domingo, julio 13, 2008

Asesinado periodista en Cuba

El 26 de julio de 1953, en Santiago de Cuba, un grupo de opositores a la dictadura de Fulgencio Batista tomó por asalto el Cuartel Moncada, una de las fortalezas militares más importantes en el territorio nacional. Aunque los combatientes, encabezados por el joven abogado Fidel Castro, fueron derrotados, el suceso, en la memoria colectiva cubana, encarna el momento cuando el país resuelve que es posible desembarazarse del régimen subordinado a Estados Unidos para conducir su política, su economía y su historia por un camino independiente, durante cuyo viaje el pueblo todo fuera reconquistando la libertad y la dignidad. El siguiente artículo aparece en la edición de julio del periódico Kiosco, dedicado a conmemorar la Revolución Cubana.

Asesinado periodista en Cuba
Gerardo de Jesús Monroy
erathora@gmail.com

In memoriam C. B. A.

Noticias de 1958

Tratándose de Cuba, la Guerra Fría no ha finalizado. Estamos en 2008. Hemos verificado medio siglo desde el triunfo de la Revolución y a lo largo de todo este tiempo el gobierno de Estados Unidos ha sostenido sin detenerse su asedio sobre la isla, un asedio que abarca acciones de sabotaje contra su agricultura, su ganadería y su industria; la violación de sus espacios aéreos, marítimos y terrestres (Guantánamo); secuestros y encarcelamientos injustos de ciudadanos cubanos (citemos el caso reciente de “los cinco”: militantes comunistas condenados por el régimen de Bush, basado en mentirosas acusaciones de espionaje); atentados contra la vida de dirigentes revolucionarios; atentados terroristas como el estallido (6 de octubre de 1976) del vuelo 455 de Cubana de Aviación, donde murieron 73 personas inocentes; un bloqueo económico en el que se obliga a participar a los países controlados por Estados Unidos; y —el más eminente de sus ataques— la invasión del país en abril de 1961, felizmente repelida por el pueblo cubano.

Con excepción del bloqueo, la mayoría de las acciones enumeradas, más otras que corrieron en el mismo sentido, no rindieron los frutos que Estados Unidos esperaba. Pero donde la violencia fracasó, la ‘pacífica’ guerra psicológica dio al imperio victorias memorables. Gracias a la tenaz e insidiosa campaña de Estados Unidos en los medios informativos —cuyos propósitos y origen pasan inadvertidos por el gran público—, en el imaginario colectivo de Occidente, hoy en día, Fidel y Raúl Castro representan atraso económico, brutalidad policiaca y ausencia de libertad.

Uno de los lugares comunes de la propaganda imperial repite que en las cárceles cubanas se tortura a los periodistas y que éstos son asesinados en el cumplimiento de su deber. Ambas afirmaciones son falsas. La única prisión cubana donde se tortura actualmente es la de la bahía de Guantánamo, ocupada de forma indebida por Estados Unidos desde 1898. Y el último periodista que murió asesinado en Cuba fue Carlos Bastidas Argüello, ejecutado en mayo de 1958, antes de la Revolución, por la policía de Fulgencio Batista, el opresor vasallo de Estados Unidos cuya dictadura combatió y derrocó Fidel Castro.

Vida de Carlos

Carlos Bastidas Argüello nació en Ecuador en 1935. Estudió Comunicación en Estados Unidos. En su calidad de corresponsal de El Telégrafo y otros periódicos de su país, fue testigo de las revueltas húngaras de 1956 contra el dominio soviético, así como de la caída de los regímenes de Gustavo Rojas Pinilla en Colombia y de Marcos Pérez Jiménez en Venezuela.

Bastidas se había comprometido con los ideales de progreso para los pueblos con los que en aquella época se sentían identificados muchos jóvenes en el mundo. Su compromiso ideológico desató la ira de sujetos como Rojas Pinilla y Pérez Jiménez; este último llegó a ponerlo prisionero. Leónidas Trujillo, el dictador de la República Dominicana, ni siquiera le permitió ingresar al territorio nacional.

