martes, septiembre 23, 2008

Rick Wright (1943 – 2008)

La madrugada del martes pasado andaba yo buscando canciones de Pink Floyd en Youtube (ese sitio peligrosamente adictivo). Esto no es raro, porque ubico a los Floyd desde mis 13 años entre los grupos que más me gustan; en fin, tenía ganas de oírlos y eso hice.

Los enlaces a los videos elaborados por los usuarios comenzaron a aparecer en orden cronológico, los más recientes primero. Algunos títulos llevaban un R. I. P. que me sobresaltó. Puse algunos de esos videos recientes y al amanecer comprobé la noticia en un periódico: Rick Wright había muerto el lunes, de cáncer. Cuando yo era más joven toqué el teclado para algunos grupos de rock y de pop. Uno de los músicos cuyo trabajo me inspiró fue el minimalista Rick. Y ahora el héroe de mi adolescencia y de mi juventud había muerto.

Richard William Wright nació en Londres el 28 de julio de 1943. Estudió arquitectura en el Instituto Politécnico de Regent Street (absorbido posteriormente por la Universidad de Westminster), donde conoció a George Roger Waters y Nicholas Berkeley 'Nick' Mason; junto a ellos y otros jóvenes aficionados formó el grupo de rock Sigma 6 en 1964.

El núcleo de Waters, Mason y Wright se mantuvo constante enmedio de las diversas alineaciones de la banda, de la que entraban y salían músicos; debido a la movilidad de los integrantes, Richard —quien sabía tocar varios instrumentos— pasó de la guitarra a los teclados electrónicos y Roger de la guitarra al bajo. Nick Mason fue desde el principio el baterista. Otras denominaciones que utilizaron como banda fueron The Abdabs, The Screaming Abdabs, The Meggadeaths y The Tea Set (o The T-Set) hasta que en 1965 el vocalista que tenían por entonces, Roger Keith 'Syd' Barrett, propone el nombre The Pink Floyd Sound, después cortado a The Pink Floyd y Pink Floyd.

Contra lo que la gente piensa, el término fluido rosa no había sido inspirado por los viajes en ácido en los que a toda hora era inevitable hallar a Syd, sino por dos bluesmen, Pink Anderson y Floyd Council, cuyos nombres había leído el cantante en la funda de un disco.

En rápido tiempo, el sonido de The Pink Floyd Sound se había alejado extensas millas del rythm & blues de Sigma 6. El grupo de fines de los sesenta amalgamaba las intuiciones psicodélicas de Syd Barrett con la imaginería tenebrosa de Roger Waters y elementos de las músicas clásica, concreta y jazz aportados por Richard Wright. El desarrollo de esta tendencia conscientemente experimental daría lugar en la década siguiente al rock progresivo, el cual, como apunta el crítico del Independent Andy Gill, “en manos de agrupaciones menos innovadoras se convirtió simplemente en una excusa para solos instrumentales largos y masturbatorios, pero en manos de los Floyd ofrecía posibilidades musicales mucho más sutiles e intrigantes”.

Lejos de paradigmas del sintetizador progresivo como Keith Emerson o Rick Wakeman, a Rick Wright no le interesaba la complejidad, menos la fastuosidad ni la demostración perpetua y descollante de sus poderes como instrumentista. Su presencia en los álbumes parecía 'a primer oído' modesta, reservada; lo que sucedía, en realidad, era que Rick 'hilaba delgado', se desplazaba como una serpiente sobre y debajo del terreno que él había descubierto, el de la experimentación con materiales sonoros que iba más allá de la interpretación tonal para adentrarse en el valor musical de los susurros y los ruidos, de lo que no suele ser considerado 'arte': el rechinar de las cosas juntas, las equivocaciones electrónicas, el viento, los animales y las plantas, el cuerpo humano, la carrera de los metrónomos, el tic-tac de los relojes, la percusión de superficies metálicas, la manipulación de invenciones pretéritas en el estudio de grabación; también las pausas y los ecos de las voces y la prolongación de una sola nota en el órgano hasta exasperar a quien la oye y también el meditabundo silencio. Rick hizo suya, en clave de rock, la convicción de los movimientos de vanguardia del siglo XX: el universo entero y en cada una de sus partes es un objeto musical.
Rick, Dave, Roger, Nick
Rick, además, disponía los entornos adecuados para las diligencias de uno de los mejores guitarristas de los 70: David Gilmour. Como instrumentista —al igual que como persona, por lo que he sabido— Rick fue alguien con quien se podía dialogar; no una figura que se imponía, al revés de tantas superestrellas del progresivo. Vale recordar que Pink Floyd tuvo dos formaciones clásicas: la psicodélica, la de los primeros discos, contaba con Barrett en la voz y en los instrumentos con Wright, Waters y Mason; la segunda, propiamente progresiva, excluye a Barrett —por su drogadicción y comportamiento errático— e incluye a Gilmour.

