domingo, octubre 09, 2016

Mujeres (Tomás Segovia)

MUJERES
Tomás Segovia

Conversan las mujeres al crepúsculo
Con los brazos cruzados
Con los ojos ociosos
Las que escuchan atienden
A un tiempo íntimamente y lejanísimas
En paz consigo mismas
A sí mismas devueltas por esa voz ajena
Que toma la palabra y en ella envuelto el mundo
Y pone a las oyentes en la orilla
Donde la vida al fin queda al alcance
Donde el coloquio es tibieza y abrigo
Donde el murmullo llega como en sueños
Pero está uno despierto
Y en un silencio que se vuelca afuera
Por fin el habla calla
Y es la escucha quien habla
La escucha donde es dicho
Lo que ninguno dice
Lo que toda intención ya desfigura
Y entonces son el sitio salvador
Donde la especie misma se llama la Hechizada
La Atenta Taciturna la Fascinada Muda
La Sedienta de Voces la Absorta Escuchadora
Se pasan luego la palabra unas a otras
Y va de boca en boca
Un lenguaje feliz manoseado
Mal fajado aturdido cosquilloso
No dicen nada soban las palabras
Se dejan entibiar por su licor el pecho
No dicen nada dicen que hay la vida
Dicen que hay fatalmente
Los relatos que crecen de nosotros
Como uñas o cabellos
No dicen nada por que todo corra
Por no parar su vida con palabras
Ni obcecar sus palabras de contusas acciones
Y ahora en ellas la especie se llama la Habladora
La Horneadora de Relatos
La Narradora Engañadora de la Muerte
La Incansable Hipnotista
Y ellas puestas por un rato a salvo
Con el rostro lavado en el olvido
Las manos dormitando en el regazo
Devanan el ovillo interminable
Tejen en círculo entre todas
Con inasibles ondas una red disipable
Por la que todo pasa y todo escapa
No quieren apresar su vida
No quieren poseerse en un relato
No tienen nada que salvar de la ignorancia
Hablan para ponerle un corazón al tiempo
Hablan por el manar y el devanar
Y en verdad es allí
                           no en las palabras
En el tiempo por ellas amaestrado
Que en las palabras danza
Una morosa danza aburrida y tiránica
Donde aprenden sus vidas a ser graves
A no ir a ningún sitio
Siendo el sitio de todo partir a todo sitio
A ser sombra y aroma de todos los relatos
Sin haber sido nunca relatadas
Conversan las mujeres para nada
Desde mi propia fiesta de palabras
Yo saludo su lenta ceremonia
Su juego de un misterio tan antiguo
Que se ha hecho invisible
Saludo su tranquila certidumbre
Con un saludo menos indudable
Mas desde una distancia
Tan tenebrosamente antigua
Como la gruta oculta y caldeada
Donde veo que están sentadas
Desde siempre
Charlando


(Casa del nómada, 1992.)

1 comentario:

Anónimo dijo...

"No dicen nada soban las palabras
Se dejan entibiar por su licor el pecho
No dicen nada dicen que hay la vida" ésta parte del texto me fascinó. Dulces palabras, tan dulces como la miel.