Le agradezco al novelista Jaime Muñoz Vargas por llamarme a participar en las pláticas que el Instituto Coahuilense de Cultura ofrecerá en Torreón hoy, martes 27 de enero, y mañana, miércoles 28, a las 8 de la noche. Invitamos cordialmente a la gente de la Comarca Lagunera de Coahuila y Durango a visitar la sede regional del Icocult, ubicada en la esquina de las avenidas Colón y Juárez de la ciudad de Torreón, Coahuila. Muñoz Vargas redactó los siguientes textos de presentación.
Estimados amigos:
Espero que hayan arrancado muy bien el año.
Los invitamos a las actividades literarias del Icocult Laguna que hemos programado para la última semana de enero. Ojalá puedan acompañarnos. En los documentos adjuntos está la invitación icónica; abajo, el boletín, por si no desean abrir las imágenes. Recuerden que algunos de ustedes tienen un papel protagónico (como autores del colectivo) en la presentación del martes 27.
Un saludo cordial
Jaime Muñoz Vargas
rutanortelaguna.blogspot.com
Boletín
Ofrenda verbal para Enriqueta Ochoa
Varios escritores laguneros —por nacimiento o radicación— colaboraron para confeccionar el libro Coral para Enriqueta Ochoa, obra que será presentada el próximo 27 de enero a las 20:00 horas en el Icocult Laguna.
Como se sabe, la poeta torreonense murió a principios de diciembre de 2008 en la ciudad de México. Tenía 80 años y algunos meses antes gozó la fortuna de recibir un merecido homenaje nacional organizado en la capital del país. Asimismo, la editorial mexicana de mayor importancia, el Fondo de Cultura Económica, publicó su obra completa en un libro titulado Poesía reunida, lo que constituye sin duda el hito bibliográfico más importante que un lagunero haya marcado en la historia de las letras mexicanas.
Tras la muerte de la poeta se han sucedido diversos homenajes, y el Icocult Laguna ha querido sumarse a esos aplausos con una actividad que empata con el hacer de Enriqueta Ochoa: publicar un libro. Aunque pequeño en sus dimensiones, Coral para Enriqueta Ochoa contiene textos que evidencian el respeto, la admiración y el afecto que varios escritores de La Laguna tienen por la autora de Retorno de Electra.
La compilación, el prólogo y el cuidado de la edición correspondieron a Jaime Muñoz Vargas, asesor del área literaria en el Icocult Laguna. Los autores que colaboraron, con poemas o textos en prosa, son Angélica López Gándara, Antonio Álvarez Mesta, Daniel Lomas, Daniel Maldonado, Édgar Salinas, Enrique Sada, Fernando Martínez Sánchez, Frino, Gerardo de Jesús Monroy, Ivonne Gómez Ledesma, Jorge Valdés Díaz-Vélez, Julio César Félix, Luis Azpe Pico, Magdalena Madero, Nadia Contreras, Paulo Gaytán, Rosa Gámez Reyes-Retana, Saúl Rosales Carrillo y Vicente Alfonso. La entrada es libre. Habrá brindis.
Boletín
Conferencia sobre Literatura y responsabilidad social, con Gerardo de Jesús Monroy
Uno de los debates de más larga data en la historia de la literatura es el que plantea la esquemática disyuntiva entre el "arte purista" y el "arte comprometido". Para unos, los intelectuales no deben inmiscuirse en asuntos políticos ni ser voceros de nadie, salvo de su propia obra; para otros, la labor de quienes escriben debe estar estrechamente vinculada con el entorno donde nace la creación y denunciar atrofias que generan injusticia. De este tema conferenciará el escritor y periodista Gerardo de Jesús Monroy el miércoles 28 de enero a las 20:00 horas en el Icocult Laguna.
El ponente, quien nació en Monterrey en 1977, estudió ciencias biológicas en la Universidad Autónoma de Nuevo León. Radica en Torreón, Coah. Asiste al taller literario coordinado por Saúl Rosales en el teatro Isauro Martínez y es, además, articulista. En 2005 fue becario del programa Jóvenes Creadores de Nuevo León en el área de letras. El Instituto Coahuilense de Cultura editó en 2007 su primer libro, una selección de poemas titulada Algunas hojas. Parte de su trabajo periodístico y literario puede ser leído en el blog http://erathora.blogspot.com.
Poeta y lector asiduo de literatura, Monroy es asimismo un avezado comentarista de la coyuntura política, sobre todo la internacional. Esa combinación de intereses lo ha llevado a reflexionar con hondura en el papel que juegan los intelectuales en la sociedad actual, pues parece que hay una inercia de desactivación del interés por lo político en los escritores. La discusión es larga y polémica. Hay que escuchar posiciones. La cita es en el Icocult Laguna (Juárez y Colón). Entrada libre. Habrá brindis.
martes, enero 27, 2009
jueves, enero 15, 2009
Hombres de guerra
No he recibido contestación de la revista a la cual envié desde hace semanas el siguiente artículo, de modo que lo publico aquí, "en exclusiva" para el blog. Sin embargo, antes de ir a mi artículo convendría que el lector tuviera presente una carta que en diciembre se imprimió como inserción pagada en La Jornada y que he copiado para mi blog en este enlace.
Hombres de guerra
Gerardo de Jesús Monroy
erathora@gmail.com
The spoof
Los lectores de La Jornada saben que el endocrinólogo de ascendencia libanesa Alfredo Jalife-Rahme es un incansable perseguidor del "sionismo", vocablo que asocia a las peores lacras del Estado de Israel. Ciertas personas encuentran intolerables las elucubraciones de Jalife; para ellas, la aportación del domingo 7 del último diciembre (Las guerras de Obama, Ambrose Evans-Pritchard y Robert Gates) fue la gota que derramó el vaso: el viernes 19 respondieron con una inserción pagada dirigida a los administradores y a los lectores del periódico, donde acusan de racista al autor de la columna Bajo la lupa y sugieren su separación de las páginas de La Jornada. Los científicos Alejandro Frank Hoeflich y Olivia Gall Sonabend se asumen como responsables de la carta, titulada Contra el antisemitismo y que incluye entre sus firmantes a colaboradores de La Jornada (Arnoldo Kraus, Soledad Loaeza, René Drucker-Colín, Margo Glantz) y a prominentes miembros del star system intelectual y empresarial (Enrique Krauze Kleinbort, Alejandra Lajous, Jorge Castañeda, Héctor Aguilar Camín, Esther Shabot, Marta Lamas, Rosalbina Garavito, Juan Villoro y varias decenas de nombres famosos).
El día 7, Jalife-Rahme había consignado sus sospechas de que los atentados del 26 de noviembre de 2008 en Bombay, India, estuvieran directamente relacionados con la actual crisis económica mundial. Se atrevió a preguntar: "¿Propició la banca israelí-anglosajona la carnicería de Bombay con el fin de repatriar los capitales a Estados Unidos y revaluar artificialmente el dólar? ¿Apuesta Ambrose Evans-Pritchard a una tercera guerra mundial para capitalizar los ahorros de los inversionistas en Estados Unidos y GB [Gran Bretaña]?"
La segunda pregunta se deriva de una presunción que el analista económico Ambrose Evans-Pritchard presentó como afirmación en el periódico inglés Daily Telegraph el 30 de noviembre (World stability hangs by a thread as economies continue to unravel): "Si la atrocidad [los atentados] impulsa ahora hacia el poder al líder nacionalista indio Narendra Modi del lado de un resurrecto partido Bharatiya Janata (BJP), el sur de Asia, una vez más, afrontará una competición nuclear entre India y Pakistán". Evans concibe otras amenazas de conflictos armados (China contra Japón) o de descomposición económica (Rusia), de forma tal que su recomendación para los inversionistas es la predecible: apostar por "aquellos países que tengan una democracia profundamente arraigada, un fuerte sentido de solidaridad nacional, una probada aplicación de la ley —y portaaviones"; y finaliza: "Estados Unidos y Gran Bretaña no lucen tan mal después de todo".
Al doctor Jalife lo escandaliza la alta velocidad con que el comentarista inglés deduce un escenario nuclear a partir del retorno de los nacionalistas al gobierno indio. La exposición de este contexto nos permite juzgar con mejor claridad la primera pregunta de Jalife: ¿propició la banca la carnicería de Bombay?; sin embargo, él tropieza en medio de su escándalo e incurre en proposiciones tan riesgosas como la de la guerra atómica de Evans-Pritchard. Unifica mediante un adjetivo híbrido a los sistemas financieros de Estados Unidos e Inglaterra (casi nadie aparte de él, en todo el mundo, emplea el término "banca israelí-anglosajona") y, cuando le toca defender sus tesis (¿Seré 'antisemita' en verdad?, 21 de diciembre), expresa tajante y hasta arrogantemente: "Hechos: quizá lo oculten o ignoren [los acusadores de Jalife], pero el 'mayor estafador del mundo', el 'banquero israelí' Bernie Madoff, maneja(ba) los fondos del Mossad" (el Mossad es la principal institución de inteligencia en Israel).
Por su manera de tratar el asunto de Bombay, el buen doctor había sido acusado de ejercer una labor desinformadora; al complicar al Mossad con Bernard Madoff en la trama de sus sospechas, terminó acreditando como cierta la acusación de indolencia. Los peces —este dicho circula entre pescadores— mueren por abrir la boca.
No se ha revelado hasta este momento, por ningún medio, ni una sola razón confiable para relacionar a Madoff con el Mossad; si la hubiera, Jalife no la muestra. En el colmo de la falta de pruebas, cándidamente pretende validar (21 de diciembre, artículo citado) como fuente de información a The Spoof, un portal de internet (thespoof.com) que sí traza la relación anhelada; sólo que el texto de referencia es —igual que todos los de The Spoof— satírico, paródico y enteramente ficticio, y así se avisa en el sitio con reiterados pies de página. Un compañero suyo en La Jornada, Adolfo Gilly, le hizo ver a Jalife que la traducción de spoof es broma, parodia, tomadura de pelo (sección El correo ilustrado, diciembre 22).
Otra fuente mencionada por el médico (El correo ilustrado, diciembre 23) es una incierta Sorcha Faal, una (supuesta) monja (no católica) cuyo currículo oficial —visible en el website whatdoesitmean.com— abarca desconcertantes estudios "sobre la estructura esotérica del ADN" (¡archirrequeterrecontrasic!, como gusta exclamar Jalife).
El buen doctor es un mal periodista. A partir de esta tomadura de pelo (spoof), sus lectores (suponiendo que todavía le quede alguno) no podrán pensar en él sin sentir pena. Se ha convertido en el hazmerreír de sus colegas.
Para ser sincero (en periodismo la sinceridad de quien opina debería ser una obligación), al comprobar los disparates de Jalife me paralizó la sorpresa; después me eché a reír por no cortos minutos, pero mi último estado fue de enojo. La izquierda hispanoamericana tiene a Jalife-Rahme por investigador serio, comprometido con la crítica al sistema capitalista global y con la defensa de causas poco atendidas por otros periodistas, como la resistencia de millones de ciudadanos a que las ganancias de la explotación del petróleo mexicano pasen a manos de unos cuantos particulares. Jalife es asesor para temas petroleros del líder social Andrés Manuel López Obrador —la bête noire de la prensa nacional— y podemos prever que su desbarre será aprovechado con presteza por los interesados de siempre en aminorar la importancia del movimiento que representa López Obrador. No necesitan demasiada astucia los enemigos de La Jornada para aprovechar, también ellos, el vergonzoso evento, ni le falta interés a esa clase pudiente prevenida hasta contra los rojos más tenues. Tampoco faltan interés y astucia a quienes, durante los últimos años, han hecho lo posible por extender entre la burguesía el prejuicio de que la vecindad de islamitas o árabes en las sociedades modernas implica un peligro para la cultura occidental.
Contra el "semitismo" antisemita
Lo dice Abraham Nuncio en un mensaje que La Jornada reprodujo el 26 de diciembre (El correo ilustrado); la causa de la carta del día 19 es "una anticausa: la del chantaje de un antisemitismo a modo inventado por los tiburones de la ideología glamorizada, las finanzas y la guerra". No estoy de acuerdo con otras formulaciones de Nuncio (los absurdos aplausos que en su imaginación les brindó Tel Aviv a quienes acusaron a Jalife), pero la descripción de "tiburones de la ideología glamorizada" les sienta bien a algunos de los que rubrican Contra el antisemitismo.
Dentro del Fórum de las Culturas celebrado en 2007 en Monterrey, el segundo de los debates, promovidos por Enrique Krauze, fue distinguido con esta interrogación: ¿es compatible con la democracia la religión musulmana? Uno echa de menos la celebración de debates similares donde no sólo a los musulmanes se les cuestione en relación con la democracia, sino también a la cristiandad y a la judeidad; después de todo, en aras de una defensa tremenda de la civilización cristiana se está inmolando desde hace 5 años a un pueblo del Islam. La guerra contra Irak fue condenada como ilícita por el Secretario General (1997-2006) de la ONU, Kofi Annan, pues Estados Unidos, el país agresor, no contó con la autorización del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. ¿Es democrático el desprecio con que mira el imperio cristiano a la comunidad mundial? Por cierto que Krauze fue el más elocuente abogado en México de la invasión a Irak: durante sus entrevistas de 2003 con José Gutiérrez Vivó en el programa radiofónico Monitor, propuso que nuestro país ayudara a Estados Unidos a conseguir el visto bueno de la ONU hacia la anunciada excursión bélica de George Bush II; a cambio de la complicidad mexicana, el gobierno de Bush suscribiría con el de Vicente Fox un acuerdo migratorio que nos fuera favorable. Cambiar sangre por sangre, sufrimiento por sufrimiento, es lo que nos proponen defensores del occidente cristiano como Enrique Krauze, su hijo León, Jorge Castañeda o Claudio X. González. Sin embargo no he visto, a lo largo de estos años de guerra, ningún desplegado multitudinario en Letras Libres que reprenda a su director por la sorprendente sugerencia de permutar vidas mexicanas y muertes iraquíes.
En el número 57 (septiembre de 2003) de la revista dirigida por su padre, León Krauze Turrent presenta un experimento narrativo (Conversación en Al Qa'im), mediocre en lo literario y amarillo en lo periodístico, donde dos personajes, nombrados con pobre ingenio OBL y SH (¿de quiénes se tratará?), discurren cómo obligar a "rendir cuentas ante el Creador" a "los infieles, con sus aliados israelitas" (sic). Krauze Jr. hace suyo el sinsentido de Bush II y vincula con Al Qaeda a Saddam Hussein, y de pasadita a Bassar Al Assad: "yo ya he escondido lo que hay que esconder [...], sobre todo en Siria", se explaya SH. "Alá es grande: no todo el régimen de Assad teme a los perros americanos. No olvide usted al canciller Al-Shar'a. Pregunte a las personas correctas, y ellas le indicarán dónde encontrar lo que usted necesita para borrar del planeta a los americanos y hundir a los zionistas [sic] en el mar". León Krauze llega así a extremos comparables a los del libelo Los Protocolos de los Sabios de Sión, "panfleto antisemita creado en Rusia a fines del siglo XIX y utilizado en forma destacada por el régimen nazi, donde se acusa al pueblo judío de planear el control del mundo a través de todo tipo de acciones criminales", de acuerdo con el informado resumen incluso en Contra el antisemitismo. Sustitúyase "pueblo judío" por "pueblo árabe" y se obtendrá el retrato del antisemitismo contemporáneo: control del mundo, acciones criminales...
Semita —en esto no se equivoca Jalife (artículo de diciembre 21)— significa "perteneciente a los pueblos árabes y hebreos", porque árabes y hebreos tienen un padre común en la mitología bíblica: Sem, hijo de Noé. Cuando los Krauze, que se proclaman antibushistas, admiten junto a Bush la mentida conexión Osama Bin Laden-Saddam Hussein, no sólo cometen un error en calidad de investigadores: contribuyen, en medio de tensiones geopolíticas sumamente frágiles, a extender sospechas infundadas sobre los gobiernos medioorientales y sobre individuos cuyas acciones, para bien o para mal, le conciernen al mundo. Krauze Kleinbort y Krauze Turrent tienden velos sobre las dificultades auténticas y distraen al público con falsos problemas; distorsionan la realidad que viven los pueblos israelí y árabe (la realidad que afecta a los semitas, para decirlo en una palabra). Lo más peligroso: fomentan el miedo, el odio, el adormecimiento del raciocinio; inyectan prejuicios fanáticos en contra de palestinos, sirios e iraquíes: son, pues, culpables de antisemitismo. Objetivamente se convierten en sostenes de Bush, un líder que fue perjudicial para la sociedad estadunidense y para la sociedad humana. Los Krauze son hombres de guerra, no de paz.