A lo largo de los 70, Roger Waters irá concentrándose más y más en sus propios proyectos, sirviéndose del grupo como mera herramienta para llevar éstos a cabo, lo que por supuesto desagrada a los demás. Después de elaborar los discos más propositivos de su carrera —The dark side of the Moon (1973), Wish you were here (1975), Animals (1977)— Pink Floyd se entrega al álbum doble The Wall (1979), proyecto realmente de Waters, pretencioso, bombástico... y al que el público ha beneficiado convirtiéndolo en clásico. Durante los ensayos en el estudio, y fuera de él, Rick manifiesta su disgusto con el papel de Roger como 'jefe', se niega a recortar sus vacaciones y a terminar La Pared con rapidez (lo que habría supuesto una compensación económica para los Floyd por parte de Columbia Records, quienes desesperaban por ver el álbum concluido). Roger, encolerizado, despide a Richard del grupo; sin embargo, la misma ansiedad de completar la grabación lo antes posible obliga a Waters a contratar a Richard, pues conocía los temas. Otra ironía es que con la gira promocional, para la cual también fue contratado Wright, éste obtuvo réditos económicos mayores que los de sus ex-compañeros: los shows —con su parafernalia de cuadrafonía, luces de mil colores, marionetas gigantescas y muros alrededor del escenario— resultaron demasiado costosos y los tres integrantes de ese momento de Pink Floyd debieron sacrificar sus ganancias; no así Wright, que cobró con sueldo de técnico especializado.

Richard no aparece en el siguiente álbum, The final cut (1983), el más débil en lo musical, aunque las letras de Waters en torno a la Guerra Fría y al conflicto entre Inglaterra y Argentina por las Islas Malvinas, destacan en la discografía floydiana por su compromiso con el momento político (“Brezhnev took Afghanistan,/ Begin took Beirut,/ Galtieri took the Union Jack/ and Maggie [Margaret Thatcher],/ over lunch one day,/ took a cruiser with all hands/ apparently to make him give it back”). Algunos teclados en The final cut los toca Roger, otros son interpretados por Andy Bown, del grupo Status Quo, y por el célebre director de orquesta Michael Kamen.
Dave, Roger, Nick y Rick en 2005

Para Roger, The final cut fue el último álbum de la banda, pero David y Nick deseaban proseguir con los discos y los conciertos. Esta diferencia de perspectivas trenza al bajista, al guitarrista y al baterista en una serie de conflictos jurídicos, que culminan con el reconocimiento legal a Dave y Nick del derecho de trabajar bajo el nombre común de Pink Floyd.

Liberados del conflictivo Roger, Nick y Dave contratan a Rick para A momentary lapse of reason (1987) y en la gira subsecuente lo invitan a reintegrarse al grupo. Esta encarnación de Pink Floyd Gilmour, Mason, Wright lanza en 1994 The division bell. Después de The division bell no hubo nuevas grabaciones de los Floyd y ahora sabemos que no las habrá jamás.

Entre 1983 y 84, Rick y el ex-vocalista de Fashion, De Harris, formaron el dueto de synth-pop Zee, que produjo un único disco, Identity. Como solista, Rick sacó dos discos, Wet dream en 1978 y Broken China en 1997.

