Habiéndoselo propuesto o no, mi ciberamigui Marichuy me hizo reparar, con sus últimos posts, en la notable cantidad de personas notables nacidas en octubre. Es de este mes uno de los escritores que por más tiempo me ha acompañado, Oscar Wilde; otro octubreño fue llamado Arthur Rimbaud en vida, cuando con su palabra trastornada puso la poesía —y lo que entendemos por poesía— de cabeza, de pie, de culo, de costado, y jaló las vísceras lingüísticas, poéticas, fuera de su cuerpo habitual. Cuando pronunciamos el nombre del mes tendríamos que mencionar también a Friedrich Nietzsche, Alfred Nobel, Mahatma Gandhi, John Lennon, Vladimir Horowitz, el recientemente fallecido Luciano Pavarotti... sin olvidar a mi vecina Babel, ni a mi querida Mafalda, ni a la grandiosa Marichuy, desde luego... Tendríamos que conmemorar a muchos otros, pero mi cabeza se llena con el recuerdo de unos cuantos.
Quise hacer de octubre mi pretexto. Pre-texto: una coartada para emprender la escritura de un texto. Para que el blog no luzca tan abandonado, aunque eso ¿a quién le importa? Pero si quieres ser escritor tienes que escribir. Para mantenerte en forma. Escribir sí, pero ¿acerca de qué? ¿Sobre Wilde? Lo veo tan grande que no me atrevo a decir nada de él. ¿Sobre Rimbaud, quien hizo un gran silencio? ¿Quien, tan pronto aprendió a escribir, escribió para aprender a dejar de escribir? Me saldrían puras tonterías.
Prefiero hablar al margen de lo grande. Tocar una figura oscura, no una brillante, si bien mi personaje supo sobresalir entre los de su tiempo con extraña luz... Una luz cenagosa que creaba oscuridad...
Aleister Crowley. Inglés. Nació en 1875. Octubre, por supuesto. A media noche, bajo el tamborileo de las alas de los vampiros. El día 12, fecha que desde 1492 está maldita.
Fue una suerte de antropólogo amateur, un estudioso de las religiones, del misticismo y el esoterismo antiguo y moderno. Se decía mago, vocablo que en nuestra época —cuando la única superstición consentida por nuestros nuevos Papas se llama ciencia— hemos degradado a sinónimo de charlatán o farsante. Crowley fue todo esto y no lo fue, y también fue más: competente alpinista, poeta de delicioso mal gusto, el mayor connoisseur que ha existido del universo de las drogas, un enamoradizo homo y heterosexual, bisexual, pansexual; una bestia sensible, un laberinto humano, un minotauro a la espera de devorar a todos sus otros yos; un vividor, si acentuamos esta palabra en una parte distinta de donde solemos hacerlo. Su vida fue una continua e incansable aventura; Crowley pudo haber dicho, con mayor veracidad que Wilde (en quien Aleister se inspiró para construir su personalidad pública escandalosa y desafiante): "Dejé mi genio más auténtico en mi vida, y en mis escritos tan sólo mi talento".
En efecto, si Wilde, momentáneamente alejado de sus intensas correrías, pasaba solitarias temporadas concentrado en la composición de comedias o narraciones, Crowley, en cambio, era de esos artistas que, mal recobrados de una juerga, o de una expedición al Himalaya, al punto reanudaba la escritura interrumpida. Tras 72 años de pisar pesadamente la tierra, legó a nuestro presente —su futuro— más de 80 libros. Con un volumen tan vasto, la calidad de estas páginas tenía que ser, por fuerza, desigual. Al menos en lo literario, pues no tengo credenciales para juzgar si su magia (él escribía magick, para diferenciarla del ilusionismo vulgar, magic) conlleva algo profundo o queda en mera payasada; pero ¿cómo menospreciar una cosa, la que sea, cuando un hombre consagra a ella su vida entera?
Crowley, el poeta, no es interesante. O no lo es la mayoría de las veces. Me parece un romántico tardío o, más precisamente, un pseudorromántico, que les roba a algunos contemporáneos de Lord Byron la ropa más ligera: el "malditismo", la gana de épater le bourgeois, el fingido desdén por la alta sociedad —pero algo, y muy grande, le falta: le falta la carencia, valga la expresión. La formidable operación de los románticos ingleses y alemanes se gestó a lo largo de un pedregoso camino de búsqueda espiritual; sin embargo, los escritos literarios del ocultista británico no me dejan sentir el vacío o pobreza que llevó a sus modelos a buscar o a forjar una nueva lengua. Y es que Crowley creía conocer, de antemano, las respuestas a nuestras peores dudas. Por cierto, eso es lo que me impide tomar en serio a la magia: ese carácter de abusiva autosuficiencia, de hartura hueca, ignorante de sus propios agujeros. La obra de Crowley, poeta a veces, pero siempre harto y hueco, refleja dichos defectos: en su escaso afán de experimentar, en un reducirse a retomar las rimas tradicionales, los motivos típicos; un balbuceo, en fin... Aunque, leído de otra manera, pudo haber sido el balbuceo de Crowley su aportación más original a la era moderna. El destrozo psíquico sufrido por el mísero mortal que se enfrenta a la inmensidad de Lucifer, o que cede su personalidad para que el inmortal Diablo encarne en él, en el humano, en su pequeñez de criatura temporal; esta ruptura psíquica se manifiesta de forma verbal, en los poemas de Crowley, como un vagido animal, como una voz prehumana, antediluviana, no edénica pero sí prehistórica, bestial. Si la posesión diabólica del artista había venido dando lugar, por los siglos de los siglos, a creaciones intrincadas, con Aleister Crowley atestiguamos la posesión en un simple balido. Menos que un cántico, menos que una tonada: el desconcierto de las especies irracionales, la satisfacción brutal o el miedo también brutal, el aullido lejano en la montaña. Me refiero a la invocación a Pan que hace Crowley ("Io Pan!"), retomándola desde antiguos textos griegos.
