LA VIDA
Marcos Ana
¿La vida?
Decidme cómo es un árbol.
Decidme el canto de un río
cuando se cubre de pájaros.
Habladme del mar. Habladme
del olor ancho del campo.
De las estrellas. Del aire.
Recitadme un horizonte
sin cerradura y sin llaves,
como la choza de un pobre.
Decidme cómo es el beso
de una mujer. Dadme el nombre
del amor: no lo recuerdo.
¿Aún las noches se perfuman
de enamorados con tiemblos
de pasión bajo la luna?
¿O sólo queda esta fosa,
la luz de una cerradura
y la canción de mis losas?
Veintidós años... Ya olvido
la dimensión de las cosas,
su color, su aroma... Escribo
a tientas el mar, el campo...
Digo bosque y he perdido
la geometría de un árbol.
Hablo por hablar de asuntos
que los años me borraron.
(No puedo seguir: escucho
los pasos del funcionario.)
(Las soledades del muro, 1977.)
miércoles, diciembre 07, 2016
martes, noviembre 01, 2016
Para una visión (fragmento)
PARA UNA VISIÓN (fragmento)
Rodolfo Hinostroza
IV
& las fragantes fiestas de la libido
flores sobre la mar
y la belleza rubia desnuda entre tus brazos
pero unos ojos en el aire tibio
vidi la donna che pria m'appario
velatta sotto l'angelica festa
& el cambio de parejas bajo el Sol
instante alado
gestos retardados en el tiempo
vuelta a los verdaderos principios
el acercamiento natural de los animales
más emanación que olfato
pura forma de energía que volará se esparcirá
entre los campos entre la gente
el cuerpo múltiple
el amor incrementado inagotablemente
no la pareja en el eterno binomio
no la ruptura salvaje la lesión de la libido
pero
leche sobre la hierba
entre niños
amoroso retorno sin principio ni fin.
(Contra natura, 1971.)
Rodolfo Hinostroza
IV
& las fragantes fiestas de la libido
flores sobre la mar
y la belleza rubia desnuda entre tus brazos
pero unos ojos en el aire tibio
vidi la donna che pria m'appario
velatta sotto l'angelica festa
& el cambio de parejas bajo el Sol
instante alado
gestos retardados en el tiempo
vuelta a los verdaderos principios
el acercamiento natural de los animales
más emanación que olfato
pura forma de energía que volará se esparcirá
entre los campos entre la gente
el cuerpo múltiple
el amor incrementado inagotablemente
no la pareja en el eterno binomio
no la ruptura salvaje la lesión de la libido
pero
leche sobre la hierba
entre niños
amoroso retorno sin principio ni fin.
(Contra natura, 1971.)
miércoles, octubre 12, 2016
Idilio (Francisco De Quevedo)
IDILIO
Francisco De Quevedo y Villegas
Los que con las palabras solamente
Freno ponéis de Júpiter al rayo;
Los que podéis vestir de luto a mayo
Y anochecer al sol en el Oriente.
Los que apeáis la luna de su coche
Para que espuma escupa en vuestras yerbas;
Los que con voces alcanzáis las ciervas;
Los que hurtáis las estrellas a la noche.
Los que quitáis a Marte de la mano
La dura espada sin temer su filo;
Los que alargar podéis el mortal hilo
Y desnudar de rosas al verano.
Si vuestras artes procuráis que crea
Y que podéis hacer lo que he contado,
Haced que amando a Tirse viva amado
Y que tratable de mi amor la vea.
Cuando de que me vi libre me acuerdo,
Cuya memoria en daño me redunda,
Por romperla, sacudo la coyunda
Y la maroma, por soltarme, muerdo.
Fábula soy del vulgo y de la gente,
Que de Amor con mi ejemplo se rescata,
Cuando con igual fuerza me maltrata
El bien pasado y el dolor presente.
Antes que te rindiera mis despojos
Y antes que te mirara, Gloria mía,
Yo confieso de mí que no entendía
El secreto lenguaje de los ojos.
Pasaba el tiempo en ejercicios rudos,
El oro despreciando y los zafiros;
Nunca les hallé lengua a los suspiros,
Porque pensé hasta ahora que eran mudos.