De acuerdo con el biógrafo de Bastidas, Juan Marrero González, el reportero arribó a la Sierra Maestra cubana a principios de marzo de 1958 para entrevistar a los guerrilleros que se habían alzado contra Batista. Conversó con Fidel Castro y hasta colaboró con Radio Rebelde, la emisora de la guerrilla, presentándose a los oyentes con el pseudónimo de Atahualpa Recio.

Bastidas, ciertamente, no pretendió nunca ser ‘objetivo’ o ‘imparcial’. ¿Será deseable la imparcialidad? Lo que sé es que es irrealizable; salvo escasísimas y honrosas excepciones, los empleados de los medios defienden los intereses de los dueños del canal televisivo, la estación radiodifusora o el periódico. Y los defienden mintiendo. Bastidas decidió tomar partido, pero no al servicio de un interés, sino de una idea; y decidió defender esta idea no con la mentira, sino con la verdad. Y al igual que Ernest Hemingway en la Guerra Civil Española, su solidaridad con los pobres lo llevó a desempeñarse como periodista y como combatiente.

El 13 de mayo de 1958, luego de discutir en un bar, el teniente Orlando Marrero ultimó a balazos a Bastidas. Tenía apenas 23 años. Del crimen nada dijo la prensa batistiana. El cadáver del ecuatoriano permaneció tres días con la policía, hasta que fue reclamado por el Colegio de Periodistas de Cuba.

Año con año, cientos de periodistas mueren cruelmente en el llamado ‘mundo libre’ de la órbita norteamericana. Sin ir más lejos, en nuestro México, durante el sexenio de Vicente Comes-y-te-vas Fox, treinta y dos periodistas fueron asesinados, lo que nos coloca en la nada honorable posición de ser, junto a Colombia, el país latinoamericano donde las vidas de los periodistas corren mayor riesgo.

Durante los cincuenta años de la Revolución liderada por Fidel Castro, ni un solo periodista, cubano o extranjero, ha fallecido de forma violenta en Cuba en razón de sus opiniones. El homenaje mínimo que podemos hacerle a Carlos Bastidas Argüello es revelar esta verdad.

8 comentarios:

marichuy dijo...

Erat

Hablar de Cuba sin caer en la descalificación artificiosa y común, tipicamente gringa y derechista; o bien, en la sacralización absoluta y subjetiva, no resulta fácil. Nunca he estado en la bella isla y cubanos en México solo he conocido "gusanitos", así que no tengo manera de hablar con conocimiento de causa.

Como sea, estoy completamente de acuerdo en que hoy, la prisión más nefasta de Cuba... y quizá del mundo, sea la que los gringos mantienen en Guantánamo.

En cuanto a las torturas, ni para que criticar -sin fundamento- a los cubanos, si aquí en León Guanajuato la ultraderecha yunquista-panista tiene su escuela de tortura... y ni quien diga nada.

Un abrazo

Gerardo de Jesús Monroy dijo...

Marichuy, cuando escribí este artículo todavía los medios no daban a conocer el caso de la "escuela de tortura" de Guanajuato, pero es interesante que lo menciones porque, en efecto, si nos volvemos a mirar lo que ocurre dentro de nuestras fronteras, difícilmente podemos criticar a Cuba (y eso que nosotros no enfrentamos un férreo bloqueo económico como el que los cubanos padecen).

Coro dijo...

Gracias por la información. Me he quedado reflexionando...
Te felicito por tus artículos, son muy interesantes y muy bien documentados.

Saludos

Gerardo de Jesús Monroy dijo...

Gracias, Juana. Mucha suerte en la Ciudad de México.

Champy dijo...

Brillante tu manera de exponer tamaña barbaridad.

He sido muy afortunado al conocer a mentes cubanas brilantes poseedoras de almas completas.

He sido muy afortunado en conocer a muchos cubanos que salen buscando al sueño americano.

Entre los primeros y los segundos hay el mismo abismo que existe entre un regio-snob habitante de la sultana del norte y un orgulloso tojolabal que porta su bellos traje con garbo y decoro.

De Salinas a Fecal la única diferencia es el bigote y la inteligencia, el primero le servia al primero para nada, por lo mismo el segundo se despreocupa de carecer de la segunda en lo absoluto.

ZeetobÁ dijo...