Pan ("pastor" en aquel idioma) es, ustedes lo recuerdan, una deidad relacionada con la potencia sexual animal y con la fertilidad de los campos. En su carácter de santo patrono de la naturaleza salvaje, los cabreros le encomendaban sus rebaños para que no fueran lastimados por las lluvias o el mal tiempo; la palabra "pánico" ("terror pánico") designaba, de hecho, la reacción que observamos en el ganado cuando se avecina una tempestad. Pan, de temperamento juguetón e impredecible, cual corresponde a una orgullosa divinidad clásica, era particularmente temido por las poblaciones rurales de Arcadia, en el Peloponeso, donde su culto era importantísimo. Arcadia, más pobre que otras regiones de Grecia, no veneraba al toro —el animal sagrado de la Grecia rica—, sino al macho cabrío; y es la forma de Pan un monstruo híbrido de hombre y cabra. Dada la ambivalente fama de Pan entre los campesinos, el cristianismo victorioso adoptó al monstruo-dios para representar al Diablo.
La exclamación "Io Pan!", que para el entendimiento intelectual común no significa nada, no sólo fue recordada por Crowley, sino por otro poeta —este sí grande y abismal: Ezra Pound (uno de cuyos poemas da nombre a este blog). No sé de cierto si Pound y Crowley llegaron a conocerse en persona, pero no sería nada improbable, pues Pound actuó durante un tiempo como secretario de otro autor admirable, W. B. Yeats, cofrade de Crowley en la Orden Hermética del Alba Dorada (Hermetic Order of the Golden Dawn), una de las sociedades secretas más influyentes en el esoterismo del siglo XX. ¿Han oído hablar de una cosa llamada Wicca, muy de moda entre adolescentes? Pues en buena medida proviene de la Golden Dawn.
El aullido de Crowley es bestial, y bestial significa amoral, pues no podemos dejar de tener en cuenta que el satanismo crowleyano no es el que la injusta cristiandad imaginó durante la Edad Media, con "el chamuco" como líder de una pandilla de brujas; un dios, a fin de cuentas, que se opone a otro dios. Ciertos versos de nuestro insigne pecador inglés podrían confundirnos y hacernos creer que él practicaba este satanismo de novela gótica; pero no: al invocar al Demonio, Crowley era consciente de que no existe una entidad espiritual exterior que un brujo pueda atraer con plegarias abstrusas. El Demonio de Crowley es una fuerza interna oculta, latente en no pocos seres humanos; un vigor creativo, desaprovechado por la mayoría de nosotros, y del cual nos atemoriza su semejanza con la locura, su modo de ser incontrolable, por lo que preferimos contenernos en nuestra mediocridad y nuestra cobardía cotidiana. Es Crowley el nexo entre Nietzsche (cierto Nietzsche) y el "satanismo" actual (que, a mi juicio, ni siquiera debería denominarse así) de Anton Szandor LaVey y su Iglesia de Satán.
No obstante los señalamientos opuestos al autor inglés, su literatura resultó suficientemente cautivadora para estimular a un remoto lector en Portugal, nada menos que Fernando Pessoa, a verter en su idioma el Hymn to Pan del mago. La verdad es que lo que empujó a Pessoa hacia Crowley fue, en primer término, su interés por la astrología: habiendo observado que el horóscopo que de sí presentaba Crowley en sus Confesiones contenía una ligera equivocación que desbarajustaba todo el trabajo, Pessoa, astrólogo él mismo, se comunicó con La Bestia para, cortésmente, indicar el yerro, iniciándose así, diríamos que por gracia de los astros, una amistad "a larga distancia" entre los dos poetas.
Pessoa y Crowley se entrevistaron en septiembre de 1930, en Lisboa. Poco después, el mago desapareció. Un periodista encontró su cigarrera tirada al filo de un acantilado en Cascais, localidad costera próxima a la capital portuguesa. Dentro de la cigarrera había una hoja de papel con este breve texto: "No puedo vivir sin ti. La otra boca del infierno me devorará, pero no será tan calurosa como la tuya".