Por desgracia, lo mismo tiene que decirse de otros firmantes de Contra el antisemitismo; por desgracia, algunos de ellos son judíos. Hombres de guerra y no de paz son los ya mencionados Jorge Castañeda y Héctor Aguilar Camín; el monopolista del pan (y del PAN) Lorenzo Servitje; la columnista de La Jornada Soledad Loaeza; la columnista de Excélsior Esther Shabot; la esposa de Enrique Krauze y madre de León, Isabel Turrent; Francisco Martín Moreno, José Woldenberg, Guillermo Sheridan...
Hombro con hombro combatiendo junto a tan conspicuos promotores de Bush (perdón: de la civilización occidental) encontramos a intelectuales de nula importancia intelectual (el izquierdista ambidiestro Carlos Monsiváis) y a algunas personas cuyo comportamiento no tiene más explicación sino el haber sucumbido a ese chantaje precisado por Nuncio, el de ese "antisemitismo" que tan perfectamente sirve de escudo ideológico a Israel.
Ayer fue nochebuena. Murió Samuel Huntington.
Cuando las palabras dejan de significar
Haciendo gala de simpleza, Olivia Gall amonesta a Jalife (El correo ilustrado, dic. 26): "usted es libre de no coincidir políticamente hablando con Enrique Krauze o con Jorge Castañeda (La Jornada, 9, 10, 14 y 18/04/08), quienes por cierto muchas ocasiones no coinciden entre sí. Sin embargo, 'adereza' usted siempre esta opinión haciendo alusión a los dos apellidos de ambos. ¿Acaso insinúa que Krauze y Castañeda pertenecen a lo que usted llama 'la internacional neofascista liberal' (¿?, La Jornada, 9/04/08) porque son judíos? Eso, señor Jalife, es antisemitismo, y no nos confundamos, todo mundo [sic] sabe lo que significa".
Hay que abandonar esa actitud paranoide de creer que si nos llaman por nuestro nombre completo nos hacen blanco del racismo. Hace dos años Víctor Toledo mencionó el segundo apellido de Enrique Krauze (Todos somos mesías tropicales, La Jornada, 15/12/06) y, pese a ser la discusión por completo ajena a la problemática israelí, él también fue tildado de antisemita por el aludido. El psicoanalista judío Alberto Sladogna escribe (El correo ilustrado, 27/12/08): "si Alfredo Jalife-Rahme se dignara designarme con mi doble apellido: Sladogna Ceimann, no vería en eso muestra de antisemitismo. ¿Cómo podría tomar como antisemita que se me recordara —se mentara, en todos los sentidos— el apellido judío de mi madre? Por el contrario, es algo de orgullo". Y su carta un ejemplo de higiene mental, añado de mi cosecha.
No todos saben qué significa antisemitismo y Gall parece también ignorarlo. De saberlo, ¿por qué no utiliza términos más apropiados, como antijudaísmo o judeofobia? ¿Nos permite la doctora Gall suponer que se debe a la fama del vocablo? ¿A las crueles evocaciones que suscita y estimulan emocionalmente al lector para coincidir, sin mayor análisis, con su punto de vista? La "internacional neofascista liberal" en la que Jalife-Rahme embute a Castañeda y a Krauze es una válida construcción ficticia, cuya ironía alude a las internacionales comunistas, y la doctora, como hija de internacionalistas, debió haberse dado cuenta. Pero Jalife también incluye en dicha "internacional" a Roger Noriega, José María Aznar y Vicente Fox, ninguno de los cuales es judío. Eso no es antisemitismo, no nos confundamos. Los textos de Jalife tienen muchos defectos, pero el racismo no se encuentra entre ellos; por lo menos no en los que cita Gall.
No perdamos de vista el punto de partida fijado por los propios Gall y Frank: el artículo de Jalife del 7 de diciembre, que constituye su respuesta crítica al de Evans-Pritchard del 30 de noviembre. En este último se da por muy probable un enfrentamiento nuclear (nuclear showdown) entre India y Pakistán, y enseguida se recomienda dejar de depositar dinero en países inestables (India) para trasladarlo a países "democráticos" (Estados Unidos e Inglaterra). Jalife se pregunta entonces si a los atacantes de Bombay no los habrá animado la intención específica de provocar una fuga de capitales en dirección de un Wall Street más hambriento que nunca de inversores. Consideremos ahora el nudo con que el destino de Israel ha sido atado por sus gobernantes a Estados Unidos. Jalife no lanza acusaciones de criminalidad sobre el pueblo judío: se hace una pregunta sobre los gobernantes de Israel, o sobre el sistema financiero de Israel; en cualquier caso una pregunta legítima sobre las acciones de un segmento minúsculo de la gente en Israel, no sobre todos los israelíes ni mucho menos sobre todos los judíos. La "adscripción" judía —se señala en Contra el antisemitismo— "no es necesariamente religiosa ni es ideológicamente uniforme", a lo que añadiríamos: "y rebasa al Estado de Israel, y a cualquier parte en que para su análisis se descomponga el Estado de Israel, sea esa parte la faceta religiosa del Estado, su actividad política o su sistema financiero". Qué ironía: uno de los suscriptores de Contra el antisemitismo, Humberto Musacchio, caracteriza a Jalife (Antisemitismo, judaísmo, prejuicio y racismo, Excélsior, dic. 25) como alguien que "asocia sin escrúpulo términos como israelí y judío". Esa inescrupulosa asociación es trazada por la doctora Gall en su reprimenda a Jalife del día 26.
Ha sido alta la tempestad del mar que separa a Jalife-Rahme y a sus críticos. Ha sido revoltosa la polémica. Presiento que proseguirá por varios días más. Entre las participaciones más interesantes que han esparcido los diarios, se acerquen o no a mi propio punto de vista, detecto Contra el antisemitismo (Arnoldo Kraus, La Jornada, dic. 24) y Contra la judeofobia (Miguel Ángel Granados Chapa, Reforma, dic. 24). En internet, Acerca del desplegado en La Jornada "Contra el antisemitismo" (Fernando Sánchez Cuadros, portales Rebelión y Tlaxcala, rebelion.org y tlaxcala.es, dic. 21).
Ya debería haber concluido este artículo. Quisiera no agregar ni una palabra más, pero me estoy enterando, apenas en este instante, del bombardeo israelí sobre Gaza. 100 bombas. 300 muertos. 1500 heridos. Pero el día no ha terminado.
Leo estos números más grandes que yo y pienso: dejar fuera de la palabra semita a los árabes, es una primera forma de desaparecerlos.
Hombres de guerra
Gerardo de Jesús Monroy
erathora@gmail.com
The spoof
Los lectores de La Jornada saben que el endocrinólogo de ascendencia libanesa Alfredo Jalife-Rahme es un incansable perseguidor del "sionismo", vocablo que asocia a las peores lacras del Estado de Israel. Ciertas personas encuentran intolerables las elucubraciones de Jalife; para ellas, la aportación del domingo 7 del último diciembre (Las guerras de Obama, Ambrose Evans-Pritchard y Robert Gates) fue la gota que derramó el vaso: el viernes 19 respondieron con una inserción pagada dirigida a los administradores y a los lectores del periódico, donde acusan de racista al autor de la columna Bajo la lupa y sugieren su separación de las páginas de La Jornada. Los científicos Alejandro Frank Hoeflich y Olivia Gall Sonabend se asumen como responsables de la carta, titulada Contra el antisemitismo y que incluye entre sus firmantes a colaboradores de La Jornada (Arnoldo Kraus, Soledad Loaeza, René Drucker-Colín, Margo Glantz) y a prominentes miembros del star system intelectual y empresarial (Enrique Krauze Kleinbort, Alejandra Lajous, Jorge Castañeda, Héctor Aguilar Camín, Esther Shabot, Marta Lamas, Rosalbina Garavito, Juan Villoro y varias decenas de nombres famosos).
El día 7, Jalife-Rahme había consignado sus sospechas de que los atentados del 26 de noviembre de 2008 en Bombay, India, estuvieran directamente relacionados con la actual crisis económica mundial. Se atrevió a preguntar: "¿Propició la banca israelí-anglosajona la carnicería de Bombay con el fin de repatriar los capitales a Estados Unidos y revaluar artificialmente el dólar? ¿Apuesta Ambrose Evans-Pritchard a una tercera guerra mundial para capitalizar los ahorros de los inversionistas en Estados Unidos y GB [Gran Bretaña]?"
La segunda pregunta se deriva de una presunción que el analista económico Ambrose Evans-Pritchard presentó como afirmación en el periódico inglés Daily Telegraph el 30 de noviembre (World stability hangs by a thread as economies continue to unravel): "Si la atrocidad [los atentados] impulsa ahora hacia el poder al líder nacionalista indio Narendra Modi del lado de un resurrecto partido Bharatiya Janata (BJP), el sur de Asia, una vez más, afrontará una competición nuclear entre India y Pakistán". Evans concibe otras amenazas de conflictos armados (China contra Japón) o de descomposición económica (Rusia), de forma tal que su recomendación para los inversionistas es la predecible: apostar por "aquellos países que tengan una democracia profundamente arraigada, un fuerte sentido de solidaridad nacional, una probada aplicación de la ley —y portaaviones"; y finaliza: "Estados Unidos y Gran Bretaña no lucen tan mal después de todo".
Al doctor Jalife lo escandaliza la alta velocidad con que el comentarista inglés deduce un escenario nuclear a partir del retorno de los nacionalistas al gobierno indio. La exposición de este contexto nos permite juzgar con mejor claridad la primera pregunta de Jalife: ¿propició la banca la carnicería de Bombay?; sin embargo, él tropieza en medio de su escándalo e incurre en proposiciones tan riesgosas como la de la guerra atómica de Evans-Pritchard. Unifica mediante un adjetivo híbrido a los sistemas financieros de Estados Unidos e Inglaterra (casi nadie aparte de él, en todo el mundo, emplea el término "banca israelí-anglosajona") y, cuando le toca defender sus tesis (¿Seré 'antisemita' en verdad?, 21 de diciembre), expresa tajante y hasta arrogantemente: "Hechos: quizá lo oculten o ignoren [los acusadores de Jalife], pero el 'mayor estafador del mundo', el 'banquero israelí' Bernie Madoff, maneja(ba) los fondos del Mossad" (el Mossad es la principal institución de inteligencia en Israel).
Por su manera de tratar el asunto de Bombay, el buen doctor había sido acusado de ejercer una labor desinformadora; al complicar al Mossad con Bernard Madoff en la trama de sus sospechas, terminó acreditando como cierta la acusación de indolencia. Los peces —este dicho circula entre pescadores— mueren por abrir la boca.
No se ha revelado hasta este momento, por ningún medio, ni una sola razón confiable para relacionar a Madoff con el Mossad; si la hubiera, Jalife no la muestra. En el colmo de la falta de pruebas, cándidamente pretende validar (21 de diciembre, artículo citado) como fuente de información a The Spoof, un portal de internet (thespoof.com) que sí traza la relación anhelada; sólo que el texto de referencia es —igual que todos los de The Spoof— satírico, paródico y enteramente ficticio, y así se avisa en el sitio con reiterados pies de página. Un compañero suyo en La Jornada, Adolfo Gilly, le hizo ver a Jalife que la traducción de spoof es broma, parodia, tomadura de pelo (sección El correo ilustrado, diciembre 22).
Otra fuente mencionada por el médico (El correo ilustrado, diciembre 23) es una incierta Sorcha Faal, una (supuesta) monja (no católica) cuyo currículo oficial —visible en el website whatdoesitmean.com— abarca desconcertantes estudios "sobre la estructura esotérica del ADN" (¡archirrequeterrecontrasic!, como gusta exclamar Jalife).
El buen doctor es un mal periodista. A partir de esta tomadura de pelo (spoof), sus lectores (suponiendo que todavía le quede alguno) no podrán pensar en él sin sentir pena. Se ha convertido en el hazmerreír de sus colegas.
Para ser sincero (en periodismo la sinceridad de quien opina debería ser una obligación), al comprobar los disparates de Jalife me paralizó la sorpresa; después me eché a reír por no cortos minutos, pero mi último estado fue de enojo. La izquierda hispanoamericana tiene a Jalife-Rahme por investigador serio, comprometido con la crítica al sistema capitalista global y con la defensa de causas poco atendidas por otros periodistas, como la resistencia de millones de ciudadanos a que las ganancias de la explotación del petróleo mexicano pasen a manos de unos cuantos particulares. Jalife es asesor para temas petroleros del líder social Andrés Manuel López Obrador —la bête noire de la prensa nacional— y podemos prever que su desbarre será aprovechado con presteza por los interesados de siempre en aminorar la importancia del movimiento que representa López Obrador. No necesitan demasiada astucia los enemigos de La Jornada para aprovechar, también ellos, el vergonzoso evento, ni le falta interés a esa clase pudiente prevenida hasta contra los rojos más tenues. Tampoco faltan interés y astucia a quienes, durante los últimos años, han hecho lo posible por extender entre la burguesía el prejuicio de que la vecindad de islamitas o árabes en las sociedades modernas implica un peligro para la cultura occidental.
Contra el "semitismo" antisemita
Lo dice Abraham Nuncio en un mensaje que La Jornada reprodujo el 26 de diciembre (El correo ilustrado); la causa de la carta del día 19 es "una anticausa: la del chantaje de un antisemitismo a modo inventado por los tiburones de la ideología glamorizada, las finanzas y la guerra". No estoy de acuerdo con otras formulaciones de Nuncio (los absurdos aplausos que en su imaginación les brindó Tel Aviv a quienes acusaron a Jalife), pero la descripción de "tiburones de la ideología glamorizada" les sienta bien a algunos de los que rubrican Contra el antisemitismo.
Dentro del Fórum de las Culturas celebrado en 2007 en Monterrey, el segundo de los debates, promovidos por Enrique Krauze, fue distinguido con esta interrogación: ¿es compatible con la democracia la religión musulmana? Uno echa de menos la celebración de debates similares donde no sólo a los musulmanes se les cuestione en relación con la democracia, sino también a la cristiandad y a la judeidad; después de todo, en aras de una defensa tremenda de la civilización cristiana se está inmolando desde hace 5 años a un pueblo del Islam. La guerra contra Irak fue condenada como ilícita por el Secretario General (1997-2006) de la ONU, Kofi Annan, pues Estados Unidos, el país agresor, no contó con la autorización del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. ¿Es democrático el desprecio con que mira el imperio cristiano a la comunidad mundial? Por cierto que Krauze fue el más elocuente abogado en México de la invasión a Irak: durante sus entrevistas de 2003 con José Gutiérrez Vivó en el programa radiofónico Monitor, propuso que nuestro país ayudara a Estados Unidos a conseguir el visto bueno de la ONU hacia la anunciada excursión bélica de George Bush II; a cambio de la complicidad mexicana, el gobierno de Bush suscribiría con el de Vicente Fox un acuerdo migratorio que nos fuera favorable. Cambiar sangre por sangre, sufrimiento por sufrimiento, es lo que nos proponen defensores del occidente cristiano como Enrique Krauze, su hijo León, Jorge Castañeda o Claudio X. González. Sin embargo no he visto, a lo largo de estos años de guerra, ningún desplegado multitudinario en Letras Libres que reprenda a su director por la sorprendente sugerencia de permutar vidas mexicanas y muertes iraquíes.