La canción del primer video que he incluido para ilustrar esta entrada del blog, fue compuesta por Rick y su primera esposa, Juliette Gale, quien cantaba junto a él en los lejanos tiempos de Sigma 6. Se titula Against the odds y aparece en el primer disco solista de Richard, Wet dream. La letra trata sobre la difícil convivencia dentro del matrimonio. La voz y el piano son de Richard.

La segunda canción, Stay, forma parte de Obscured by clouds, soundtrack a cargo de Pink Floyd de la película La Vallée (1972), dirigida por Barbet Schroeder. En esta composición de Richard Wright y Roger Waters, la letra reproduce la frialdad de un rock-star hacia la mujer que lo acompañó por una noche. Es uno de los escasos temas de Pink Floyd cantados por Rick.

El tercer tema es especial para mí. Cuando compré el caset del Dark side of the Moon, estaba en secundaria y la pieza que más me gustaba era The great gig in the sky, una serie de acordes lentos, una melodía mínima en el piano y la sobrecogedora voz de una mujer. Me extrañó leer años después que con este tema Pink Floyd pretendía retratar los momentos de una vida próxima a la muerte, porque la intensidad y la potencia de la cantante Clare Torry son tales que su canto me hacía pensar en los aullidos del orgasmo, me hacía pensar (o no pensar: sentir) en una vida que se abre paso a grandes brazadas en el mar, acercándose al centro sexual de la vida. Cuando los breves cinco minutos del tema se terminan, uno, que no hizo nada más que oír, sufre la misma extenuación que si hubiera cantado o gritado o corrido o nadado o hecho el amor por horas. The great gig in the sky es, para mí, la mejor composición de Richard y una de las mejores piezas de Pink Floyd.

... And I am not frightened of dying, any time will do; I don't mind. Why should I be frightened of dying?


Richard Wright: Against the odds


Pink Floyd: Stay


Pink Floyd: The great gig in the sky

Vínculos interesantes:


Perfil de Richard Wright en el sitio Pink Floyd Style (en inglés)

Obituario en The Guardian (en inglés)

Artículo de Andy Gill en The Independent (en inglés)

Artículo de Spencer Leigh en The Independent (en inglés)

Artículo de Aldo Bonanni en La Jornada de Oriente (en español)

miércoles, septiembre 17, 2008

Bolivia: Lecciones de odio

Mi artículo de este mes para el periódico Kiosco.

Bolivia: Lecciones de odio
Gerardo de Jesús Monroy
erathora@gmail.com

Evo se queda. Más del 67% de los votos registrados en el referendo del domingo 10 de agosto revalidó al indígena aymará Juan Evo Morales Ayma como presidente de Bolivia (referendo que todo el mundo insiste en llamar “revocatorio” aun si resultó ratificatorio de la gestión de Morales).

Quienes apoyan a Morales tal vez se hayan apresurado al festejar la confirmación del socialista a la mitad de su mandato (cada periodo presidencial tiene en Bolivia una duración de cinco años: Evo entró en 2006; su sucesor deberá hacerlo en 2011). La realidad nunca es halagadora. Nunca sabe a dulzura. En el parecer del sociólogo Heinz Dieterich Steffan (“Washington y la oligarquía triunfan en Bolivia”, artículo publicado el 12 de agosto por el portal electrónico Kaos en la red), el resultado de la votación “es una clara derrota del gobierno que no sólo refuerza la división de facto del país, sino que le concede a la subversión separatista un halo de legalidad que antes no poseía”. Cuando el artículo apareció no se sabía que la votación había beneficiado a Evo Morales (y al vicepresidente Álvaro García Linera) con el amplio margen que hoy conocemos, pero —en esto Dieterich es muy acertado— los socialistas no deberían contentarse si la derecha, el mismo domingo, intensificó su control sobre Santa Cruz, Beni, Tarija y Pando, departamentos de la “media luna”, como le llaman a esa zona por la forma que dibuja en el mapa boliviano. La oligarquía de la media luna ha instaurado gobiernos regionales (prefecturas) rebeldes al presidente, que recibieron de los electores en el referendo del día 10 un apoyo similar al que confirmó a Morales en el cargo. Los prefectos demandan del gobierno nacional la anulación de la nueva Constitución, el reconocimiento de los estatutos autonómicos locales y la devolución de los recursos generados por impuestos a hidrocarburos (200 millones de dólares al año).