No hay que perder de vista el rumbo de nuestra memoria, como bien sabemos, ahí se nutre nuestra filosofía, sin embargo, en latinoamérica en este caso mi querido México....sucede y sucede. Hay robo de archivos, ¿ustedes creeran?.
Hoy todavía sabemos que ni María, ni Rómulo, ni Lencho, ni la Teresita han funcionado en los archivos, porque fueron enviados a “esos” pasillos oscuros y poco visitados por los empleados, algo así como “castigo” por retardo a su hora de entrada laboral; por tomar minutos de más a la hora de los alimentos o, porque no fueron “acomedidos” con su “Jefe”, etc., etc.
Por extraño que parezca aquí y allá, sigo escuchando comentarios "de cada animalejo que ta' en los archivos", sin dejar de soltar una risotada de indignación ante siniestro homenaje a la rusticidad, ¿será que para algunas personas todavía los archivos representan únicamente un montón de “papeles”?, ¿un manojo arbitrario de material impreso?.
En las profundidades que encumbran la suerte de nuestros archivos, habitan intereses ajenos a su conservación y custodia, desaparecen en sus mismos pasillos parte del acervo archivístico sin que nadie explique de manera satisfactoria el paradero de tan lamentables actos, esto es, tratándose de documentos archivísticos que den cuenta de malos manejos en la administración pública gubernamental, ¿qué se logra?, un rompimiento en el esquema general de planificación oficial; de rendición de cuentas ante la federación en sus operaciones administrativas y logísticas; de cegar la memoria institucional y por ende, la nuestra.
Saben los funcionarios del IFAI de que se trata, saben como llevar agua a su molinito, cuando Jacqueline Peschard funcionaria del IFAI, señala: "(...) la formación profesional en archivonomía es escasa entre los responsables del área respectiva y el personal asignado en las dependencias públicas; entre los responsables de los archivos menos de uno de cada cinco tiene estudios profesionales en ese campo; al momento de su designación, poco más de la mitad de los responsables de archivo no contaban con experiencia previa, ni estudios profesionales en el ramo.", además "(...) Sobre los requerimientos básicos archivísticos se obtuvieron los siguientes resultados: en promedio, el cumplimiento de aquéllos es de 71.3 por ciento en las dependencias del sector centralizado y de 62.5 por ciento en el paraestatal. Además, el cumplimiento promedio de requerimientos avanzados es de sólo 33.2 por ciento en ambos sectores." y subraya "En cuanto a prioridad y liderazgo se tiene que los responsables del área de archivos dedican 20 por ciento de su tiempo a esa labor; los programas de incentivos para mejorar los acervos gubernamentales son prácticamente inexistentes."
Como se sabe, en este país los cargos públicos se obtienen "gracias" a componendas políticas, de amistad, compadrazgo, etc., etc., aquí radica uno de los principales problemas que aqueja a nuestro país: la corrupción a todos los niveles de la vida social. Entonces, de qué se queja Lujambio.

Laura Fdz dijo...

Hola Gerardo, espero me recuerdes.
Pues leí tu articulo sobre el periodista asesinado y más que llamarme la atención la política de E.U. o de Cuba, me llama la atención el tema de periodistas asesinados y tal vez no tenga mucho que ver pero.. Qué pasaría con Gamaliel López el reportero de TV azteca. . . solo desapareció! Lo matarían?
Bueno aquí te veremos pronto en el encuentro de escritores que por cierto también vi la programación que mandaste al correo. Gracias.
Te mando un saludo.

Mafalda dijo...

.....

Gracias por enviarlo a mi correo.
Creo que en muchas ocasiones me gana la simpatía hacia la isla y soy demasiado subjetiva.
Tengo fotos tomadas por mis amigas que han visitado Cuba, también tengo guardadas en mi memoria sus palabras, las imágenes que se formaron en mi cabeza durante sus narraciones. Principalmente las fotos las observo detenidamente, intentando decifrar posturas, miradas que me trasmitan la realidad, ese grito sordo que solo ellos saben escuchar.
Pero no Erat, no lo escucho,sólo tengo a la mano información escrita, la cual también podría no ser tan real. Leer un artículo documentado por ti me acerca más a la realidad que muchos otros.

Estoy de acuerdo con Marichuy en el aspecto de la tortura, mira que pena, hasta somos maestros.

Un saludo.

Mafalda