En el número 57 (septiembre de 2003) de la revista dirigida por su padre, León Krauze Turrent presenta un experimento narrativo (Conversación en Al Qa'im), mediocre en lo literario y amarillo en lo periodístico, donde dos personajes, nombrados con pobre ingenio OBL y SH (¿de quiénes se tratará?), discurren cómo obligar a "rendir cuentas ante el Creador" a "los infieles, con sus aliados israelitas" (sic). Krauze Jr. hace suyo el sinsentido de Bush II y vincula con Al Qaeda a Saddam Hussein, y de pasadita a Bassar Al Assad: "yo ya he escondido lo que hay que esconder [...], sobre todo en Siria", se explaya SH. "Alá es grande: no todo el régimen de Assad teme a los perros americanos. No olvide usted al canciller Al-Shar'a. Pregunte a las personas correctas, y ellas le indicarán dónde encontrar lo que usted necesita para borrar del planeta a los americanos y hundir a los zionistas [sic] en el mar". León Krauze llega así a extremos comparables a los del libelo Los Protocolos de los Sabios de Sión, "panfleto antisemita creado en Rusia a fines del siglo XIX y utilizado en forma destacada por el régimen nazi, donde se acusa al pueblo judío de planear el control del mundo a través de todo tipo de acciones criminales", de acuerdo con el informado resumen incluso en Contra el antisemitismo. Sustitúyase "pueblo judío" por "pueblo árabe" y se obtendrá el retrato del antisemitismo contemporáneo: control del mundo, acciones criminales...
Semita —en esto no se equivoca Jalife (artículo de diciembre 21)— significa "perteneciente a los pueblos árabes y hebreos", porque árabes y hebreos tienen un padre común en la mitología bíblica: Sem, hijo de Noé. Cuando los Krauze, que se proclaman antibushistas, admiten junto a Bush la mentida conexión Osama Bin Laden-Saddam Hussein, no sólo cometen un error en calidad de investigadores: contribuyen, en medio de tensiones geopolíticas sumamente frágiles, a extender sospechas infundadas sobre los gobiernos medioorientales y sobre individuos cuyas acciones, para bien o para mal, le conciernen al mundo. Krauze Kleinbort y Krauze Turrent tienden velos sobre las dificultades auténticas y distraen al público con falsos problemas; distorsionan la realidad que viven los pueblos israelí y árabe (la realidad que afecta a los semitas, para decirlo en una palabra). Lo más peligroso: fomentan el miedo, el odio, el adormecimiento del raciocinio; inyectan prejuicios fanáticos en contra de palestinos, sirios e iraquíes: son, pues, culpables de antisemitismo. Objetivamente se convierten en sostenes de Bush, un líder que fue perjudicial para la sociedad estadunidense y para la sociedad humana. Los Krauze son hombres de guerra, no de paz.
Por desgracia, lo mismo tiene que decirse de otros firmantes de Contra el antisemitismo; por desgracia, algunos de ellos son judíos. Hombres de guerra y no de paz son los ya mencionados Jorge Castañeda y Héctor Aguilar Camín; el monopolista del pan (y del PAN) Lorenzo Servitje; la columnista de La Jornada Soledad Loaeza; la columnista de Excélsior Esther Shabot; la esposa de Enrique Krauze y madre de León, Isabel Turrent; Francisco Martín Moreno, José Woldenberg, Guillermo Sheridan...
Hombro con hombro combatiendo junto a tan conspicuos promotores de Bush (perdón: de la civilización occidental) encontramos a intelectuales de nula importancia intelectual (el izquierdista ambidiestro Carlos Monsiváis) y a algunas personas cuyo comportamiento no tiene más explicación sino el haber sucumbido a ese chantaje precisado por Nuncio, el de ese "antisemitismo" que tan perfectamente sirve de escudo ideológico a Israel.
Ayer fue nochebuena. Murió Samuel Huntington.
Cuando las palabras dejan de significar
Haciendo gala de simpleza, Olivia Gall amonesta a Jalife (El correo ilustrado, dic. 26): "usted es libre de no coincidir políticamente hablando con Enrique Krauze o con Jorge Castañeda (La Jornada, 9, 10, 14 y 18/04/08), quienes por cierto muchas ocasiones no coinciden entre sí. Sin embargo, 'adereza' usted siempre esta opinión haciendo alusión a los dos apellidos de ambos. ¿Acaso insinúa que Krauze y Castañeda pertenecen a lo que usted llama 'la internacional neofascista liberal' (¿?, La Jornada, 9/04/08) porque son judíos? Eso, señor Jalife, es antisemitismo, y no nos confundamos, todo mundo [sic] sabe lo que significa".
Hay que abandonar esa actitud paranoide de creer que si nos llaman por nuestro nombre completo nos hacen blanco del racismo. Hace dos años Víctor Toledo mencionó el segundo apellido de Enrique Krauze (Todos somos mesías tropicales, La Jornada, 15/12/06) y, pese a ser la discusión por completo ajena a la problemática israelí, él también fue tildado de antisemita por el aludido. El psicoanalista judío Alberto Sladogna escribe (El correo ilustrado, 27/12/08): "si Alfredo Jalife-Rahme se dignara designarme con mi doble apellido: Sladogna Ceimann, no vería en eso muestra de antisemitismo. ¿Cómo podría tomar como antisemita que se me recordara —se mentara, en todos los sentidos— el apellido judío de mi madre? Por el contrario, es algo de orgullo". Y su carta un ejemplo de higiene mental, añado de mi cosecha.
No todos saben qué significa antisemitismo y Gall parece también ignorarlo. De saberlo, ¿por qué no utiliza términos más apropiados, como antijudaísmo o judeofobia? ¿Nos permite la doctora Gall suponer que se debe a la fama del vocablo? ¿A las crueles evocaciones que suscita y estimulan emocionalmente al lector para coincidir, sin mayor análisis, con su punto de vista? La "internacional neofascista liberal" en la que Jalife-Rahme embute a Castañeda y a Krauze es una válida construcción ficticia, cuya ironía alude a las internacionales comunistas, y la doctora, como hija de internacionalistas, debió haberse dado cuenta. Pero Jalife también incluye en dicha "internacional" a Roger Noriega, José María Aznar y Vicente Fox, ninguno de los cuales es judío. Eso no es antisemitismo, no nos confundamos. Los textos de Jalife tienen muchos defectos, pero el racismo no se encuentra entre ellos; por lo menos no en los que cita Gall.
No perdamos de vista el punto de partida fijado por los propios Gall y Frank: el artículo de Jalife del 7 de diciembre, que constituye su respuesta crítica al de Evans-Pritchard del 30 de noviembre. En este último se da por muy probable un enfrentamiento nuclear (nuclear showdown) entre India y Pakistán, y enseguida se recomienda dejar de depositar dinero en países inestables (India) para trasladarlo a países "democráticos" (Estados Unidos e Inglaterra). Jalife se pregunta entonces si a los atacantes de Bombay no los habrá animado la intención específica de provocar una fuga de capitales en dirección de un Wall Street más hambriento que nunca de inversores. Consideremos ahora el nudo con que el destino de Israel ha sido atado por sus gobernantes a Estados Unidos. Jalife no lanza acusaciones de criminalidad sobre el pueblo judío: se hace una pregunta sobre los gobernantes de Israel, o sobre el sistema financiero de Israel; en cualquier caso una pregunta legítima sobre las acciones de un segmento minúsculo de la gente en Israel, no sobre todos los israelíes ni mucho menos sobre todos los judíos. La "adscripción" judía —se señala en Contra el antisemitismo— "no es necesariamente religiosa ni es ideológicamente uniforme", a lo que añadiríamos: "y rebasa al Estado de Israel, y a cualquier parte en que para su análisis se descomponga el Estado de Israel, sea esa parte la faceta religiosa del Estado, su actividad política o su sistema financiero". Qué ironía: uno de los suscriptores de Contra el antisemitismo, Humberto Musacchio, caracteriza a Jalife (Antisemitismo, judaísmo, prejuicio y racismo, Excélsior, dic. 25) como alguien que "asocia sin escrúpulo términos como israelí y judío". Esa inescrupulosa asociación es trazada por la doctora Gall en su reprimenda a Jalife del día 26.
Ha sido alta la tempestad del mar que separa a Jalife-Rahme y a sus críticos. Ha sido revoltosa la polémica. Presiento que proseguirá por varios días más. Entre las participaciones más interesantes que han esparcido los diarios, se acerquen o no a mi propio punto de vista, detecto Contra el antisemitismo (Arnoldo Kraus, La Jornada, dic. 24) y Contra la judeofobia (Miguel Ángel Granados Chapa, Reforma, dic. 24). En internet, Acerca del desplegado en La Jornada "Contra el antisemitismo" (Fernando Sánchez Cuadros, portales Rebelión y Tlaxcala, rebelion.org y tlaxcala.es, dic. 21).
Ya debería haber concluido este artículo. Quisiera no agregar ni una palabra más, pero me estoy enterando, apenas en este instante, del bombardeo israelí sobre Gaza. 100 bombas. 300 muertos. 1500 heridos. Pero el día no ha terminado.
Leo estos números más grandes que yo y pienso: dejar fuera de la palabra semita a los árabes, es una primera forma de desaparecerlos.
G. J. M.
24-29 de diciembre de 2008.
24-29 de diciembre de 2008.
Contra el antisemitismo
Inserción pagada que se imprimió en el periódico mexicano La Jornada el viernes 19 de diciembre de 2008 y cuyo texto retomó en internet el blog Vigilancia ciudadana (http://ciudadanospormexico.blogspot.com), a cargo de Olivia Gall.
“¿Propició la banca israelí-anglosajona (sic) la carnicería de Bombay con el fin de repatriar los capitales a Estados Unidos y revaluar artificialmente el dólar?”, se pregunta Alfredo Jalife-Rahme en su columna “Bajo La Lupa” del 7 de diciembre en La Jornada. Jalife llega así a extremos comparables a los del libelo “Los Protocolos de los Sabios de Sión”, panfleto antisemita creado en Rusia a fines del siglo XIX y utilizado en forma destacada por el régimen Nazi, donde se acusa al pueblo judío de planear el control del mundo a través de todo tipo de acciones criminales. El reciente ataque a hoteles y otros sitios públicos en Bombay afectó a miles de víctimas inocentes, provocó cerca de 200 muertes y ha sido reivindicado por un grupo radical islámico, los Deccan Mujahideen. Más tarde, Mohammad Ajmal Amir, el único terrorista capturado, reveló que los atacantes eran miembros de la organización militante Lashkar-e-Toiba, basada en Pakistán. ¿Acaso sugiere Jalife que esas organizaciones son el producto de los intereses judíos, intereses a los que él siempre homogeneiza y empalma con aquellos a los que él llama la banca israelí-anglosajona? Entre los muertos hay 40 musulmanes, al menos 6 judíos y gente de 10 países, incluyendo una ciudadana mexicana. El secuestro, tortura y asesinato de las víctimas tuvo al mundo en vilo por largas horas. En el contexto de esta carta, es importante señalar que uno de los blancos de los ataques fue la Casa Nariman, sede de la organización judía ortodoxa Chabad-Lubavitch, que incluye un centro educacional, una sinagoga, un centro médico para la prevención de la drogadicción y un hostal. El edificio fue secuestrado por un grupo de atacantes y fueron asesinados seis de sus ocupantes, quienes, con nombre, edad y nacionalidad, eran: Rabino Gavriel Holtzberg, 29, Israel; Rivka Holtzberg, 28, Israel ( esposa de Gavriel, embarazada de 5 meses y cuyo hijo de dos años fue salvado heroicamente por su nana hindú Sandra Samuel); Bentzion Kruman, 26, EUA; Rabino Leibish Teitelbaum, 37, EUA; Yoheved Orpaz,62, Israel; Norma Shvarzblat Rabinovich, 50, Mexico (http://en.wikipedia.org/wiki/Nariman_House). Un examen posterior reveló que la mayoría de las víctimas habían sido torturadas. Es pues relevante preguntarse: ¿Propiciaría en verdad la banca israelí-anglosajona (sic) la carnicería de Bombay con el fin de repatriar los capitales a Estados Unidos y revaluar artificialmente el dólar?
Como lectores de La Jornada, un diario que se precia de defender la justicia y la verdad, creemos que es grave (y un amplio grupo de personas lo consideran así) que el Sr. Jalife-Rahme lleve años publicando su columna, utilizando información sesgada y mal intencionada, haciendo generalizaciones discriminatorias y procediendo a una sistemática campaña de desinformación en contra de un grupo muy variado de personas de diversas nacionalidades, con muy diversas tendencias políticas, pero cuyo “pecado” es su origen o su identidad judía, una adscripción que no es necesariamente religiosa ni es ideológicamente uniforme. Al igual que todos los actos terroristas, la tragedia de Bombay merece nuestra repulsa y condena. Al torcer la información acerca de este doloroso hecho de la manera en la que lo hace, el Sr. Jalife falta gravemente al respeto a las numerosas víctimas --musulmanas, judías y otras-- con sus absurdas especulaciones. Falta también al respeto a los propósitos que animan a La Jornada, a la inteligencia de sus lectores y a sus editorialistas serios e imparciales. Debe ofrecer disculpas a los familiares de los muertos, incluyendo a los de nuestra conciudadana, la Sra. Norma Schvarzblat.
Firmas
Aceves Navarro Gilberto; Aguilar Camín Hector; Aridjis Homero; Bauer Tapuach Michel; Berman Sabina; Berlioz Sergio; Bitrán Arón; Blancarte Roberto; Calderón Paco; Carbonell Miguel; Carrington Leonora; Castañeda Jorge; Castañón Adolfo; Chapa Martha; Cherbowski Arturo; Cherem S. Silvia; De la Colina José; Domínguez Christopher; Drucker Colín René; Ehrenberg Felipe; Escalante Fernando; Estrada Gerardo; Felguérez Manuel; Frank Alejandro; Frenk Margit; Garavito Rosalbina; García Agraz José Luis; García Sainz Adolfo; Garciadiego Javier; Glantz Margo; Gonzalbo Aizpuru Pilar; Gordon José; Granados Roldán Otto; Hiriart Hugo; Huerta David; Jiménez Cacho Jimena; Kaminer Saúl; Kraus Arnoldo; Krauze Enrique; Lajous Alejandra; Lamas Marta; Lazcano Antonio; Leff Enrique; Lisker Rubén; Loaeza Soledad; López Portillo Carmen; Lorenzano Sandra; Martin Moreno Francisco; Martínez Assad Carlos; Mastretta Angeles; Menassé Eliana; Meyer Jean; Meyer Pedro; Mochán Luis; Monsiváis Carlos; Monsiváis Galindo Guillermo; Moscona Myriam; Moshinsky Marcos; Muñiz Angelina; Murguía Verónica; Musacchio Humberto; Pacheco José Emilio; Pellicer López Carlos; Peralta Braulio; Pérez Tamayo Ruy; Pettersson Aline; Rivera Arturo; Rojo Vicente; Rubio Luis; Rudomín Pablo; Sefchovich Sarah; Seligson Esther; Schjetnan Garduño Mario; Servitje S. Lorenzo; Shabot Esther; Sheridan Guillermo; Stavenhagen Rodolfo; Turok Antonio; Turrent Isabel; Valenti Giovanna; Villoro Juan; Woldenberg José.
