Él está tranquilo, yo también
sorbe un té con limón,
bebo un café,
es lo único que nos distingue.
Él lleva, como yo, una camisa holgada a rayas,
yo hojeo, como él, los periódicos de la tarde.
Él no me ve cuando miro de reojo,
yo no le veo cuando mira de reojo,
él está tranquilo, yo también.
Pregunta algo al camarero,
pregunto algo al camarero...
Una gata negra pasa entre nosotros,
acaricio su noche
acaricia su noche...
Yo no le digo: Hace bueno,
está despejado.
Él no me dice: Hace bueno.
Él es el observado y el observador
yo soy el observado y el observador.
Muevo la pierna izquierda
mueve la pierna derecha.
Tarareo una canción,
tararea una canción parecida.
Pienso: ¿Es el espejo en que me veo?
Entonces le miro a los ojos,
pero no le veo...
Abandono el café aprisa.
Pienso: Quizá sea un asesino, o quizá
uno que habrá pensado que yo soy un asesino.
Él tiene miedo, ¡y yo también!
Él está tranquilo es el título de este poema del palestino Mahmud Darwix. Pertenece a su libro No te disculpes. La traducción al castellano se debe a Luz Gómez García y apareció primero en el diario español El País (6 de mayo de 2006) y luego en el conjunto Poesía escogida 1966-2005 (2008, editorial Pre-Textos).
Casi siempre se transcribe el nombre del autor como Mahmoud Darwish, Mahmud Darwish o Mahmoud Darwich (en árabe, محمود درويش), pero creo que la solución más acertada es la que propone Gómez García: escribir Mahmud Darwix, porque “el fonema árabe /ʃ/, que se escribe ش, no existe en castellano”; la equis “refleja para el castellanohablante de forma aceptable el sonido árabe, pertenece a nuestro alfabeto y tiene indudables virtudes poéticas”. Si lo anterior no fuera satisfactorio para algunos, sepan que el mismo poeta aprobó esta escritura de su apellido; “de acuerdo”, le dijo a la traductora, “en inglés con sh, en francés con ch, en español con x”. La pronunciación es aguda, con el acento en la segunda sílaba, al contrario de ‘Darwin’.
Mahmud Darwix nació en Al-Birwa el 13 de marzo de 1941. En junio de 1948, los aldeanos de Birwa, obligados por el recién creado Estado de Israel, huyeron hacia Líbano. Dos años más tarde, la familia del entonces niño Mahmud se reintrodujo clandestinamente al territorio de su nacimiento, para encontrar que la aldea había dejado de existir. Este periodo de la historia palestina se conoce como Nakba (‘catástrofe’), es decir el éxodo palestino de 1946-1948.
La existencia del niño Mahmud y la de muchos palestinos de todas las edades era negada oficialmente por Israel. Todo palestino que no hubiera estado presente en el censo levantado por Israel en 1949 carecía de reconocimiento jurídico, se convertía en un ‘infiltrado’, un ‘fuera de la ley’ y ¿qué se hace con los ‘fuera de la ley’, en cualquier parte? Se les persigue y se les castiga. La familia de Mahmud los envió a él y a sus hermanos a estudiar a Deir Al Ásad y Kafr Yasif. “Allí sufrió”, refiere Gómez García, “esta realidad de existir sin existir, que le obligaba, a mitad de clase, a correr a esconderse en las grutas de los alrededores cuando el vigía alertaba de la llegada de los guardias israelíes”.
Muy joven ingresa en el Partido Comunista de Israel. Fue arrestado en numerosas ocasiones a causa de su actividad política. Se exilia en Moscú, El Cairo y Beirut, donde se adhiere a la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) y permanece como miembro de ella casi toda su vida.
Es el autor de la Declaración de Independencia de Palestina (1988), lo que le valió el sobrenombre de “poeta de la resistencia”.
Falleció el 9 de agosto de 2008 en un hospital de Houston, Texas.
Luz Gómez le ha consagrado un blog, http://mahmuddarwix.blogspot.com. Los aliento a que lo visiten.
* * *
No sabemos qué está pasando en Gaza. Sólo tenemos una idea lejana. Los periódicos no sirven para nada más que para atiborrarse de ignorancia, para leer estupideces como: “Los ataques continuados con cohetes de Hamás hacia Israel deben terminar si se quiere poner fin a la violencia. Hamás debe terminar sus actividades terroristas si desea jugar un papel en el futuro del pueblo palestino. Estados Unidos urge a Israel que evite víctimas civiles en sus ataques a Hamás en Gaza” (Gordon Johndroe, portavoz de la Casa Blanca; La UE pide un alto el fuego inmediato en Gaza, El País, 27 de diciembre de 2008, información de agencias).
Israel ya estaba disparando misiles contra Gaza desde noviembre, mientras los televisores distraían al mundo con las banales elecciones presidenciales de Estados Unidos. El motivo alegado por Tel Aviv fue impedir la construcción de un túnel que —según ellos— Hamás podría haber utilizado para secuestrar soldados israelíes. Este acto significó una ruptura de la tregua a la que se habían comprometido los bandos en conflicto. Murieron suficientes palestinos como para que la resistencia palestina reemprendiera los lanzamientos de cohetes contra Israel.
En siete años, diecisiete personas han fallecido como consecuencia de los cohetes palestinos. Tres días de ataques de Israel contra Palestina (27-29 de diciembre de 2008) dejan detrás de sí más de trescientos muertos.
Pero aun si sabemos esto (y pocos lo sabemos), seguimos sin saber qué está pasando en Gaza, porque hay un conocimiento que sólo viene de haber perdido a un hermano, a una esposa o a un hijo enmedio de una guerra.
Lo que dice el poema de Darwix es: nos parecemos mucho a nuestro enemigo. En lo amable y en lo odioso. Nos parecemos del todo.
¡Nos parecemos tanto que no deberíamos ser enemigos!
No podemos ser enemigos de nosotros mismos.
¿Podemos?
jueves, enero 01, 2009
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2 comentarios:
Desgraciadamente de poder, podemos.
lamentablemente podemos.
Y yo te mando un abrazo precisamente porque somos esto que somos, hermana.
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