Está pues, el país, partido en dos. Con Evo y contra Evo. Se queda el indio pero se quedan también los enemigos acérrimos del indio. El papel no refleja medias tintas. El odio es grande, y también el amor. En la pugna política, el ciudadano se ve conminado a mirar en blanco y negro. Pero a mi hipócrita lector de México, ¿por qué debería importarle lo que ocurre allá lejos, en el sur? Me respondo: porque en el sur, lector, se desarrolla un proceso de la misma especie que otro que tiene lugar aquí, en nuestro país.

Mercadotecnia, encuestas y prestidigitación

Semanas antes ya de que fuera celebrado el referendo, la práctica totalidad de los analistas serios daba por hecho que Morales sería ratificado como presidente con alrededor de 60% de los votos de su lado. Pero la realidad, la vida, en las ágiles manos de los mercadotécnicos, es como un hierro duro que se ablanda; aplicando la fuerza necesaria, del bronce y del acero queda un hilo obediente, una lámina que canta los colores deseados.

En su excelente análisis “Las trampas del pavor” (portal Bolpress, 28 de julio), Antonio Peredo Leigue, ex-director del semanario Aquí y hoy senador por el partido de Evo Morales, MAS (Movimiento al Socialismo), refiere cómo a partir de una encuesta de la sociedad Captura Consulting “los periódicos nacionales acomodaron a su gusto y sabor los resultados [...] para mostrar que el gran perdedor será Evo Morales”. Un diario citado por Peredo sostuvo que “Evo sería ratificado con 49%, pero el MAS perdería sus dos prefectos”; en este caso —hace notar Peredo—, “aunque [en la encuesta] aparecían otros dos perdedores, [el diario] ni siquiera los mencionó”.

La encuesta de Captura Consulting dio lugar a una nota de Leopoldo Vegas que el diario santacrucino El Deber reprodujo el 21 de julio bajo el título “Evo pasa ‘raspando’ el referéndum revocatorio”. Vegas repite la cifra ‘rasposa’ de 49%, “que apenas alcanza para mantenerlo en el cargo que ocupa desde enero de 2005” (en realidad Morales asumió la presidencia el 22 de enero de 2006). Desde el principio, el reportero editorializa la nota (confusión de quehaceres, tan frecuente, en la que no debería caer un profesional de la información): “Hasta el momento, la campaña Bolivia cambia, Evo cumple, en la que el jefe de Estado reparte millones de dólares provenientes del Gobierno de Venezuela, no ha sido suficiente para elevar la popularidad del presidente de la República, Evo Morales”. El jefe de Estado reparte, entonces. Por lo menos Vegas no lo acusa de expropiar en su solo beneficio los dólares venezolanos que, por cierto, Morales no suelta así, sin más, sino que, donado de buena voluntad por el gobierno del presidente venezolano Hugo Chávez, el dinero se destina a proyectos productivos necesarios para Bolivia, se invierte en educación, en salud y ha auxiliado en la extensión del acceso popular a los servicios básicos. Que la nación está perdiendo su soberanía con una supuesta subordinación de Morales a Venezuela y Cuba, es una de las mentiras más insistentemente repetidas por los medios de comunicación.

Pese a su nula credibilidad —acaso porque la credibilidad no importa—, El Deber es uno de los medios bolivianos que con mayor asiduidad la prensa internacional utiliza como referencia. En nuestro país, la agencia informativa del Estado, Notimex, basa su conocimiento de la actualidad boliviana casi exclusivamente en lo que publica El Deber. Unas veces Notimex reconoce su deuda con el diario santacrucino; en otras ocasiones no menciona su nombre, mas su influencia es innegable en la redacción de notas con títulos alineados tan a la derecha como “Referendo revocatorio sería ‘suicidio político’ para Evo Morales”. El director de El Deber es Pedro Rivero Mercado, ex-embajador en Francia, cuya familia administra el periódico y posee acciones en la televisora PAT.