Acuña González Beatriz; Achar Judy; Achar Marcos; Achar Victor; Aguilar Roblero Rafael; Aizenberg Edna; Alatorre Silvia; Alazraki de Chenillo Sylvia; Alazraki Rita; Alberro Solange; Alcubierre Miguel; Alerhand David; Alerhand Miriam; Aliphas Amnon; Alonso Coratella Guadalupe; Alonso García José Antonio; Alonso Guadalupe; Alvarez Bejar Alejandro; Alvarez Herrasti Diego; Álvarez Lilian; Ambe Attar Isidoro; Amkie Jessica; Anabi Abraham; Antebi Alberto; Anuzita Z. Gotzon de; Arditti Ilán; Arias Ima; Askenazi Sutton Abraham; Attie David; Ayala Alejandro; B. Isaac; Baptista Lucio Pilar; Bargas José; Barrera Rubén; Bay Mercedes; Bazúa Fernando; Becerra Arturo; Becker Feldman Arie A.; Becker Vivian; Begún Arturo; Beja Familia; Bejar Moscona Gabriel; Bejar Picker Alexander; Bejar Picker Batya; Bejar Picker Nisso; Bendesky Andrés; Berger Miriam; Bergman Marcelo; Berman Feigue; Berman Moisés; Berman Mónica; Bernal Gloria Elena; Berruecos Joaquín; Bessudo Patricia; Betech R. Emilio; Bierzwinsky Seinder Guillermo; Birman Eduardo; Bizberg Ilán; Bleier Aída; Blejer Eder Daniella; Block Cabrera Malú; Bohigas Joaquín; Bottinelli Cristina; Botton y Beja Flora; Botton Beja Julio; Botton Burlá Flora; Bracho Carbajal Alberto; Bracho Felipe; Brodsky Marcelo; Bronsoiler Charlotte; Bronsoiler Henry; Broussi Carol; Broussi Jeannete; Buchwald H. Isaac; Buchwald Esther; Buchwald José; Bunge Carlos; Burstein W. John; Cabral Guillermina; Calderón Rosa; Camhi Rachel; Cassab Adel; Castillo-Nájera Oralba; Catarrivas Ivette; Cazes Abraham; Ciuk Perla; Clavé Eduardo; Cohen Asse Moises; Cohen Cohen Moises; Cohen Sacal Gania; Cohen Eduardo; Cohen Esther; Corenstein Becky; Corenstein Martha; Corichi Alejandro; Corona Dora; Cung Sulkin Paloma; Cung Cecilia; Czitrom Steven; Chadin Malvina; Charabati Esther; Charabati Freddy; Cheja Chaya Nissim; Cheja Mochon Carlos; Chelminsky Hilel; Chenillo Alazraki Paola; Cherem Abraham; Cherem David; Cherem José; Cherem Linda; Chmelnik Enrique; Chmelnik Iliana; D’Olivo Juan Carlos; Dalma-Weiszhausz José; Dana Karen; Daniel Zaldivar; Dayan Yedid Abraham; Dayan Allegra; Dayan Isaac; Dayan Jacobo;; de la Hoz Marianela; de Lara Gomís Sebastián; de santiago José; del Tronco Paganelli José; Derzavich Jack; Diazmuñoz Gómez Jesús; Domínguez Blanca; Dreyfus George; Druker Raquel; Dubson Ana; Dubson Arturo; Dychter P. León; Eichner Samuel; Elterman Z. Hilda; Estrada Saavedra Marco; Fainstein Daniel; Falomir Ricardo; Feinholz Dafna; Fernández-Macgregor Laura; Finkel Bitty; Fischer Deborah; Flaster de Solay Gita; Fleischer Hanna; Flisser Ana; Fortes Elena; Fortes Jaqueline; Fortes Mauricio; Franco Urquidi Ileana; Frank Katya; Frank Mauricio; Fridman Israel; Galicot Jaye; Gall Olivia; Galván Norberto; Garber Diana; García Briseño Julio; García Calderón Gastón; García Delgado Manuel; Garcia Martinez Raul Ivan; Gittler Zonana Rosa; Glatt Allan; Glatt Nelly; Glatt Taly; Gleizer Abel; Gleizer Daniela; Gojman Jezior Ana; Goldbard Enrique; Goldberg Diana; Goldin Daniel; Gomís Anamari; Gomís Pepita; González Mateos Adriana; Gonzalez Reimann Luis; González Gisela; González María; González-Camarena Marcel; Gorbach Frida; Gorinstein Vivian; Graisbord Boris; Graizbord Carlos; Green Marcos; Greter Patricia; Grez Jaime; Grimm Guillermo; Grinberg Z. Gerardo; Grinberg Mario; Grinberg Nathan; Grobeisen Noemí; Grobeisen Sharon; Grunberger Bertha; Grunberger Jessica; Grunberger Mary; Gugenheim Ariela K; Guillén Diana; Gulfrajnd Miriam; Gurvich Natalia; Guzik Orli; Haber Esther; Haiat Betina; Haim de Botton Dolly; Haime L. Luis; Haime Anita; Hamra Sassón José; Hamui Dabbah Familia; Hamui Picciotto Jeannette; Harad Hass Orli; Hernández Castillo Aída; Hernández Rodriguez César; Herrera Julio; Hesse Peter; Himelfarb Eduardo; Hirshfeld Bejar Jacklyn; Hirshfeld Linda; Hoeflich Martha; Hoffman Claudia; Hoffman Odile; Hoffs Annabelle; Huarte Cuéllar Renato; Huberman Alberto; Huberman Muñiz Rafael; Isaak Dinorah; Islas León D; Iszaevich Ofelia; Itzkowich Eduardo; Jacob José; Jacobs Barquet Patricia; Jinich Armando; Joffe Moisés; Joffe Raquel; Juárez W. Rebecca; Judisman R. Miguel; Kalach Kichik Regina; Kalb Ricardo; Karakowsky Yael; Katz Noé; Katz Peter; Kaufer Martha; Khan Elena; Khebzou Jessica; Kleiman Bertha; Korzenny Schneeweiss Miriam; Kozer José; Kraus Isaac; Kraus Ariela; Kraus Eitan; Laddaga Josefa; Ladelsky Isaac; Lan Agami Sisel; Lasky Benito; Lasky David; Lasky Donatella; Lasky Linda; Lemus Renato; Lerman Rebeca; Leventhal Susana; Levine Hela; Levy Marcos; Liberman Lillian; Lichi Jorge; Linder Aronowitz Saul; Lisker-Melman Mauricio; López Garza David; López Marcel; López- Morton Luis C.; Lorenzano Pablo; Marcovich Eva; Marcushamer Noemi; Margolis Aarón; Margolis Jacobo; Markova Nadine; Martínez Arturo; Martínez Gina; Massry Ema D.; Mayer Daniel; Mayer David; Megged Nahum; Melgar Palacios Lucía; Melman Szteyn Estela; Menassé Adriana; Menassé Aline; Menassé Sofia; Mendelsohn Quique; Menéndez González Fernando José; Merikanskas Mauricio; Meschoulam Uziel Mauricio; Metta Cohen Marcos; Meza Isaura; Michan Karen; Mileris Nurit; Milstein Tobele; Miller David; Molina Ana; Molina Mauricio; Mondlak Moisés; Montiel Elbin Teresa; Moscatel Issac; Mosches Eduardo; Moshinsky Moisés; Muller Dora; Muñoz de Baena Guillermo; Murow Esther; Murúa Beltrán Gall Sofía; Mustri Gabriela; Nagar M. Elias; Nanes Mauricio; Narvaez Talavera Vanessa; Nestel Manuel; Nissan Luna; Noriega Maria Elena; Nosnik Bronia; Nosnik Martha; Okon Elías; Okon Lázaro; Okon Yonatan; Ordorica Manuel; Ortiz Monasterio Leonor; Ortiz Marcos; Otamendi Araceli; Ovseyevitz Ruth; Pantoja Bertha; Pavlovich Gastón; Pech Cynthia; Perelman Luis; Perkulis Diana; Permuth Jaime; Pessarodona Marta; Picciotto José; Picker Schatz Ziva; Pisanty Alejandro; Politi Claudia; Politi Fani; Ponce de León Samuel; Porras Juancarlos; Portillo Isaura; Portnoy-Berner Jane; Presburger Rosa; Prieto Francisco; Puppo Giancarlo; Quevedo Hernando; Radosh Roxana; Rapoport Leonardo; Recht Benjamín; Richheimer Roberto; Richheimmer Mónica; Rivadeneyra Sil Giovanna; Robins Ostrowiak Hilda; Rodrigo Salazar Elena; Romano de Fasja Aurora; Rosenbaum Tamara; Rosenberg Alan; Rosenfeld Katz Sandra; Rosental Jane; Rosenthal Jacobo; Rosenthal Sore; Rubinstein Michel; Rubio Paulina; Rudman Pola; Russek Villalobos Daniel; Saadia Marc; Saba Miriam; Sacal Sara; Saed Grego Raquel; Saed Ivonne; Saed Amelia; Sáez Margarita; Sala Monovitz Alejandro; Samra May; Sarfati Mizrahi David; Sarnowm Eddie; Schatan Claudia; Schatz Jonathan; Schejtman Ilana; Schifter Gitta; Schyfter Guita; Sefchovich Flor; Shabot Z. Alfredo; Shabot José; Shabot Moisés; Shabot Raquel; Shabot Salomón; Shade Eunice; Shapiro Alejandro; ShapiroAlta K. de; Sheimberg Abraham; Shein K. Janet; Shein Max; Shein Rosa; Shterm Mark; Silva Ricardo; Simpser Boris; Slomianski Isaac; Snaiderman Benjamin; Sod Daniel; Sod Jordi; Solari Ana; Sonabend Adam; Sonabend Fanny; Sonabend Roberto; Sotelo Schmelkes Quetzalli; Spenser Daniela; Stark de Bialostocky Elena; Staropolsky Frida; Staropolsky Mardoqueo; Steinberg Eny; Stepensky Estela; Stepensky Saúl; Stern Claudio; Stern Judy; Stern Julio; Stillman Patsy; Suárez Paulina; Sudarsky Daniel; Sussman Roberto; Sverdlin de Radosh Silvia; Szurmuk Mónica; T. De Aderman Susy; Tagüeña Julia; Tanur Daniel; Tarragona Margarita; Tayan David; Temkin Benjamín; Tiktin Esther; Tiktin Moisés; Tiktin Ruth; Torenberg-Gelemovich Jenny; Torres Manuel; Treistman Guillermo; Trottner Tamara; Turbiner Alexander; Turok Kipi; Turquie Esther; Tyrtania Leonardo; Unikel S. Alejandro; Unikel-Fasja Mónica; Urow Diana; Valdés Ugalde Francisco; Valencia García Jorge; Valle Santillero Leolinke; Varela Petit Gonzalo; Varón Victoria; Villegas Paloma; Viskin Jacobo; Viskin Nathan; Vit Laura; Vit Pedro; Vizcaíno Suárez Adriana; Waisser R. León; Wapinsky Jacobo; Wasserman Kurt; Weinstock Moises; Wertman Paulina; Wincour Mariana; Woldenberg Sara; Wolf Bernardo; Wolff Hirsch Ilana; Woloski Zev; Yankelevich Pablo; Yeger Perla; Yoselevitz Lysette; Zack Dubovoy Celia; Zaga Hazan Olga; Zagury Ana; Zajdman Roni; Zaldívar Alcántara Daniel; Zaltzman de Ruby Amy; Zaslavsky Danielle; Zavala y Alonso Manuel; Zonana Aron; Zonana Moses A.; Zondowicz Jaime; Zukerman Moisés.
Responsables de la publicación: Alejandro Frank y Olivia Gall.
“¿Propició la banca israelí-anglosajona (sic) la carnicería de Bombay con el fin de repatriar los capitales a Estados Unidos y revaluar artificialmente el dólar?”, se pregunta Alfredo Jalife-Rahme en su columna “Bajo La Lupa” del 7 de diciembre en La Jornada. Jalife llega así a extremos comparables a los del libelo “Los Protocolos de los Sabios de Sión”, panfleto antisemita creado en Rusia a fines del siglo XIX y utilizado en forma destacada por el régimen Nazi, donde se acusa al pueblo judío de planear el control del mundo a través de todo tipo de acciones criminales. El reciente ataque a hoteles y otros sitios públicos en Bombay afectó a miles de víctimas inocentes, provocó cerca de 200 muertes y ha sido reivindicado por un grupo radical islámico, los Deccan Mujahideen. Más tarde, Mohammad Ajmal Amir, el único terrorista capturado, reveló que los atacantes eran miembros de la organización militante Lashkar-e-Toiba, basada en Pakistán. ¿Acaso sugiere Jalife que esas organizaciones son el producto de los intereses judíos, intereses a los que él siempre homogeneiza y empalma con aquellos a los que él llama la banca israelí-anglosajona? Entre los muertos hay 40 musulmanes, al menos 6 judíos y gente de 10 países, incluyendo una ciudadana mexicana. El secuestro, tortura y asesinato de las víctimas tuvo al mundo en vilo por largas horas. En el contexto de esta carta, es importante señalar que uno de los blancos de los ataques fue la Casa Nariman, sede de la organización judía ortodoxa Chabad-Lubavitch, que incluye un centro educacional, una sinagoga, un centro médico para la prevención de la drogadicción y un hostal. El edificio fue secuestrado por un grupo de atacantes y fueron asesinados seis de sus ocupantes, quienes, con nombre, edad y nacionalidad, eran: Rabino Gavriel Holtzberg, 29, Israel; Rivka Holtzberg, 28, Israel ( esposa de Gavriel, embarazada de 5 meses y cuyo hijo de dos años fue salvado heroicamente por su nana hindú Sandra Samuel); Bentzion Kruman, 26, EUA; Rabino Leibish Teitelbaum, 37, EUA; Yoheved Orpaz,62, Israel; Norma Shvarzblat Rabinovich, 50, Mexico (http://en.wikipedia.org/wiki/Nariman_House). Un examen posterior reveló que la mayoría de las víctimas habían sido torturadas. Es pues relevante preguntarse: ¿Propiciaría en verdad la banca israelí-anglosajona (sic) la carnicería de Bombay con el fin de repatriar los capitales a Estados Unidos y revaluar artificialmente el dólar?
Como lectores de La Jornada, un diario que se precia de defender la justicia y la verdad, creemos que es grave (y un amplio grupo de personas lo consideran así) que el Sr. Jalife-Rahme lleve años publicando su columna, utilizando información sesgada y mal intencionada, haciendo generalizaciones discriminatorias y procediendo a una sistemática campaña de desinformación en contra de un grupo muy variado de personas de diversas nacionalidades, con muy diversas tendencias políticas, pero cuyo “pecado” es su origen o su identidad judía, una adscripción que no es necesariamente religiosa ni es ideológicamente uniforme. Al igual que todos los actos terroristas, la tragedia de Bombay merece nuestra repulsa y condena. Al torcer la información acerca de este doloroso hecho de la manera en la que lo hace, el Sr. Jalife falta gravemente al respeto a las numerosas víctimas --musulmanas, judías y otras-- con sus absurdas especulaciones. Falta también al respeto a los propósitos que animan a La Jornada, a la inteligencia de sus lectores y a sus editorialistas serios e imparciales. Debe ofrecer disculpas a los familiares de los muertos, incluyendo a los de nuestra conciudadana, la Sra. Norma Schvarzblat.
Firmas
Aceves Navarro Gilberto; Aguilar Camín Hector; Aridjis Homero; Bauer Tapuach Michel; Berman Sabina; Berlioz Sergio; Bitrán Arón; Blancarte Roberto; Calderón Paco; Carbonell Miguel; Carrington Leonora; Castañeda Jorge; Castañón Adolfo; Chapa Martha; Cherbowski Arturo; Cherem S. Silvia; De la Colina José; Domínguez Christopher; Drucker Colín René; Ehrenberg Felipe; Escalante Fernando; Estrada Gerardo; Felguérez Manuel; Frank Alejandro; Frenk Margit; Garavito Rosalbina; García Agraz José Luis; García Sainz Adolfo; Garciadiego Javier; Glantz Margo; Gonzalbo Aizpuru Pilar; Gordon José; Granados Roldán Otto; Hiriart Hugo; Huerta David; Jiménez Cacho Jimena; Kaminer Saúl; Kraus Arnoldo; Krauze Enrique; Lajous Alejandra; Lamas Marta; Lazcano Antonio; Leff Enrique; Lisker Rubén; Loaeza Soledad; López Portillo Carmen; Lorenzano Sandra; Martin Moreno Francisco; Martínez Assad Carlos; Mastretta Angeles; Menassé Eliana; Meyer Jean; Meyer Pedro; Mochán Luis; Monsiváis Carlos; Monsiváis Galindo Guillermo; Moscona Myriam; Moshinsky Marcos; Muñiz Angelina; Murguía Verónica; Musacchio Humberto; Pacheco José Emilio; Pellicer López Carlos; Peralta Braulio; Pérez Tamayo Ruy; Pettersson Aline; Rivera Arturo; Rojo Vicente; Rubio Luis; Rudomín Pablo; Sefchovich Sarah; Seligson Esther; Schjetnan Garduño Mario; Servitje S. Lorenzo; Shabot Esther; Sheridan Guillermo; Stavenhagen Rodolfo; Turok Antonio; Turrent Isabel; Valenti Giovanna; Villoro Juan; Woldenberg José.