Y antes que viera del Amor las lides,
Nunca pude creer que se tornaba,
En cada mujer débil que lloraba,
Cada pequeña lágrima un Alcides.
Jamás imaginé llegar a estado,
Que temiendo le fuese concedido
Remedio a mi dolor, tan bien nacido,
No le osase pedir desesperado.
Mas después que te vi, Señora mía,
Supe, siendo mortal, sujeto a muerte,
Hacer contra mí propio un Dios tan fuerte
Que pone al Cielo ley su valentía.
Supe de Amor, en el tormento y potro,
Después de darte victoriosas palmas,
Hallar en la afición para las almas
El pasadizo que hay de un cuerpo a otro.
(El Parnaso español, 1648.)
Francisco De Quevedo y Villegas
Los que con las palabras solamente
Freno ponéis de Júpiter al rayo;
Los que podéis vestir de luto a mayo
Y anochecer al sol en el Oriente.
Los que apeáis la luna de su coche
Para que espuma escupa en vuestras yerbas;
Los que con voces alcanzáis las ciervas;
Los que hurtáis las estrellas a la noche.
Los que quitáis a Marte de la mano
La dura espada sin temer su filo;
Los que alargar podéis el mortal hilo
Y desnudar de rosas al verano.
Si vuestras artes procuráis que crea
Y que podéis hacer lo que he contado,
Haced que amando a Tirse viva amado
Y que tratable de mi amor la vea.
Cuando de que me vi libre me acuerdo,
Cuya memoria en daño me redunda,
Por romperla, sacudo la coyunda
Y la maroma, por soltarme, muerdo.
Fábula soy del vulgo y de la gente,
Que de Amor con mi ejemplo se rescata,
Cuando con igual fuerza me maltrata
El bien pasado y el dolor presente.
Antes que te rindiera mis despojos
Y antes que te mirara, Gloria mía,
Yo confieso de mí que no entendía
El secreto lenguaje de los ojos.
Pasaba el tiempo en ejercicios rudos,
El oro despreciando y los zafiros;
Nunca les hallé lengua a los suspiros,
Porque pensé hasta ahora que eran mudos.
Y antes que viera del Amor las lides,
Nunca pude creer que se tornaba,
En cada mujer débil que lloraba,
Cada pequeña lágrima un Alcides.
Jamás imaginé llegar a estado,
Que temiendo le fuese concedido
Remedio a mi dolor, tan bien nacido,
No le osase pedir desesperado.
Mas después que te vi, Señora mía,
Supe, siendo mortal, sujeto a muerte,
Hacer contra mí propio un Dios tan fuerte
Que pone al Cielo ley su valentía.
Supe de Amor, en el tormento y potro,
Después de darte victoriosas palmas,
Hallar en la afición para las almas
El pasadizo que hay de un cuerpo a otro.
(El Parnaso español, 1648.)