La radio y la televisión son las herramientas comunicativas mejor aprovechadas por los que se oponen a Morales. Días antes del referendo, políticos y politólogos invitados a programas de discusión, más los locutores mismos, aseveraron que los votos serían manipulados por el MAS, montando un fraude. Este intento de desacreditar al MAS va de la mano con la encuesta de Captura Consulting; como dice Peredo Leigue: “Así, cuando se anuncien los resultados oficiales del referendo, será sencillo decir que la encuesta es verdad y los resultados son mentira”.

El martes 12 de agosto, el diario paceño La Razón destacó como encabezado principal que “La OEA detectó irregularidades el día de la votación”. El sábado 16, cinco pequeños párrafos en la página 14 daban noticia de que “La OEA valida plenamente el referéndum”. Estrictamente hablando, La Razón nunca mintió: la OEA había detectado irregularidades —sólo que en un volumen muy escaso, insuficiente para invalidar la votación. El modo en que La Razón trató la noticia de la OEA nos sirve para ejemplificar dos trucos habituales de la prensa deudora del gran capital. 1) Buscar (y encontrar) el lado de la noticia que más convenga a los propósitos de la derecha (el propósito declarado de la derecha boliviana es derrocar a Morales): ¿hallaron irregularidades los observadores de la OEA? Sí. ¿Que son pocas? No importa; mientras se sepa de una sola hay que explotarla, exprimir todo su jugo en la cara de Evo. 2) Las notas favorables, bien afeitadas y compuestas, deben ir en primera plana, en letras grandes. No vale la pena emprender el incómodo esfuerzo de acercarse a la exactitud; las noticias feas, inconvenientes, que no se publiquen, y cuando haya que publicarlas (porque su silencio sería demasiado ruidoso), se les despachará en rápidos párrafos enviados a la página 14. La Razón forma parte del emporio europeo Prisa, propietarios en España del famoso periódico El País.

La Razón domina el estilo “sutil” de manipular la información, pero cuando hace falta miente de manera descarada. En su edición del lunes 11 presentó a Alberto Aguilar, del MAS, como revocado de la prefectura de Oruro; la permanencia o salida de Aguilar, sin embargo, no será decidida sino después del 24 de agosto. Escribo estas palabras la madrugada del 19.

El viernes 15, un grupo de seguidores del terrateniente Branco Marinkovic y del prefecto de Santa Cruz Rubén Costas, contrario a Morales, intentó tomar por la fuerza las instalaciones de la policía santacrucina (Costas ha repetido muchas veces que los cuerpos de seguridad local le deberán, en adelante, a él sus nombramientos y los desvinculará del gobierno central). El coronel Wilge Obleas, máxima autoridad policial del departamento, terminó en el suelo, sometido a patadas. El lunes 18, La Razón publica una columna donde el “periodista independiente” René Poveda Guzmán califica al gabinete de Morales de “ideólogos de la confrontación”. Ni un solo columnista de La Razón se ha mostrado crítico con el prefecto crucino.

“Son parte de una guerra sucia, la campaña de la prensa”, acaba de declarar Evo en Paraguay. “Ofendan o difamen, ya no se puede parar la conciencia del pueblo boliviano”.

Con el país roto a sus espaldas, Evo no debería subestimar la influencia de la prensa derechista en esa parte de la población a la que le han enseñado a detestarlo.

lunes, septiembre 01, 2008

Árboles para mi bosque

Hace unos años escribí diez breves poemas, hermanados en torno a la figura central de un árbol en el bosque. El día de hoy los leo como diez formas de mirar un árbol, diez formas de acercarse a él; o pueden ser diez árboles distintos, contemplados desde una decena de ángulos por un solo y mismo hombre; o los retratan los puntos de vista de diez observadores.