Acuña González Beatriz; Achar Judy; Achar Marcos; Achar Victor; Aguilar Roblero Rafael; Aizenberg Edna; Alatorre Silvia; Alazraki de Chenillo Sylvia; Alazraki Rita; Alberro Solange; Alcubierre Miguel; Alerhand David; Alerhand Miriam; Aliphas Amnon; Alonso Coratella Guadalupe; Alonso García José Antonio; Alonso Guadalupe; Alvarez Bejar Alejandro; Alvarez Herrasti Diego; Álvarez Lilian; Ambe Attar Isidoro; Amkie Jessica; Anabi Abraham; Antebi Alberto; Anuzita Z. Gotzon de; Arditti Ilán; Arias Ima; Askenazi Sutton Abraham; Attie David; Ayala Alejandro; B. Isaac; Baptista Lucio Pilar; Bargas José; Barrera Rubén; Bay Mercedes; Bazúa Fernando; Becerra Arturo; Becker Feldman Arie A.; Becker Vivian; Begún Arturo; Beja Familia; Bejar Moscona Gabriel; Bejar Picker Alexander; Bejar Picker Batya; Bejar Picker Nisso; Bendesky Andrés; Berger Miriam; Bergman Marcelo; Berman Feigue; Berman Moisés; Berman Mónica; Bernal Gloria Elena; Berruecos Joaquín; Bessudo Patricia; Betech R. Emilio; Bierzwinsky Seinder Guillermo; Birman Eduardo; Bizberg Ilán; Bleier Aída; Blejer Eder Daniella; Block Cabrera Malú; Bohigas Joaquín; Bottinelli Cristina; Botton y Beja Flora; Botton Beja Julio; Botton Burlá Flora; Bracho Carbajal Alberto; Bracho Felipe; Brodsky Marcelo; Bronsoiler Charlotte; Bronsoiler Henry; Broussi Carol; Broussi Jeannete; Buchwald H. Isaac; Buchwald Esther; Buchwald José; Bunge Carlos; Burstein W. John; Cabral Guillermina; Calderón Rosa; Camhi Rachel; Cassab Adel; Castillo-Nájera Oralba; Catarrivas Ivette; Cazes Abraham; Ciuk Perla; Clavé Eduardo; Cohen Asse Moises; Cohen Cohen Moises; Cohen Sacal Gania; Cohen Eduardo; Cohen Esther; Corenstein Becky; Corenstein Martha; Corichi Alejandro; Corona Dora; Cung Sulkin Paloma; Cung Cecilia; Czitrom Steven; Chadin Malvina; Charabati Esther; Charabati Freddy; Cheja Chaya Nissim; Cheja Mochon Carlos; Chelminsky Hilel; Chenillo Alazraki Paola; Cherem Abraham; Cherem David; Cherem José; Cherem Linda; Chmelnik Enrique; Chmelnik Iliana; D’Olivo Juan Carlos; Dalma-Weiszhausz José; Dana Karen; Daniel Zaldivar; Dayan Yedid Abraham; Dayan Allegra; Dayan Isaac; Dayan Jacobo;; de la Hoz Marianela; de Lara Gomís Sebastián; de santiago José; del Tronco Paganelli José; Derzavich Jack; Diazmuñoz Gómez Jesús; Domínguez Blanca; Dreyfus George; Druker Raquel; Dubson Ana; Dubson Arturo; Dychter P. León; Eichner Samuel; Elterman Z. Hilda; Estrada Saavedra Marco; Fainstein Daniel; Falomir Ricardo; Feinholz Dafna; Fernández-Macgregor Laura; Finkel Bitty; Fischer Deborah; Flaster de Solay Gita; Fleischer Hanna; Flisser Ana; Fortes Elena; Fortes Jaqueline; Fortes Mauricio; Franco Urquidi Ileana; Frank Katya; Frank Mauricio; Fridman Israel; Galicot Jaye; Gall Olivia; Galván Norberto; Garber Diana; García Briseño Julio; García Calderón Gastón; García Delgado Manuel; Garcia Martinez Raul Ivan; Gittler Zonana Rosa; Glatt Allan; Glatt Nelly; Glatt Taly; Gleizer Abel; Gleizer Daniela; Gojman Jezior Ana; Goldbard Enrique; Goldberg Diana; Goldin Daniel; Gomís Anamari; Gomís Pepita; González Mateos Adriana; Gonzalez Reimann Luis; González Gisela; González María; González-Camarena Marcel; Gorbach Frida; Gorinstein Vivian; Graisbord Boris; Graizbord Carlos; Green Marcos; Greter Patricia; Grez Jaime; Grimm Guillermo; Grinberg Z. Gerardo; Grinberg Mario; Grinberg Nathan; Grobeisen Noemí; Grobeisen Sharon; Grunberger Bertha; Grunberger Jessica; Grunberger Mary; Gugenheim Ariela K; Guillén Diana; Gulfrajnd Miriam; Gurvich Natalia; Guzik Orli; Haber Esther; Haiat Betina; Haim de Botton Dolly; Haime L. Luis; Haime Anita; Hamra Sassón José; Hamui Dabbah Familia; Hamui Picciotto Jeannette; Harad Hass Orli; Hernández Castillo Aída; Hernández Rodriguez César; Herrera Julio; Hesse Peter; Himelfarb Eduardo; Hirshfeld Bejar Jacklyn; Hirshfeld Linda; Hoeflich Martha; Hoffman Claudia; Hoffman Odile; Hoffs Annabelle; Huarte Cuéllar Renato; Huberman Alberto; Huberman Muñiz Rafael; Isaak Dinorah; Islas León D; Iszaevich Ofelia; Itzkowich Eduardo; Jacob José; Jacobs Barquet Patricia; Jinich Armando; Joffe Moisés; Joffe Raquel; Juárez W. Rebecca; Judisman R. Miguel; Kalach Kichik Regina; Kalb Ricardo; Karakowsky Yael; Katz Noé; Katz Peter; Kaufer Martha; Khan Elena; Khebzou Jessica; Kleiman Bertha; Korzenny Schneeweiss Miriam; Kozer José; Kraus Isaac; Kraus Ariela; Kraus Eitan; Laddaga Josefa; Ladelsky Isaac; Lan Agami Sisel; Lasky Benito; Lasky David; Lasky Donatella; Lasky Linda; Lemus Renato; Lerman Rebeca; Leventhal Susana; Levine Hela; Levy Marcos; Liberman Lillian; Lichi Jorge; Linder Aronowitz Saul; Lisker-Melman Mauricio; López Garza David; López Marcel; López- Morton Luis C.; Lorenzano Pablo; Marcovich Eva; Marcushamer Noemi; Margolis Aarón; Margolis Jacobo; Markova Nadine; Martínez Arturo; Martínez Gina; Massry Ema D.; Mayer Daniel; Mayer David; Megged Nahum; Melgar Palacios Lucía; Melman Szteyn Estela; Menassé Adriana; Menassé Aline; Menassé Sofia; Mendelsohn Quique; Menéndez González Fernando José; Merikanskas Mauricio; Meschoulam Uziel Mauricio; Metta Cohen Marcos; Meza Isaura; Michan Karen; Mileris Nurit; Milstein Tobele; Miller David; Molina Ana; Molina Mauricio; Mondlak Moisés; Montiel Elbin Teresa; Moscatel Issac; Mosches Eduardo; Moshinsky Moisés; Muller Dora; Muñoz de Baena Guillermo; Murow Esther; Murúa Beltrán Gall Sofía; Mustri Gabriela; Nagar M. Elias; Nanes Mauricio; Narvaez Talavera Vanessa; Nestel Manuel; Nissan Luna; Noriega Maria Elena; Nosnik Bronia; Nosnik Martha; Okon Elías; Okon Lázaro; Okon Yonatan; Ordorica Manuel; Ortiz Monasterio Leonor; Ortiz Marcos; Otamendi Araceli; Ovseyevitz Ruth; Pantoja Bertha; Pavlovich Gastón; Pech Cynthia; Perelman Luis; Perkulis Diana; Permuth Jaime; Pessarodona Marta; Picciotto José; Picker Schatz Ziva; Pisanty Alejandro; Politi Claudia; Politi Fani; Ponce de León Samuel; Porras Juancarlos; Portillo Isaura; Portnoy-Berner Jane; Presburger Rosa; Prieto Francisco; Puppo Giancarlo; Quevedo Hernando; Radosh Roxana; Rapoport Leonardo; Recht Benjamín; Richheimer Roberto; Richheimmer Mónica; Rivadeneyra Sil Giovanna; Robins Ostrowiak Hilda; Rodrigo Salazar Elena; Romano de Fasja Aurora; Rosenbaum Tamara; Rosenberg Alan; Rosenfeld Katz Sandra; Rosental Jane; Rosenthal Jacobo; Rosenthal Sore; Rubinstein Michel; Rubio Paulina; Rudman Pola; Russek Villalobos Daniel; Saadia Marc; Saba Miriam; Sacal Sara; Saed Grego Raquel; Saed Ivonne; Saed Amelia; Sáez Margarita; Sala Monovitz Alejandro; Samra May; Sarfati Mizrahi David; Sarnowm Eddie; Schatan Claudia; Schatz Jonathan; Schejtman Ilana; Schifter Gitta; Schyfter Guita; Sefchovich Flor; Shabot Z. Alfredo; Shabot José; Shabot Moisés; Shabot Raquel; Shabot Salomón; Shade Eunice; Shapiro Alejandro; ShapiroAlta K. de; Sheimberg Abraham; Shein K. Janet; Shein Max; Shein Rosa; Shterm Mark; Silva Ricardo; Simpser Boris; Slomianski Isaac; Snaiderman Benjamin; Sod Daniel; Sod Jordi; Solari Ana; Sonabend Adam; Sonabend Fanny; Sonabend Roberto; Sotelo Schmelkes Quetzalli; Spenser Daniela; Stark de Bialostocky Elena; Staropolsky Frida; Staropolsky Mardoqueo; Steinberg Eny; Stepensky Estela; Stepensky Saúl; Stern Claudio; Stern Judy; Stern Julio; Stillman Patsy; Suárez Paulina; Sudarsky Daniel; Sussman Roberto; Sverdlin de Radosh Silvia; Szurmuk Mónica; T. De Aderman Susy; Tagüeña Julia; Tanur Daniel; Tarragona Margarita; Tayan David; Temkin Benjamín; Tiktin Esther; Tiktin Moisés; Tiktin Ruth; Torenberg-Gelemovich Jenny; Torres Manuel; Treistman Guillermo; Trottner Tamara; Turbiner Alexander; Turok Kipi; Turquie Esther; Tyrtania Leonardo; Unikel S. Alejandro; Unikel-Fasja Mónica; Urow Diana; Valdés Ugalde Francisco; Valencia García Jorge; Valle Santillero Leolinke; Varela Petit Gonzalo; Varón Victoria; Villegas Paloma; Viskin Jacobo; Viskin Nathan; Vit Laura; Vit Pedro; Vizcaíno Suárez Adriana; Waisser R. León; Wapinsky Jacobo; Wasserman Kurt; Weinstock Moises; Wertman Paulina; Wincour Mariana; Woldenberg Sara; Wolf Bernardo; Wolff Hirsch Ilana; Woloski Zev; Yankelevich Pablo; Yeger Perla; Yoselevitz Lysette; Zack Dubovoy Celia; Zaga Hazan Olga; Zagury Ana; Zajdman Roni; Zaldívar Alcántara Daniel; Zaltzman de Ruby Amy; Zaslavsky Danielle; Zavala y Alonso Manuel; Zonana Aron; Zonana Moses A.; Zondowicz Jaime; Zukerman Moisés.
Responsables de la publicación: Alejandro Frank y Olivia Gall.
miércoles, enero 07, 2009
Rescatando al soldado Bush
Mi artículo de este mes.
Rescatando al soldado Bush
Gerardo de Jesús Monroy
erathora@gmail.com
Antes de abandonar la presidencia de Estados Unidos, George Bush II estuvo de visita el domingo 14 de diciembre en el país que invadió y destruyó: Irak, donde miles de norteamericanos y un millón de iraquíes han sido masacrados. No bien hubo pisado Bagdad, el presidente-emperador ofreció una conferencia de prensa, pero ésta fue interrumpida por uno de los concurrentes al hacerse escuchar con fuertes voces: ¡aquí va un regalo de parte del pueblo iraquí; toma tu beso de despedida, perro! Los dos zapatos del hombre pasaron rasando las orejas de Bush mientras el primer ministro de Irak, Nouri Kamal Al-Maliki, se aprestaba a proteger el rostro del “gringo” con sus manos. ¡Esto es de parte de las viudas, de los huérfanos y de todos los que han muerto en Irak!, volvió a escucharse un grito árabe. Mal recobrados de su desconcierto, los guardias de Bush se echaron sobre Muntazer Al-Zaidi, de 29 años, iraquí y quien se desempeña como reportero del canal de televisión por satélite Al-Bagdadiya.
Hasta aquí los hechos. Lo que sigue son las interpretaciones de los hechos.
El director de Milenio Diario, Carlos Marín, es autor de una columna, El asalto a la razón, en la que repasó el incidente de Bagdad el martes 16 (“Secuela de los zapatazos”), el jueves 18 (“Espadazo al zapatocaso”) y el viernes 19 (“Las quebradas de Al-Zaidi”). La perezosa columna de Marín rara vez se extiende más allá de dos o tres breves párrafos, pero los días 18 y 19 fueron especialmente relajados para el columnista, pues limitó su trabajo a copiar un artículo del periódico español El Mundo (“Periodismo descalzo”, miércoles 17) firmado por Arcadi Espada. Las frases de Espada seleccionadas por Marín dicen —después de calificar como “mamarrachada” la acción de Al-Zaidi—: “[...] yo no habría salido de la cárcel de haberme comportado con el mismo lujo desinhibido que mi colega [Al-Zaidi]. No me faltaron (ni me faltan) ganas. Pero, obviamente, el periodista que en una rueda de prensa se instala ante mentirosos, corruptos o asesinos no debe quitarse los zapatos [...]. Muntazer Al-Zaidi no hizo otra cosa que quebrar un sagrado principio de su oficio: la imposibilidad de convertirse en noticia”.
¿Y quién será este espadachín del periodismo —se pregunta el lector mexicano—, quién será este caballero Espada que diagnostica de “mamarracho” a un iraquí exasperado y descalzo? ¿Dónde siguió las lecciones de ética que en buena hora viene sentenciosamente a darnos?
El académico y el fotógrafo
El periódico Excélsior, que publicó el 1 de diciembre una entrevista con él en el suplemento Código topo, presenta a Arcadi Espada Enériz (Barcelona, 1957) como un “académico y periodista que acostumbra a reflexionar del tema [sic] [del terrorismo] con tono sentencioso, crítico y sólido [sic]. El estudioso de la comunicación y profesor de periodismo en la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona, aunque muchas veces polémico (como cuando publicó críticas a una fotografía realizada por el premio Pulitzer Javier Bauluz) ha sido colaborador de diarios como La Vanguardia, Diario de Barcelona, El País y, actualmente, El Mundo”. Marín agrega en Milenio que el blog* de Espada es “muy respetado y popular en España”.
En tanto que generalizaciones cuya finalidad es introducir aceleradamente a la clientela mexicana en el universo de Espada (un universo reducido, ya lo veremos), podemos dar por válidos los enunciados de Milenio y Excélsior que acabamos de citar. Pero el lector inquisitivo nos obliga a ser más precisos; nos obliga a contestarle, por ejemplo, ¿qué críticas hizo Arcadi a Javier Bauluz y por qué Excélsior las relaciona con un supuesto carácter “polémico” de Espada?
Bauluz había recibido en 2001 el premio Godó de fotoperiodismo, por la captura de la imagen de un hombre y una mujer que se asolean en una playa de Cádiz frente a un inmigrante muerto. La imagen fue publicada en el suplemento El Magazine, del diario catalán La Vanguardia, y en la portada del New York Times. Arcadi, en su libro Diarios, premio Espasa de ensayo 2002, reprodujo la foto sin permiso de Bauluz y se refiere burlonamente a él como “demiurgo imprescindible” y “hombre bondadoso dedicado profesionalmente a los destruidos”, además de hablar de la “docilidad que hace grandes a los tipos como Bauluz, capaces de cazar como si fueran conejos a dos desapercibidos bañistas que puede que estén rezando en silencio ante el cadáver de un inmigrante [...]; por fortuna, el cadáver no era de un pobre blanco: ni Bauluz habría sacado tanto provecho”. Espada acusó a Bauluz de excluir de su fotografía deliberadamente al personal del Estado encargado de recoger el cuerpo, así como de inducir la ilusión de proximidad entre la pareja y el cadáver.
