenía, dos ríos, un continente.
Los extraño, pero no fue un desastre.
Incluso al perderte (la voz bromista, el gesto
que amo) no habré mentido. Es indudable
que el arte de perder se domina fácilmente,
así parezca (¡escríbelo!) un desastre.
(Traducción: Andrea Garcés; revista El malpensante, núm. 128, marzo de 2012, http://www.elmalpensante.com/articulo/2402/un_arte.)
One art
ONE ART
Elizabeth Bishop
The art of losing isn’t hard to master;
so many things seem filled with the intent
to be lost that their loss is no disaster.
Lose something every day. Accept the fluster
of lost door keys, the hour badly spent.
The art of losing isn’t hard to master.
Then practice losing farther, losing faster:
places, and names, and where it was you meant
to travel. None of these will bring disaster.
I lost my mother’s watch. And look! my last,
or next-to-last, of three loved houses went.
The art of losing isn’t hard to master.
I lost two cities, lovely ones. And, vaster,
some realms I owned, two rivers, a continent.
I miss them, but it wasn’t a disaster.
—Even losing you (the joking voice, a gesture
I love) I shan’t have lied. It’s evident
the art of losing’s not too hard to master
though it may look like (Write it!) like disaster.
(Geography III, 1977.)
Elizabeth Bishop
The art of losing isn’t hard to master;
so many things seem filled with the intent
to be lost that their loss is no disaster.
Lose something every day. Accept the fluster
of lost door keys, the hour badly spent.
The art of losing isn’t hard to master.
Then practice losing farther, losing faster:
places, and names, and where it was you meant
to travel. None of these will bring disaster.
I lost my mother’s watch. And look! my last,
or next-to-last, of three loved houses went.
The art of losing isn’t hard to master.
I lost two cities, lovely ones. And, vaster,
some realms I owned, two rivers, a continent.
I miss them, but it wasn’t a disaster.
—Even losing you (the joking voice, a gesture
I love) I shan’t have lied. It’s evident
the art of losing’s not too hard to master
though it may look like (Write it!) like disaster.
(Geography III, 1977.)
domingo, enero 25, 2015
El hombre de nieve
EL HOMBRE DE NIEVE
Wallace Stevens
Uno debe tener espíritu de invierno
Para mirar la escarcha y las ramas
De los pinos cubiertos de nieve;
Y haber tenido frío durante mucho tiempo
Para contemplar los enebros goteando hielo,
Los toscos pinabetes en el distante brillo
Del sol de enero; y no pensar
En ninguna aflicción en el sonido del viento,
En el rumor de unas cuantas hojas,
Que es la voz de la tierra
Llena del mismo viento
Que sopla en el mismo lugar baldío
Para el oyente, quien oye en la nieve,
Y, él mismo nadie, contempla
Nada que no esté allí y la nada que allí está.
(Traducción: Miguel Ángel Flores; El hombre con la guitarra azul y otros poemas, 1988.)
Wallace Stevens
Uno debe tener espíritu de invierno
Para mirar la escarcha y las ramas
De los pinos cubiertos de nieve;
Y haber tenido frío durante mucho tiempo
Para contemplar los enebros goteando hielo,
Los toscos pinabetes en el distante brillo
Del sol de enero; y no pensar
En ninguna aflicción en el sonido del viento,
En el rumor de unas cuantas hojas,
Que es la voz de la tierra
Llena del mismo viento
Que sopla en el mismo lugar baldío
Para el oyente, quien oye en la nieve,
Y, él mismo nadie, contempla
Nada que no esté allí y la nada que allí está.
(Traducción: Miguel Ángel Flores; El hombre con la guitarra azul y otros poemas, 1988.)
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