Estos diez árboles figuran en mi libro Algunas hojas, el único que hasta la fecha he publicado. Lleva el número 10 dentro de la segunda época de la colección “La Fragua”, una colección del Instituto Coahuilense de Cultura dedicada a divulgar la creación literaria de los escritores que han nacido o residen en Coahuila. La portada es de Ignacio Valdez. Algunas hojas apareció en agosto de 2007, aunque apenas en 2008 el Icocult ha comenzado a promoverlo. En marzo visité Saltillo para presentar en la sede local del Icocult mi poemario —de eso se trata, en eso consiste mi libro, en un conjunto de poemas—, acompañado de Julián Herbert y Carlos Velázquez; en abril se presentaron en la sede de Torreón del Icocult los seis libros de la “camada” reciente de “La Fragua” y tuve la oportunidad de conocer a los otros autores; en mayo presenté Algunas hojas en Monterrey en dos fechas separadas: el jueves 15 de mayo en la Casa de la Cultura de Nuevo León junto a Gabriela Cantú Westendarp y Cuitláhuac Quiroga, el viernes 16 en la Biblioteca Central del Estado junto a Alejandro Heredia y Gerson Gómez. Tengo entendido que en varias ciudades del país es posible conseguir mi libro en las librerías del Conaculta.

Estos diez árboles han vuelto a ser vistos en el número 33 de la revista Cultura de VeracruZ, correspondiente a agosto de 2008.



Árboles para mi bosque
Gerardo de Jesús Monroy
erathora@gmail.com

*


crecerte más que sembrarte
sembrar sombra si te encuentro
más que hablarte he de decirte
altura madera otero
más que decirte he de hacerte
frescos ojos claridad
la corteza desprendida
la esperanza de los pájaros
el verde de cada día
la noche de las cigarras:
quiero aire en el pecho limpio
que me dé fuerte en la cara

eres lo que soy tuyo
árbol que habla


*


me das tu sombra deseo
tu sombra fruto maduro
que arrojas concupiscible
yaces tan cerca tocante
en lindes de un bosque efímero
viajabas como la luz
me fuiste plantado en mí


*


inocente goteas tu desnudo


*


como la luz se aviene a la mirada
se amarilla se impregna de los cuerpos
o las manos de lleno entran al sol distante

te alcanzo en tu fijeza que me alcanza


*


el viento altera el fondo de la fronda
detrás de tu quietud, que no es magnífica
ni es algo más que sosiego y quietud
sin adjetivo y con muy poco nombre

ahora en tu madera el viento te tortura
peleas en tus hojas: te posee
sobre un bosque
o una estampa de bosque
mudo musgo piedras precisamente
donde las colocó el sol de verano
flores erectas entre dos silencios:
el del aire prieto de los rincones
y el de los animales, que no existen
(cuando un pájaro se esconde deja de existir)
(o aguarda en su paciencia su venganza)

ahora yo me quedo quieto
de frente a ti y a tu vorágine
ahora me muevo por amor a ti

no hay árbol ya, ni amador de su árbol
sólo un viento inhumano de mil ramas


*


te descargarán los suelos
te enmascararán las flores
te emplaguecerán las nueces
tómate tu largo tiempo
creces hacia lo visible
aunque te quieran quieto


*


árbol que soy mirado
árbol que soy mirando
árbol mutuo de la mirada
tallo de la ira espada
instiga aspa de la espiga
taja talla tala tacha
árbol hecho
árbol-hacha


*


árbol que soy desnudo
fronda que me acaricio
tronco que soy andando
tonelada que se levanta
árbol que dijo ser
árbol de la creación

tan alto que te me haces infinito


*


árbol que abre los pétalos
el diente de león la selva negra
el polen la pepita la pimienta
árbol (también) que cierra los abrazos
árbol sin tregua de los amantes
tierra y agua nada y nudo
para el corazón desnudo
los pájaros del segundo
cantan en el bosque blanco


*


de luz de lluvia de sombra
árbol eres un ángel
ángel alada ceguera