Excélsior dice que el “académico y periodista” es “polémico”; no lleguemos a tanto: Arcadi, simplemente, es mentiroso. Como nunca proveyera pruebas de sus acusaciones en contra del fotógrafo, el Consell de la Informació de Catalunya resolvió en mayo de 2003 que las declaraciones del académico sobre Bauluz son “falsas, injustas y fuera de toda razón” y vulneran el código deontológico de la profesión periodística de Cataluña. Espada, todavía hoy, recuerda a veces en sus artículos el conflicto con Bauluz y sigue rumiando su ira y su desvergüenza.
Pero además está el señalamiento hecho a Muntazer Al-Zaidi por haber quebrantado el “sagrado principio” del periodismo que es “la imposibilidad de convertirse en noticia [...] construyéndola él mismo con su propia acción calculada. Despreciando el fact (hecho) y abrazando su corrupción, el factoide: un hecho que sólo existe si se exhibe”. Pues bien: no otra cosa hizo en Girona el “académico y periodista” (y político) Espada el 5 de junio de 2006, cuando al frente de la asociación Ciutadans de Catalunya actuó con provocaciones en contra del movimiento independentista catalán. Espada, otros Ciutadans así como sus rivales independentistas sufrieron agresiones físicas y verbales, pero la prensa española recogió sólo las quejas de los Ciutadans y nadie las de los Maulets (la juventud independentista catalana).
El asalto a la razón
Desinformado por las “versiones oficiales”, Carlos Marín desinforma a sus lectores. En su columna del viernes 19 dice: “tres días después de su temerario lanzamiento [Al-Zaidi] escribió al primer ministro de su país reconociendo: «es ahora demasiado tarde para lamentar la enorme y fea acción que perpetré», pero «le pido su perdón...»”. Sin embargo un hermano de Muntazer, Uday, entrevistado por Al-Bagdadiya, desmintió a las presidencias norteamericana e iraquí —en cuyos “partes” fundamenta Marín sus artículos—: “mi hermano acaba de decirme que nunca mandó excusas al gobierno”. Muntazer, asegura Uday, no se arrepiente de lo que hizo.
Se quejan Marín y Espada de que en “la habitual orgía hipócrita” no se diga nada (!) “como es natural” (?) sobre el uso alevoso que le habría dado el iraquí a su oficio: “Muntazer Al-Zaidi le tiró sus zapatos a Bush porque llegó a colocarse a pocos metros de él, y el acceso a esa distancia, tan confianzuda y campechana, se lo dio su oficio de periodista”. Pero ¿quién si no un periodista tiene en Irak la posibilidad de lanzar a la cara del emperador esas verdades puntiagudas que no quisiera saber? ¿No se han dado cuenta el español y el mexicano de la grave crisis humana por la que, como por una herida, sangra nuestro planeta; crisis social mundial de la que George Bush II es el culpable más notorio?
En una situación de enfermedad y veneno, de honda agonía como la que atravesamos, ¿no se ha alargado demasiado la hora de mantener nuestro “guardar las formas”? ¿Seguiremos perpetuando el divorcio entre el periodista y el ciudadano? ¿En qué momento se castró a los periodistas para que no reconocieran el derecho a la rebelión, un derecho que se gana más allá de la cortedad de la ley?
George Bush, que debería responder a un tribunal por sus crímenes contra la humanidad, pasará en libertad el resto de sus años, gozoso de salud, henchido de riquezas. El joven periodista que expresó, no digamos la indignación propia de un ser humano reflexivo, sino la ineludible cólera de una criatura viviente, el joven periodista está en la cárcel, culpable del delito de arrojar un zapato.
*Blog: cuaderno de apuntes que se actualiza al gusto del autor a través de internet.
Rescatando al soldado Bush
Gerardo de Jesús Monroy
erathora@gmail.com
Antes de abandonar la presidencia de Estados Unidos, George Bush II estuvo de visita el domingo 14 de diciembre en el país que invadió y destruyó: Irak, donde miles de norteamericanos y un millón de iraquíes han sido masacrados. No bien hubo pisado Bagdad, el presidente-emperador ofreció una conferencia de prensa, pero ésta fue interrumpida por uno de los concurrentes al hacerse escuchar con fuertes voces: ¡aquí va un regalo de parte del pueblo iraquí; toma tu beso de despedida, perro! Los dos zapatos del hombre pasaron rasando las orejas de Bush mientras el primer ministro de Irak, Nouri Kamal Al-Maliki, se aprestaba a proteger el rostro del “gringo” con sus manos. ¡Esto es de parte de las viudas, de los huérfanos y de todos los que han muerto en Irak!, volvió a escucharse un grito árabe. Mal recobrados de su desconcierto, los guardias de Bush se echaron sobre Muntazer Al-Zaidi, de 29 años, iraquí y quien se desempeña como reportero del canal de televisión por satélite Al-Bagdadiya.
Hasta aquí los hechos. Lo que sigue son las interpretaciones de los hechos.
El director de Milenio Diario, Carlos Marín, es autor de una columna, El asalto a la razón, en la que repasó el incidente de Bagdad el martes 16 (“Secuela de los zapatazos”), el jueves 18 (“Espadazo al zapatocaso”) y el viernes 19 (“Las quebradas de Al-Zaidi”). La perezosa columna de Marín rara vez se extiende más allá de dos o tres breves párrafos, pero los días 18 y 19 fueron especialmente relajados para el columnista, pues limitó su trabajo a copiar un artículo del periódico español El Mundo (“Periodismo descalzo”, miércoles 17) firmado por Arcadi Espada. Las frases de Espada seleccionadas por Marín dicen —después de calificar como “mamarrachada” la acción de Al-Zaidi—: “[...] yo no habría salido de la cárcel de haberme comportado con el mismo lujo desinhibido que mi colega [Al-Zaidi]. No me faltaron (ni me faltan) ganas. Pero, obviamente, el periodista que en una rueda de prensa se instala ante mentirosos, corruptos o asesinos no debe quitarse los zapatos [...]. Muntazer Al-Zaidi no hizo otra cosa que quebrar un sagrado principio de su oficio: la imposibilidad de convertirse en noticia”.
¿Y quién será este espadachín del periodismo —se pregunta el lector mexicano—, quién será este caballero Espada que diagnostica de “mamarracho” a un iraquí exasperado y descalzo? ¿Dónde siguió las lecciones de ética que en buena hora viene sentenciosamente a darnos?
El académico y el fotógrafo
El periódico Excélsior, que publicó el 1 de diciembre una entrevista con él en el suplemento Código topo, presenta a Arcadi Espada Enériz (Barcelona, 1957) como un “académico y periodista que acostumbra a reflexionar del tema [sic] [del terrorismo] con tono sentencioso, crítico y sólido [sic]. El estudioso de la comunicación y profesor de periodismo en la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona, aunque muchas veces polémico (como cuando publicó críticas a una fotografía realizada por el premio Pulitzer Javier Bauluz) ha sido colaborador de diarios como La Vanguardia, Diario de Barcelona, El País y, actualmente, El Mundo”. Marín agrega en Milenio que el blog* de Espada es “muy respetado y popular en España”.
En tanto que generalizaciones cuya finalidad es introducir aceleradamente a la clientela mexicana en el universo de Espada (un universo reducido, ya lo veremos), podemos dar por válidos los enunciados de Milenio y Excélsior que acabamos de citar. Pero el lector inquisitivo nos obliga a ser más precisos; nos obliga a contestarle, por ejemplo, ¿qué críticas hizo Arcadi a Javier Bauluz y por qué Excélsior las relaciona con un supuesto carácter “polémico” de Espada?
Bauluz había recibido en 2001 el premio Godó de fotoperiodismo, por la captura de la imagen de un hombre y una mujer que se asolean en una playa de Cádiz frente a un inmigrante muerto. La imagen fue publicada en el suplemento El Magazine, del diario catalán La Vanguardia, y en la portada del New York Times. Arcadi, en su libro Diarios, premio Espasa de ensayo 2002, reprodujo la foto sin permiso de Bauluz y se refiere burlonamente a él como “demiurgo imprescindible” y “hombre bondadoso dedicado profesionalmente a los destruidos”, además de hablar de la “docilidad que hace grandes a los tipos como Bauluz, capaces de cazar como si fueran conejos a dos desapercibidos bañistas que puede que estén rezando en silencio ante el cadáver de un inmigrante [...]; por fortuna, el cadáver no era de un pobre blanco: ni Bauluz habría sacado tanto provecho”. Espada acusó a Bauluz de excluir de su fotografía deliberadamente al personal del Estado encargado de recoger el cuerpo, así como de inducir la ilusión de proximidad entre la pareja y el cadáver.
Excélsior dice que el “académico y periodista” es “polémico”; no lleguemos a tanto: Arcadi, simplemente, es mentiroso. Como nunca proveyera pruebas de sus acusaciones en contra del fotógrafo, el Consell de la Informació de Catalunya resolvió en mayo de 2003 que las declaraciones del académico sobre Bauluz son “falsas, injustas y fuera de toda razón” y vulneran el código deontológico de la profesión periodística de Cataluña. Espada, todavía hoy, recuerda a veces en sus artículos el conflicto con Bauluz y sigue rumiando su ira y su desvergüenza.
Pero además está el señalamiento hecho a Muntazer Al-Zaidi por haber quebrantado el “sagrado principio” del periodismo que es “la imposibilidad de convertirse en noticia [...] construyéndola él mismo con su propia acción calculada. Despreciando el fact (hecho) y abrazando su corrupción, el factoide: un hecho que sólo existe si se exhibe”. Pues bien: no otra cosa hizo en Girona el “académico y periodista” (y político) Espada el 5 de junio de 2006, cuando al frente de la asociación Ciutadans de Catalunya actuó con provocaciones en contra del movimiento independentista catalán. Espada, otros Ciutadans así como sus rivales independentistas sufrieron agresiones físicas y verbales, pero la prensa española recogió sólo las quejas de los Ciutadans y nadie las de los Maulets (la juventud independentista catalana).
El asalto a la razón
Desinformado por las “versiones oficiales”, Carlos Marín desinforma a sus lectores. En su columna del viernes 19 dice: “tres días después de su temerario lanzamiento [Al-Zaidi] escribió al primer ministro de su país reconociendo: «es ahora demasiado tarde para lamentar la enorme y fea acción que perpetré», pero «le pido su perdón...»”. Sin embargo un hermano de Muntazer, Uday, entrevistado por Al-Bagdadiya, desmintió a las presidencias norteamericana e iraquí —en cuyos “partes” fundamenta Marín sus artículos—: “mi hermano acaba de decirme que nunca mandó excusas al gobierno”. Muntazer, asegura Uday, no se arrepiente de lo que hizo.
Se quejan Marín y Espada de que en “la habitual orgía hipócrita” no se diga nada (!) “como es natural” (?) sobre el uso alevoso que le habría dado el iraquí a su oficio: “Muntazer Al-Zaidi le tiró sus zapatos a Bush porque llegó a colocarse a pocos metros de él, y el acceso a esa distancia, tan confianzuda y campechana, se lo dio su oficio de periodista”. Pero ¿quién si no un periodista tiene en Irak la posibilidad de lanzar a la cara del emperador esas verdades puntiagudas que no quisiera saber? ¿No se han dado cuenta el español y el mexicano de la grave crisis humana por la que, como por una herida, sangra nuestro planeta; crisis social mundial de la que George Bush II es el culpable más notorio?
En una situación de enfermedad y veneno, de honda agonía como la que atravesamos, ¿no se ha alargado demasiado la hora de mantener nuestro “guardar las formas”? ¿Seguiremos perpetuando el divorcio entre el periodista y el ciudadano? ¿En qué momento se castró a los periodistas para que no reconocieran el derecho a la rebelión, un derecho que se gana más allá de la cortedad de la ley?
George Bush, que debería responder a un tribunal por sus crímenes contra la humanidad, pasará en libertad el resto de sus años, gozoso de salud, henchido de riquezas. El joven periodista que expresó, no digamos la indignación propia de un ser humano reflexivo, sino la ineludible cólera de una criatura viviente, el joven periodista está en la cárcel, culpable del delito de arrojar un zapato.
*Blog: cuaderno de apuntes que se actualiza al gusto del autor a través de internet.
lunes, enero 05, 2009
Carta a los adultos
En los años recientes se han sucedido incesantes manifestaciones en varias ciudades de Grecia, sobre todo en Atenas. Los convocantes han sido anarquistas y comunistas, pero quienes participan en las protestas y marchas proceden de todos los orígenes; unos tienen una conciencia de clase muy desarrollada, pero otros apenas comienzan a interesarse por la sociedad y la política. En su mayoría son jóvenes desempleados, trabajadores mal pagados y estudiantes preocupados por la sombría perspectiva de su futuro.
Grecia era uno de los países más pobres de Europa; y sigue siéndolo, aunque su pobreza se oculte bajo los índices macroeconómicos, aparentemente benignos. La economía es más pujante, pero muy pocos sienten los favores de la pujanza. La brecha entre ricos y pobres se ha vuelto demasiado amplia. Con la integración del país a la Unión Europea, los políticos han presionado a los ciudadanos para que consientan la privatización de los servicios públicos (la educación entre éstos) y la adopción de medidas de “flexibilidad laboral” (un eufemismo cuyo verdadero significado es la desmejora de la situación del trabajador). Además, como sucede siempre en épocas de “ajuste”, no han faltado manos que rebusquen en el río revuelto para ver qué pueden pescar; la corrupción salpica tanto a quienes ocupan hoy el poder como a sus opositores de derecha y de izquierda, ha dado lugar a escándalos muy sonados y la población desconfía de todos los partidos políticos. Y mientras la riqueza se ha ido concentrando en las arcas de los poderosos, los jóvenes, para sobrevivir, tienen que aceptar las precarias condiciones de trabajo que el capital les ofrece. La tasa de desempleo juvenil es la más alta de la Unión Europea, 23%. El 20% de los jóvenes griegos vive por debajo de la línea de pobreza.
La noche del sábado 6 de diciembre, enmedio de una marcha juvenil en el centro de Atenas, el policía Epaminondas Korkoneas disparó contra uno de los manifestantes, un adolescente de 15 años simpatizante del anarquismo llamado Alexandros Grigoropoulos. La muerte de Alexis liberó la furia que el pueblo había estado acumulando y reprimiendo. Las protestas se intensificaron durante diciembre. El Fondo Monetario Internacional está reconociendo que la oleada de revueltas anticapitalistas se expandirá fuera de Grecia si la pésima distribución de la riqueza mundial no es corregida.
La Federación Griega de Estudiantes de Enseñanza Superior puso a circular entre los asistentes al funeral de Alexis una carta escrita por amigos del muchacho. Algunos medios de comunicación de otros países la han reproducido; en México lo hizo sólo la edición de Puebla de Milenio, pero su versión se oye poco natural, demasiado “españolizada”. Yo no domino ningún idioma, ni siquiera el mío, pero como pude traduje la carta a partir de la versión en inglés que hay en el sitio de Michael Lavalette, concejal socialista de Preston, Inglaterra. Consulté otras versiones ligeramente distintas que hallé en otros sitios y la versión en francés que hay en el blog de Fabienne Dounas, quien llevó la carta a su idioma directamente desde el griego. Conocidos-desconocidos (γνωστοί-άγνωστοι, “gnostoi-agnostoi”) es una expresión utilizada por los mass media de Grecia para definir a las personas que han respondido a la represión policial con una violencia injustificada que ha vuelto antipático el levantamiento juvenil a mucha gente. Los “gnostoi-agnostoi” suelen ir encapuchados. Existen antecedentes (bien lo sabemos en México desde 1968) de que los manifestantes más violentos son muchas veces agentes provocadores pagados por la policía.
El “título” (que en realidad no es tal cosa, sino más bien una explicitación, una dedicatoria) es de mi invención. Creo que así nos quedará más claro, hipócrita lector, la distancia que nos separa a ti y a mí de estos muchachos. Y sin embargo, no hace mucho tiempo tú y yo también éramos jóvenes...
QUEREMOS UN MUNDO MEJOR. AYÚDENNOS A CONSTRUIRLO.
No somos terroristas. No llevamos capucha. No nos llamen “conocidos-desconocidos”.
SOMOS HIJOS DE USTEDES.
Somos sus “conocidos-desconocidos”.
Soñamos —No asesinen ustedes nuestros sueños.