domingo, octubre 09, 2016
Mujeres (Tomás Segovia)
MUJERES
Tomás Segovia
Conversan las mujeres al crepúsculo
Con los brazos cruzados
Con los ojos ociosos
Las que escuchan atienden
A un tiempo íntimamente y lejanísimas
En paz consigo mismas
A sí mismas devueltas por esa voz ajena
Que toma la palabra y en ella envuelto el mundo
Y pone a las oyentes en la orilla
Donde la vida al fin queda al alcance
Donde el coloquio es tibieza y abrigo
Donde el murmullo llega como en sueños
Pero está uno despierto
Y en un silencio que se vuelca afuera
Por fin el habla calla
Y es la escucha quien habla
La escucha donde es dicho
Lo que ninguno dice
Lo que toda intención ya desfigura
Y entonces son el sitio salvador
Donde la especie misma se llama la Hechizada
La Atenta Taciturna la Fascinada Muda
La Sedienta de Voces la Absorta Escuchadora
Se pasan luego la palabra unas a otras
Y va de boca en boca
Un lenguaje feliz manoseado
Mal fajado aturdido cosquilloso
No dicen nada soban las palabras
Se dejan entibiar por su licor el pecho
No dicen nada dicen que hay la vida
Dicen que hay fatalmente
Los relatos que crecen de nosotros
Como uñas o cabellos
No dicen nada por que todo corra
Por no parar su vida con palabras
Ni obcecar sus palabras de contusas acciones
Y ahora en ellas la especie se llama la Habladora
La Horneadora de Relatos
La Narradora Engañadora de la Muerte
La Incansable Hipnotista
Y ellas puestas por un rato a salvo
Con el rostro lavado en el olvido
Las manos dormitando en el regazo
Devanan el ovillo interminable
Tejen en círculo entre todas
Con inasibles ondas una red disipable
Por la que todo pasa y todo escapa
No quieren apresar su vida
No quieren poseerse en un relato
No tienen nada que salvar de la ignorancia
Hablan para ponerle un corazón al tiempo
Hablan por el manar y el devanar
Y en verdad es allí
no en las palabras
En el tiempo por ellas amaestrado
Que en las palabras danza
Una morosa danza aburrida y tiránica
Donde aprenden sus vidas a ser graves
A no ir a ningún sitio
Siendo el sitio de todo partir a todo sitio
A ser sombra y aroma de todos los relatos
Sin haber sido nunca relatadas
Conversan las mujeres para nada
Desde mi propia fiesta de palabras
Yo saludo su lenta ceremonia
Su juego de un misterio tan antiguo
Que se ha hecho invisible
Saludo su tranquila certidumbre
Con un saludo menos indudable
Mas desde una distancia
Tan tenebrosamente antigua
Como la gruta oculta y caldeada
Donde veo que están sentadas
Desde siempre
Charlando
(Casa del nómada, 1992.)
Tomás Segovia
Conversan las mujeres al crepúsculo
Con los brazos cruzados
Con los ojos ociosos
Las que escuchan atienden
A un tiempo íntimamente y lejanísimas
En paz consigo mismas
A sí mismas devueltas por esa voz ajena
Que toma la palabra y en ella envuelto el mundo
Y pone a las oyentes en la orilla
Donde la vida al fin queda al alcance
Donde el coloquio es tibieza y abrigo
Donde el murmullo llega como en sueños
Pero está uno despierto
Y en un silencio que se vuelca afuera
Por fin el habla calla
Y es la escucha quien habla
La escucha donde es dicho
Lo que ninguno dice
Lo que toda intención ya desfigura
Y entonces son el sitio salvador
Donde la especie misma se llama la Hechizada
La Atenta Taciturna la Fascinada Muda
La Sedienta de Voces la Absorta Escuchadora
Se pasan luego la palabra unas a otras
Y va de boca en boca
Un lenguaje feliz manoseado
Mal fajado aturdido cosquilloso
No dicen nada soban las palabras
Se dejan entibiar por su licor el pecho
No dicen nada dicen que hay la vida
Dicen que hay fatalmente
Los relatos que crecen de nosotros
Como uñas o cabellos
No dicen nada por que todo corra
Por no parar su vida con palabras
Ni obcecar sus palabras de contusas acciones
Y ahora en ellas la especie se llama la Habladora
La Horneadora de Relatos
La Narradora Engañadora de la Muerte
La Incansable Hipnotista
Y ellas puestas por un rato a salvo
Con el rostro lavado en el olvido
Las manos dormitando en el regazo
Devanan el ovillo interminable
Tejen en círculo entre todas
Con inasibles ondas una red disipable
Por la que todo pasa y todo escapa
No quieren apresar su vida
No quieren poseerse en un relato
No tienen nada que salvar de la ignorancia
Hablan para ponerle un corazón al tiempo
Hablan por el manar y el devanar
Y en verdad es allí
no en las palabras
En el tiempo por ellas amaestrado
Que en las palabras danza
Una morosa danza aburrida y tiránica
Donde aprenden sus vidas a ser graves
A no ir a ningún sitio
Siendo el sitio de todo partir a todo sitio
A ser sombra y aroma de todos los relatos
Sin haber sido nunca relatadas
Conversan las mujeres para nada
Desde mi propia fiesta de palabras
Yo saludo su lenta ceremonia
Su juego de un misterio tan antiguo
Que se ha hecho invisible
Saludo su tranquila certidumbre
Con un saludo menos indudable
Mas desde una distancia
Tan tenebrosamente antigua
Como la gruta oculta y caldeada
Donde veo que están sentadas
Desde siempre
Charlando
(Casa del nómada, 1992.)