Tenemos fuerza —No paralicen nuestra fuerza.
HAGAN MEMORIA.
Un día ustedes también fueron jóvenes.
Ahora persiguen el dinero, les interesan los “aparadores”, están gordos, se han quedado calvos.
HAN OLVIDADO.
Esperábamos que nos apoyaran, esperábamos que se involucraran, que por una vez nos hicieran sentir orgullo.
PERO NO SUCEDIÓ.
Ustedes viven vidas de mentira, con la cabeza abajo, los pantalones abajo y simplemente esperan el día de la muerte.
No imaginan, no se enamoran, no crean.
Venden y compran. Eso es lo que hacen.
APEGO POR LO MATERIAL EN TODAS PARTES. AMOR EN NINGUNA. VERDAD EN NINGUNA.
¿Dónde están los padres?
¿Dónde los artistas?
¿Por qué no salen a la calle?
¿Por qué no nos protegen de las balas?
LOS ADULTOS ESTÁN MATÁNDONOS.
AYÚDENNOS. SOMOS SUS HIJOS.
Grecia era uno de los países más pobres de Europa; y sigue siéndolo, aunque su pobreza se oculte bajo los índices macroeconómicos, aparentemente benignos. La economía es más pujante, pero muy pocos sienten los favores de la pujanza. La brecha entre ricos y pobres se ha vuelto demasiado amplia. Con la integración del país a la Unión Europea, los políticos han presionado a los ciudadanos para que consientan la privatización de los servicios públicos (la educación entre éstos) y la adopción de medidas de “flexibilidad laboral” (un eufemismo cuyo verdadero significado es la desmejora de la situación del trabajador). Además, como sucede siempre en épocas de “ajuste”, no han faltado manos que rebusquen en el río revuelto para ver qué pueden pescar; la corrupción salpica tanto a quienes ocupan hoy el poder como a sus opositores de derecha y de izquierda, ha dado lugar a escándalos muy sonados y la población desconfía de todos los partidos políticos. Y mientras la riqueza se ha ido concentrando en las arcas de los poderosos, los jóvenes, para sobrevivir, tienen que aceptar las precarias condiciones de trabajo que el capital les ofrece. La tasa de desempleo juvenil es la más alta de la Unión Europea, 23%. El 20% de los jóvenes griegos vive por debajo de la línea de pobreza.
La noche del sábado 6 de diciembre, enmedio de una marcha juvenil en el centro de Atenas, el policía Epaminondas Korkoneas disparó contra uno de los manifestantes, un adolescente de 15 años simpatizante del anarquismo llamado Alexandros Grigoropoulos. La muerte de Alexis liberó la furia que el pueblo había estado acumulando y reprimiendo. Las protestas se intensificaron durante diciembre. El Fondo Monetario Internacional está reconociendo que la oleada de revueltas anticapitalistas se expandirá fuera de Grecia si la pésima distribución de la riqueza mundial no es corregida.
La Federación Griega de Estudiantes de Enseñanza Superior puso a circular entre los asistentes al funeral de Alexis una carta escrita por amigos del muchacho. Algunos medios de comunicación de otros países la han reproducido; en México lo hizo sólo la edición de Puebla de Milenio, pero su versión se oye poco natural, demasiado “españolizada”. Yo no domino ningún idioma, ni siquiera el mío, pero como pude traduje la carta a partir de la versión en inglés que hay en el sitio de Michael Lavalette, concejal socialista de Preston, Inglaterra. Consulté otras versiones ligeramente distintas que hallé en otros sitios y la versión en francés que hay en el blog de Fabienne Dounas, quien llevó la carta a su idioma directamente desde el griego. Conocidos-desconocidos (γνωστοί-άγνωστοι, “gnostoi-agnostoi”) es una expresión utilizada por los mass media de Grecia para definir a las personas que han respondido a la represión policial con una violencia injustificada que ha vuelto antipático el levantamiento juvenil a mucha gente. Los “gnostoi-agnostoi” suelen ir encapuchados. Existen antecedentes (bien lo sabemos en México desde 1968) de que los manifestantes más violentos son muchas veces agentes provocadores pagados por la policía.
El “título” (que en realidad no es tal cosa, sino más bien una explicitación, una dedicatoria) es de mi invención. Creo que así nos quedará más claro, hipócrita lector, la distancia que nos separa a ti y a mí de estos muchachos. Y sin embargo, no hace mucho tiempo tú y yo también éramos jóvenes...
* * *
A LOS ADULTOS.
QUEREMOS UN MUNDO MEJOR. AYÚDENNOS A CONSTRUIRLO.
No somos terroristas. No llevamos capucha. No nos llamen “conocidos-desconocidos”.
SOMOS HIJOS DE USTEDES.
Somos sus “conocidos-desconocidos”.
Soñamos —No asesinen ustedes nuestros sueños.
Tenemos fuerza —No paralicen nuestra fuerza.
HAGAN MEMORIA.
Un día ustedes también fueron jóvenes.
Ahora persiguen el dinero, les interesan los “aparadores”, están gordos, se han quedado calvos.
HAN OLVIDADO.
Esperábamos que nos apoyaran, esperábamos que se involucraran, que por una vez nos hicieran sentir orgullo.
PERO NO SUCEDIÓ.
Ustedes viven vidas de mentira, con la cabeza abajo, los pantalones abajo y simplemente esperan el día de la muerte.
No imaginan, no se enamoran, no crean.
Venden y compran. Eso es lo que hacen.
APEGO POR LO MATERIAL EN TODAS PARTES. AMOR EN NINGUNA. VERDAD EN NINGUNA.
¿Dónde están los padres?
¿Dónde los artistas?
¿Por qué no salen a la calle?
¿Por qué no nos protegen de las balas?
LOS ADULTOS ESTÁN MATÁNDONOS.
AYÚDENNOS. SOMOS SUS HIJOS.
LOS JÓVENES.
P. D: No nos echen más gases lacrimógenos. SABEMOS llorar solos!
domingo, enero 04, 2009
Racistas
Soy racista de la paz:
gente de ojos azules asesina,
gente de ojos negros mata,
gente de pelo rizado destruye,
gente de pelo liso dinamita,
gente de piel morena desgarra mi carne
gente de piel rosada derrama mi sangre.
Sólo los carentes de color
sólo los transparentes son buenos
porque me dejan dormir por la noche sin temor
y ver a través de ellos
el cielo.
Soy racista... Así dijo Yehuda Amijai (en hebreo יהודה עמיחי), uno de los más notables poetas judíos contemporáneos entre los que escogieron la lengua hebrea como lengua de escritura. La traducción al castellano se debe a Raquel García Lozano y la pueden leer en la antología Un idioma, un paisaje, que recoge la obra de Amijai hasta 1989.
Amijai nació en Wurzburgo, Alemania, el 3 de mayo de 1924. Su infancia y su adolescencia transcurrieron en los días de espanto de Hitler. La familia, amenazada por la expansión nazi como todas las familias judías, emigró a Palestina en 1935. Durante la Segunda Guerra Mundial, Yehuda fue soldado de la brigada judía del ejército británico. Descubrió la poesía en esta época, un día que examinaba los libros rescatados de un incendio. Tras la derrota del Eje Berlín-Roma-Tokio, Yehuda continuó combatiendo, ahora en apoyo de la fundación de Israel. Más tarde tomó clases de literatura en la Universidad Hebrea de Jerusalén y trabajó como profesor de preparatoria. Su experiencia en combate lo marcó profundamente para toda la vida, y algunos de sus textos más memorables se refieren a la vida del soldado. Murió de cáncer en el año 2000. En Israel se le considera uno de los más grandes poetas nacionales.
¿Qué habría pensado, sentido y dicho Amijai si hubiera alcanzado a saber de los crímenes que en 2009 está cometiendo en Gaza el Estado que vio nacer, el país que contribuyó a crear, Israel? Creo que lo que habría dicho es lo que dijo, lo que está contenido en el poema que acaban de leer. Un rasgo lamentable de ver en una comunidad tan vigorosa como lo es la judía —rasgo decepcionante y peligroso, para los judíos y para quienes se sitúan cerca de ellos— es que, después de la Shoáh (el genocidio hitleriano, que significó una pérdida de más de seis millones de judíos durante la última guerra mundial), muchos judíos, sobre todo los judíos israelíes, se contemplan a sí mismos como el Único Otro. La cultura cristiana está condenada a girar interminablemente en torno al círculo vicioso pecado-arrepentimiento; por eso mismo, los miembros de la civilización cristiana vemos en el otro (el prójimo) a un recipiente de nuestras acciones: le hemos causado placer o daño y le tenemos que pedir perdón. En cambio, los judíos que apoyan la masacre del Estado israelí no son capaces de verse más que como víctimas. Se ven a sí mismos como sobrevivientes de la Shoáh; son víctimas perpetuas y el mundo no ha acabado de saldar sus cuentas con ellos.
Al contrario de muchos israelíes y de muchos judíos, el poeta Amijai —en el texto anterior y en otros— no se mantuvo ciego; reconoció que el judío podía ser opresor y verdugo, ni más ni menos que un nazi, un árabe o un romano. Y dije el poeta Amijai porque no puedo saber qué habría pensado el ciudadano israelí Yehuda Amijai sobre la política actual. ¿Habría apoyado a su gobierno? Quiero pensar que no; pero esto ya no importa: el ciudadano Amijai está muerto. Pero los poemas de este hombre muerto son tan importantes como las palabras de un hombre vivo porque aprendió a ver al otro y fue capaz de darse cuenta de que el hijo de la víctima de ayer podía convertirse en el verdugo de hoy: el musulmán, el judío, el estadunidense, el ruso, el chino, el mexicano... Ese pueblo inocente de piel descolorida —no existe: su existencia es un ruego, o una fantasía. No podemos encontrar ninguna religión, clase, raza o etnia que se haya salvado de cometer un crimen. Todos hemos sido víctimas. Todos somos, o seremos, culpables.
gente de ojos azules asesina,
gente de ojos negros mata,
gente de pelo rizado destruye,
gente de pelo liso dinamita,
gente de piel morena desgarra mi carne
gente de piel rosada derrama mi sangre.
Sólo los carentes de color
sólo los transparentes son buenos
porque me dejan dormir por la noche sin temor
y ver a través de ellos
el cielo.
Soy racista... Así dijo Yehuda Amijai (en hebreo יהודה עמיחי), uno de los más notables poetas judíos contemporáneos entre los que escogieron la lengua hebrea como lengua de escritura. La traducción al castellano se debe a Raquel García Lozano y la pueden leer en la antología Un idioma, un paisaje, que recoge la obra de Amijai hasta 1989.
Amijai nació en Wurzburgo, Alemania, el 3 de mayo de 1924. Su infancia y su adolescencia transcurrieron en los días de espanto de Hitler. La familia, amenazada por la expansión nazi como todas las familias judías, emigró a Palestina en 1935. Durante la Segunda Guerra Mundial, Yehuda fue soldado de la brigada judía del ejército británico. Descubrió la poesía en esta época, un día que examinaba los libros rescatados de un incendio. Tras la derrota del Eje Berlín-Roma-Tokio, Yehuda continuó combatiendo, ahora en apoyo de la fundación de Israel. Más tarde tomó clases de literatura en la Universidad Hebrea de Jerusalén y trabajó como profesor de preparatoria. Su experiencia en combate lo marcó profundamente para toda la vida, y algunos de sus textos más memorables se refieren a la vida del soldado. Murió de cáncer en el año 2000. En Israel se le considera uno de los más grandes poetas nacionales.
¿Qué habría pensado, sentido y dicho Amijai si hubiera alcanzado a saber de los crímenes que en 2009 está cometiendo en Gaza el Estado que vio nacer, el país que contribuyó a crear, Israel? Creo que lo que habría dicho es lo que dijo, lo que está contenido en el poema que acaban de leer. Un rasgo lamentable de ver en una comunidad tan vigorosa como lo es la judía —rasgo decepcionante y peligroso, para los judíos y para quienes se sitúan cerca de ellos— es que, después de la Shoáh (el genocidio hitleriano, que significó una pérdida de más de seis millones de judíos durante la última guerra mundial), muchos judíos, sobre todo los judíos israelíes, se contemplan a sí mismos como el Único Otro. La cultura cristiana está condenada a girar interminablemente en torno al círculo vicioso pecado-arrepentimiento; por eso mismo, los miembros de la civilización cristiana vemos en el otro (el prójimo) a un recipiente de nuestras acciones: le hemos causado placer o daño y le tenemos que pedir perdón. En cambio, los judíos que apoyan la masacre del Estado israelí no son capaces de verse más que como víctimas. Se ven a sí mismos como sobrevivientes de la Shoáh; son víctimas perpetuas y el mundo no ha acabado de saldar sus cuentas con ellos.
Al contrario de muchos israelíes y de muchos judíos, el poeta Amijai —en el texto anterior y en otros— no se mantuvo ciego; reconoció que el judío podía ser opresor y verdugo, ni más ni menos que un nazi, un árabe o un romano. Y dije el poeta Amijai porque no puedo saber qué habría pensado el ciudadano israelí Yehuda Amijai sobre la política actual. ¿Habría apoyado a su gobierno? Quiero pensar que no; pero esto ya no importa: el ciudadano Amijai está muerto. Pero los poemas de este hombre muerto son tan importantes como las palabras de un hombre vivo porque aprendió a ver al otro y fue capaz de darse cuenta de que el hijo de la víctima de ayer podía convertirse en el verdugo de hoy: el musulmán, el judío, el estadunidense, el ruso, el chino, el mexicano... Ese pueblo inocente de piel descolorida —no existe: su existencia es un ruego, o una fantasía. No podemos encontrar ninguna religión, clase, raza o etnia que se haya salvado de cometer un crimen. Todos hemos sido víctimas. Todos somos, o seremos, culpables.
sábado, enero 03, 2009
Sumer: música árabe con intérpretes iraquíes y europeos
Así como uno recolecta de niño las piedrecitas de formas raras que va encontrando mientras camina, en mis largas correrías por YouTube y sitios semejantes he ido guardando los enlaces de algunos (¡muchos!) de los videos que descubro más o menos al azar y me gustan. Tal vez en una visita al De Efe pueda comprar los discos a los que pertenecen, o más probablemente me veré obligado a conseguirlos de otra manera, porque no siempre es música de la que se vendan miles y miles de copias (al menos en México, y en otros países estoy seguro de que tampoco es así).
Hará cosa de año y medio, andaba buscando algún documental sobre Sumeria, donde nació la civilización. No sabía si iba a encontrar nada, simplemente era una mañana ociosa. Y bueno, encontré esta maravilla. Ya no seguí buscando películas sobre los orígenes de la cultura, olvidé este propósito por completo.
Lo que encontré fue hermosa música. Se trata de Sumer, una agrupación fundada en Gotemburgo, Suecia, en 1996. El nombre del grupo no sólo hace referencia a Mesopotamia, sino —de acuerdo con el sitio culturebase.net— a una diosa iraquí de la antigüedad pagana. Talal Ismail, el director, de nacionalidad iraquí, es un experto en los misterios de su tradición musical. Sus compañeros vienen tanto de Irak como de los países escandinavos. El repertorio de Sumer consta principalmente de música folklórica árabe, sobre todo de composiciones del siglo XX. Las vocalistas, Marianne (de Noruega) y Anna (sueca), no hablan árabe, pero han logrado que su interpretación sea verosímil gracias al entrenamiento de Talal Ismail.
Voy a compartir dos videos con ustedes. Marianne Holmboe es la vocalista en Ghariba, una canción iraquí, muy triste, muy dolorosa, acerca de la maternidad. Al igual que en muchas culturas, entre los árabes gritar ¡oh mamá! (‘ya youm’, ‘ya yumma’) expresa aflicción, denota un sentimiento de pequeñez cuando se sufre por algo cuyo control no está en nuestras manos. La evocación de la madre es una petición de amparo y de fuerza. Esta canción está inspirada por la pérdida de una madre.
Ghariba
Mamá, háblame.
Mamá, respóndeme.
Te extraño
y es insoportable mi sentimiento.
Soy un extranjero abandonado
que extraña la mirada de amor de tus ojos.
Mi vida perdió el norte, se ha extraviado.
Madre, háblame y hazme entender.
Soy un extranjero abandonado
que extraña la mirada de amor de tus ojos.
Tú sabías cuando estaba alegre
y cuando estaba triste.
Si me tocaba tu calidez, me llenaba de vida.
Extraño tu cuidado amoroso y tierno.
Soy un extranjero abandonado
que extraña la mirada de amor de tus ojos.
Las largas noches cuando te desvelabas
cuidando de mí.
Sacrificabas tu vida
para mantener la enfermedad lejos de mí.
Esta otra pieza tradicional iraquí se titula Mandal Dallouni (Enséñame el camino). Es una canción de amor no correspondido. La cantante es Anna Ottertun y ella misma realizó la transcripción para guitarra, que suena un poco influida —dice Anna en el video— por las obras de Carl Mikael Bellman, uno de los compositores suecos más importantes del siglo XVIII.
Mandal Dallouni
Necesito un carruaje que me devuelva a casa.
Por favor, enséñame el camino.
Mis ojos y mi corazón me preguntan:
¿por qué tanta añoranza y tristeza?
Hubiera sido mejor no amarlo,
debí haber sabido que me causaría dolor.
Desde que nos separamos
soy la sombra de lo que era.
Necesito un carruaje que me devuelva a casa.
Por favor, enséñame el camino.
Mis ojos y mi corazón me preguntan:
¿por qué tanta añoranza y tristeza?
Enlaces:
www.abusoona.com
www.sumersong.com
www.myspace.com/sumermusic
Hará cosa de año y medio, andaba buscando algún documental sobre Sumeria, donde nació la civilización. No sabía si iba a encontrar nada, simplemente era una mañana ociosa. Y bueno, encontré esta maravilla. Ya no seguí buscando películas sobre los orígenes de la cultura, olvidé este propósito por completo.
Lo que encontré fue hermosa música. Se trata de Sumer, una agrupación fundada en Gotemburgo, Suecia, en 1996. El nombre del grupo no sólo hace referencia a Mesopotamia, sino —de acuerdo con el sitio culturebase.net— a una diosa iraquí de la antigüedad pagana. Talal Ismail, el director, de nacionalidad iraquí, es un experto en los misterios de su tradición musical. Sus compañeros vienen tanto de Irak como de los países escandinavos. El repertorio de Sumer consta principalmente de música folklórica árabe, sobre todo de composiciones del siglo XX. Las vocalistas, Marianne (de Noruega) y Anna (sueca), no hablan árabe, pero han logrado que su interpretación sea verosímil gracias al entrenamiento de Talal Ismail.
Voy a compartir dos videos con ustedes. Marianne Holmboe es la vocalista en Ghariba, una canción iraquí, muy triste, muy dolorosa, acerca de la maternidad. Al igual que en muchas culturas, entre los árabes gritar ¡oh mamá! (‘ya youm’, ‘ya yumma’) expresa aflicción, denota un sentimiento de pequeñez cuando se sufre por algo cuyo control no está en nuestras manos. La evocación de la madre es una petición de amparo y de fuerza. Esta canción está inspirada por la pérdida de una madre.
Ghariba
Mamá, háblame.
Mamá, respóndeme.
Te extraño
y es insoportable mi sentimiento.
Soy un extranjero abandonado
que extraña la mirada de amor de tus ojos.
Mi vida perdió el norte, se ha extraviado.
Madre, háblame y hazme entender.
Soy un extranjero abandonado
que extraña la mirada de amor de tus ojos.
Tú sabías cuando estaba alegre
y cuando estaba triste.
Si me tocaba tu calidez, me llenaba de vida.
Extraño tu cuidado amoroso y tierno.
Soy un extranjero abandonado
que extraña la mirada de amor de tus ojos.
Las largas noches cuando te desvelabas
cuidando de mí.
Sacrificabas tu vida
para mantener la enfermedad lejos de mí.
Esta otra pieza tradicional iraquí se titula Mandal Dallouni (Enséñame el camino). Es una canción de amor no correspondido. La cantante es Anna Ottertun y ella misma realizó la transcripción para guitarra, que suena un poco influida —dice Anna en el video— por las obras de Carl Mikael Bellman, uno de los compositores suecos más importantes del siglo XVIII.
Mandal Dallouni
Necesito un carruaje que me devuelva a casa.
Por favor, enséñame el camino.
Mis ojos y mi corazón me preguntan:
¿por qué tanta añoranza y tristeza?
Hubiera sido mejor no amarlo,
debí haber sabido que me causaría dolor.
Desde que nos separamos
soy la sombra de lo que era.
Necesito un carruaje que me devuelva a casa.
Por favor, enséñame el camino.
Mis ojos y mi corazón me preguntan:
¿por qué tanta añoranza y tristeza?
Enlaces:
www.abusoona.com
www.sumersong.com
www.myspace.com/sumermusic
jueves, enero 01, 2009
Nuestro enemigo
Él está tranquilo, yo también
sorbe un té con limón,
bebo un café,
es lo único que nos distingue.
Él lleva, como yo, una camisa holgada a rayas,
yo hojeo, como él, los periódicos de la tarde.
Él no me ve cuando miro de reojo,
yo no le veo cuando mira de reojo,
él está tranquilo, yo también.
Pregunta algo al camarero,
pregunto algo al camarero...
Una gata negra pasa entre nosotros,
acaricio su noche
acaricia su noche...
Yo no le digo: Hace bueno,
está despejado.
Él no me dice: Hace bueno.
Él es el observado y el observador
yo soy el observado y el observador.
Muevo la pierna izquierda
mueve la pierna derecha.
Tarareo una canción,
tararea una canción parecida.
Pienso: ¿Es el espejo en que me veo?
Entonces le miro a los ojos,
pero no le veo...
Abandono el café aprisa.
Pienso: Quizá sea un asesino, o quizá
uno que habrá pensado que yo soy un asesino.
Él tiene miedo, ¡y yo también!
Él está tranquilo es el título de este poema del palestino Mahmud Darwix. Pertenece a su libro No te disculpes. La traducción al castellano se debe a Luz Gómez García y apareció primero en el diario español El País (6 de mayo de 2006) y luego en el conjunto Poesía escogida 1966-2005 (2008, editorial Pre-Textos).
Casi siempre se transcribe el nombre del autor como Mahmoud Darwish, Mahmud Darwish o Mahmoud Darwich (en árabe, محمود درويش), pero creo que la solución más acertada es la que propone Gómez García: escribir Mahmud Darwix, porque “el fonema árabe /ʃ/, que se escribe ش, no existe en castellano”; la equis “refleja para el castellanohablante de forma aceptable el sonido árabe, pertenece a nuestro alfabeto y tiene indudables virtudes poéticas”. Si lo anterior no fuera satisfactorio para algunos, sepan que el mismo poeta aprobó esta escritura de su apellido; “de acuerdo”, le dijo a la traductora, “en inglés con sh, en francés con ch, en español con x”. La pronunciación es aguda, con el acento en la segunda sílaba, al contrario de ‘Darwin’.
Mahmud Darwix nació en Al-Birwa el 13 de marzo de 1941. En junio de 1948, los aldeanos de Birwa, obligados por el recién creado Estado de Israel, huyeron hacia Líbano. Dos años más tarde, la familia del entonces niño Mahmud se reintrodujo clandestinamente al territorio de su nacimiento, para encontrar que la aldea había dejado de existir. Este periodo de la historia palestina se conoce como Nakba (‘catástrofe’), es decir el éxodo palestino de 1946-1948.
La existencia del niño Mahmud y la de muchos palestinos de todas las edades era negada oficialmente por Israel. Todo palestino que no hubiera estado presente en el censo levantado por Israel en 1949 carecía de reconocimiento jurídico, se convertía en un ‘infiltrado’, un ‘fuera de la ley’ y ¿qué se hace con los ‘fuera de la ley’, en cualquier parte? Se les persigue y se les castiga. La familia de Mahmud los envió a él y a sus hermanos a estudiar a Deir Al Ásad y Kafr Yasif. “Allí sufrió”, refiere Gómez García, “esta realidad de existir sin existir, que le obligaba, a mitad de clase, a correr a esconderse en las grutas de los alrededores cuando el vigía alertaba de la llegada de los guardias israelíes”.
Muy joven ingresa en el Partido Comunista de Israel. Fue arrestado en numerosas ocasiones a causa de su actividad política. Se exilia en Moscú, El Cairo y Beirut, donde se adhiere a la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) y permanece como miembro de ella casi toda su vida.
Es el autor de la Declaración de Independencia de Palestina (1988), lo que le valió el sobrenombre de “poeta de la resistencia”.
Falleció el 9 de agosto de 2008 en un hospital de Houston, Texas.
Luz Gómez le ha consagrado un blog, http://mahmuddarwix.blogspot.com. Los aliento a que lo visiten.
* * *
No sabemos qué está pasando en Gaza. Sólo tenemos una idea lejana. Los periódicos no sirven para nada más que para atiborrarse de ignorancia, para leer estupideces como: “Los ataques continuados con cohetes de Hamás hacia Israel deben terminar si se quiere poner fin a la violencia. Hamás debe terminar sus actividades terroristas si desea jugar un papel en el futuro del pueblo palestino. Estados Unidos urge a Israel que evite víctimas civiles en sus ataques a Hamás en Gaza” (Gordon Johndroe, portavoz de la Casa Blanca; La UE pide un alto el fuego inmediato en Gaza, El País, 27 de diciembre de 2008, información de agencias).
Israel ya estaba disparando misiles contra Gaza desde noviembre, mientras los televisores distraían al mundo con las banales elecciones presidenciales de Estados Unidos. El motivo alegado por Tel Aviv fue impedir la construcción de un túnel que —según ellos— Hamás podría haber utilizado para secuestrar soldados israelíes. Este acto significó una ruptura de la tregua a la que se habían comprometido los bandos en conflicto. Murieron suficientes palestinos como para que la resistencia palestina reemprendiera los lanzamientos de cohetes contra Israel.
En siete años, diecisiete personas han fallecido como consecuencia de los cohetes palestinos. Tres días de ataques de Israel contra Palestina (27-29 de diciembre de 2008) dejan detrás de sí más de trescientos muertos.
Pero aun si sabemos esto (y pocos lo sabemos), seguimos sin saber qué está pasando en Gaza, porque hay un conocimiento que sólo viene de haber perdido a un hermano, a una esposa o a un hijo enmedio de una guerra.
Lo que dice el poema de Darwix es: nos parecemos mucho a nuestro enemigo. En lo amable y en lo odioso. Nos parecemos del todo.
¡Nos parecemos tanto que no deberíamos ser enemigos!
No podemos ser enemigos de nosotros mismos.
¿Podemos?
sorbe un té con limón,
bebo un café,
es lo único que nos distingue.
Él lleva, como yo, una camisa holgada a rayas,
yo hojeo, como él, los periódicos de la tarde.
Él no me ve cuando miro de reojo,
yo no le veo cuando mira de reojo,
él está tranquilo, yo también.
Pregunta algo al camarero,
pregunto algo al camarero...
Una gata negra pasa entre nosotros,
acaricio su noche
acaricia su noche...
Yo no le digo: Hace bueno,
está despejado.
Él no me dice: Hace bueno.
Él es el observado y el observador
yo soy el observado y el observador.
Muevo la pierna izquierda
mueve la pierna derecha.
Tarareo una canción,
tararea una canción parecida.
Pienso: ¿Es el espejo en que me veo?
Entonces le miro a los ojos,
pero no le veo...
Abandono el café aprisa.
Pienso: Quizá sea un asesino, o quizá
uno que habrá pensado que yo soy un asesino.
Él tiene miedo, ¡y yo también!
Él está tranquilo es el título de este poema del palestino Mahmud Darwix. Pertenece a su libro No te disculpes. La traducción al castellano se debe a Luz Gómez García y apareció primero en el diario español El País (6 de mayo de 2006) y luego en el conjunto Poesía escogida 1966-2005 (2008, editorial Pre-Textos).
Casi siempre se transcribe el nombre del autor como Mahmoud Darwish, Mahmud Darwish o Mahmoud Darwich (en árabe, محمود درويش), pero creo que la solución más acertada es la que propone Gómez García: escribir Mahmud Darwix, porque “el fonema árabe /ʃ/, que se escribe ش, no existe en castellano”; la equis “refleja para el castellanohablante de forma aceptable el sonido árabe, pertenece a nuestro alfabeto y tiene indudables virtudes poéticas”. Si lo anterior no fuera satisfactorio para algunos, sepan que el mismo poeta aprobó esta escritura de su apellido; “de acuerdo”, le dijo a la traductora, “en inglés con sh, en francés con ch, en español con x”. La pronunciación es aguda, con el acento en la segunda sílaba, al contrario de ‘Darwin’.
Mahmud Darwix nació en Al-Birwa el 13 de marzo de 1941. En junio de 1948, los aldeanos de Birwa, obligados por el recién creado Estado de Israel, huyeron hacia Líbano. Dos años más tarde, la familia del entonces niño Mahmud se reintrodujo clandestinamente al territorio de su nacimiento, para encontrar que la aldea había dejado de existir. Este periodo de la historia palestina se conoce como Nakba (‘catástrofe’), es decir el éxodo palestino de 1946-1948.
La existencia del niño Mahmud y la de muchos palestinos de todas las edades era negada oficialmente por Israel. Todo palestino que no hubiera estado presente en el censo levantado por Israel en 1949 carecía de reconocimiento jurídico, se convertía en un ‘infiltrado’, un ‘fuera de la ley’ y ¿qué se hace con los ‘fuera de la ley’, en cualquier parte? Se les persigue y se les castiga. La familia de Mahmud los envió a él y a sus hermanos a estudiar a Deir Al Ásad y Kafr Yasif. “Allí sufrió”, refiere Gómez García, “esta realidad de existir sin existir, que le obligaba, a mitad de clase, a correr a esconderse en las grutas de los alrededores cuando el vigía alertaba de la llegada de los guardias israelíes”.
Muy joven ingresa en el Partido Comunista de Israel. Fue arrestado en numerosas ocasiones a causa de su actividad política. Se exilia en Moscú, El Cairo y Beirut, donde se adhiere a la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) y permanece como miembro de ella casi toda su vida.
Es el autor de la Declaración de Independencia de Palestina (1988), lo que le valió el sobrenombre de “poeta de la resistencia”.
Falleció el 9 de agosto de 2008 en un hospital de Houston, Texas.
Luz Gómez le ha consagrado un blog, http://mahmuddarwix.blogspot.com. Los aliento a que lo visiten.
* * *
No sabemos qué está pasando en Gaza. Sólo tenemos una idea lejana. Los periódicos no sirven para nada más que para atiborrarse de ignorancia, para leer estupideces como: “Los ataques continuados con cohetes de Hamás hacia Israel deben terminar si se quiere poner fin a la violencia. Hamás debe terminar sus actividades terroristas si desea jugar un papel en el futuro del pueblo palestino. Estados Unidos urge a Israel que evite víctimas civiles en sus ataques a Hamás en Gaza” (Gordon Johndroe, portavoz de la Casa Blanca; La UE pide un alto el fuego inmediato en Gaza, El País, 27 de diciembre de 2008, información de agencias).
Israel ya estaba disparando misiles contra Gaza desde noviembre, mientras los televisores distraían al mundo con las banales elecciones presidenciales de Estados Unidos. El motivo alegado por Tel Aviv fue impedir la construcción de un túnel que —según ellos— Hamás podría haber utilizado para secuestrar soldados israelíes. Este acto significó una ruptura de la tregua a la que se habían comprometido los bandos en conflicto. Murieron suficientes palestinos como para que la resistencia palestina reemprendiera los lanzamientos de cohetes contra Israel.
En siete años, diecisiete personas han fallecido como consecuencia de los cohetes palestinos. Tres días de ataques de Israel contra Palestina (27-29 de diciembre de 2008) dejan detrás de sí más de trescientos muertos.
Pero aun si sabemos esto (y pocos lo sabemos), seguimos sin saber qué está pasando en Gaza, porque hay un conocimiento que sólo viene de haber perdido a un hermano, a una esposa o a un hijo enmedio de una guerra.
Lo que dice el poema de Darwix es: nos parecemos mucho a nuestro enemigo. En lo amable y en lo odioso. Nos parecemos del todo.
¡Nos parecemos tanto que no deberíamos ser enemigos!
No podemos ser enemigos de nosotros mismos.
¿Podemos?
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