viernes, julio 08, 2016
Nombre verdadero
NOMBRE VERDADERO
Yves Bonnefoy
Nombraré desierto el castillo que fuiste,
noche esta voz, ausencia tu rostro,
y cuando te derrumbes en la tierra estéril
nombraré nada al relámpago que te arrebató.
Morir es un país que amabas. Llego
siempre por tus sombríos caminos.
Destruyo tu deseo, tu forma, tu memoria,
soy tu enemigo y no tendré piedad.
Te nombraré guerra y me tomaré
contigo las libertades de la guerra y sostendré
en mis manos tu rostro oscuro y surcado,
y en mi corazón ese país que ilumina la tormenta.
(Traducción: Una Pérez Ruiz; Círculo de Poesía, 28 de julio de 2012, http://circulodepoesia.com/2012/07/traduccion-yves-bonnefoy-por-una-perez-ruiz.)
Yves Bonnefoy
Nombraré desierto el castillo que fuiste,
noche esta voz, ausencia tu rostro,
y cuando te derrumbes en la tierra estéril
nombraré nada al relámpago que te arrebató.
Morir es un país que amabas. Llego
siempre por tus sombríos caminos.
Destruyo tu deseo, tu forma, tu memoria,
soy tu enemigo y no tendré piedad.
Te nombraré guerra y me tomaré
contigo las libertades de la guerra y sostendré
en mis manos tu rostro oscuro y surcado,
y en mi corazón ese país que ilumina la tormenta.
(Traducción: Una Pérez Ruiz; Círculo de Poesía, 28 de julio de 2012, http://circulodepoesia.com/2012/07/traduccion-yves-bonnefoy-por-una-perez-ruiz.)
Vrai nom
VRAI NOM
Yves Bonnefoy
Je nommerai désert ce château que tu fus,
nuit cette voix, absence ton visage,
et quand tu tomberas dans la terre stérile
je nommerai néant l’éclair qui t’a porté.
Mourir est un pays que tu aimais. Je viens
mais éternellement par tes sombres chemins.
Je détruis ton désir, ta forme, ta mémoire,
je suis ton ennemi qui n’aura de pitié.
Je te nommerai guerre et je prendrai
sur toi les libertés de la guerre et j’aurai
dans mes mains ton visage obscur et traversé,
dans mon cœur ce pays qu’illumine l’orage.
(Du mouvement et de l'immobilité de Douve, 1953.)
Yves Bonnefoy
Je nommerai désert ce château que tu fus,
nuit cette voix, absence ton visage,
et quand tu tomberas dans la terre stérile
je nommerai néant l’éclair qui t’a porté.
Mourir est un pays que tu aimais. Je viens
mais éternellement par tes sombres chemins.
Je détruis ton désir, ta forme, ta mémoire,
je suis ton ennemi qui n’aura de pitié.
Je te nommerai guerre et je prendrai
sur toi les libertés de la guerre et j’aurai
dans mes mains ton visage obscur et traversé,
dans mon cœur ce pays qu’illumine l’orage.
(Du mouvement et de l'immobilité de Douve, 1953.)
martes, enero 05, 2016
16/01/05
La pseudopsicología, la filosofía barata, el estoicismo mal entendido,
el budismo occidentalizado: desde todos los frentes nos recomiendan el
desapego. Uno de sus argumentos es convincente: las cosas son fugaces,
dejemos que se vayan. Pero yo quisiera decirme, sin razón, sin altura,
sin ningún argumento convincente: apégate, aférrate, retén lo fugaz, no
dejes que los seres huyan, abraza al momento mientras huye, no seas
sabio ni coherente ni emocionalmente estable, no aceptes que la vida se
acaba.
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