Boca do Inferno es el nombre del cráter rocoso en cuyo borde halló el periodista la carta.
La policía descubrió que Aleister y su amante del momento, Anni Jaeger, habían estado riñendo antes de la desaparición de él, y que ella había terminado por huir a su natal Alemania, abandonándolo. ¿Es que eligió morir ridículamente de amor el hombre que firmaba sus comunicados con los alias de 666 y La Bestia? ¿"El hombre más malvado del mundo", según la prensa sensacionalista de su país? Nadie ha resuelto, que yo sepa, el pequeño misterio —que intuyo más guasón que tétrico, dada la socarronería de Crowley y Pessoa, tenidos falsamente por fúnebres— de lo que ocurrió durante aquellos extraños días en que el hoy reverenciado Fernando Pessoa tuvo que rendir declaración ante las autoridades por sospecharse la muerte de un excéntrico. Al parecer, la pretendida evanescencia del mago fue en realidad una fuga, un "montaje" urdido entre ambos escritores, pero ¿con qué finalidad? De cualquier modo, Aleister volvió a dejarse ver, esta vez en Alemania, junto a Anni, y nunca dio explicación de la encendida esquela de Boca do Inferno, que, para Pessoa, estaba codificada en clave "espiritista". ¿Creía de veras Pessoa, como aseguró, haber hablado con el "cuerpo astral" de Crowley? Las repentinas apariciones de éste en Alemania, ¿qué significan? ¿Fue Aleister Crowley un espía de Inglaterra? ¿O quizá de Alemania, como algunos han sugerido?
Lo que se ha comprobado es que el espía y novelista Ian Fleming —famoso por haber creado la saga de James Bond—, comandante en la Segunda Guerra Mundial del Servicio de Inteligencia Naval del Reino Unido, pretendía involucrar a Crowley en la realización de diversas ideas: la hechura de cartas astrológicas falsas con las cuales "seducir" a Rudolf Hess, el supersticioso lugarteniente de Hitler; cuando Hess aterrizó en Escocia con un fantástico plan que unificaría a alemanes e ingleses en contra de la Unión Soviética, Fleming propuso que Crowley participara en la confección de los cuestionarios policiacos que el líder nazi tendría que contestar; una tercera idea de Fleming (que, al igual que las anteriores, fracasó) fue la de utilizar el idioma enoquiano, el llamado "lenguaje de los ángeles", como código que difundiera subrepticiamente mensajes falsos al enemigo.
Fleming recibió escaso apoyo en su intento de aprovechar para el espionaje nacional las dotes de hierofante de Crowley, pero una inesperada presencia de éste en nuestra vida diaria es la universal "V" de victoria con que saluda Churchill desde tantas fotografías. Este gesto —adoptado luego por los hippies y, finalmente, por todo el mundo— donde los dedos índice y cordial se elevan sobre los demás formando una cornamenta, fue diseñado por Crowley para Churchill como un signo protector, un amuleto que contrarrestara el poder de la cruz gamada.
Aleister Crowley murió el 1 de diciembre de 1947.
Una de las obras en verso mejor conocidas de Crowley —firmada con el pseudónimo de The Master Therion, "El Maestro Bestia"— es Hymn to Pan, publicado por primera ocasión en la revista The Equinox (volumen III, no. 1, marzo de 1919) y reproducido posteriormente en el libro Magick in Theory and Practice. He traducido este poema. El epígrafe es un extracto de la tragedia Áyax, de Sófocles. También lo he traducido, mas no del griego (quién supiera griego); me basé en la versión inglesa de Áyax de Sir Richard Claverhouse Jebb disponible en Wikisource, así como en la versión portuguesa del epígrafe que ofrece Sebastián Santisi en el estupendo sitio web que consagra a Fernando Pessoa. Pessoa, ya lo dije antes, tradujo el Hymn al portugués.
Los versos 695 a 705 del coral 5 de Áyax dirían en español:
"¡Me extasío, me irrito,/ me elevo en alas de alegría súbita!/ ¡Oh Pan, manifiéstate, pirata,/ desde las arduas crestas de Cilene batida por la nieve!/ ¡Rey que a los dioses haces bailar, ven/ para que con tu abrazo me enseñes la alegría,/ me enseñes pasos de Nisia y de Cnosos!/ Por ahora, mi único deseo es bailar./ ¡Y quiera Apolo, príncipe de Delos,/ sobre aguas ícaras venir conmigo/ en presencia y espíritu amorosos!"
A Pan y Apolo encomendamos en este octubre lúgubre el espíritu chocarrero de Aleister Crowley.
Himno a Pan
El Maestro Therion
ephrix erõti periarchés d' aneptoman
iõ iõ pan pan
õ pan pan aliplankte, kyllanias chionoktypoi
petraias apo deirados phanéth, õ
theõn choropoi anax
Sófocles, Áyax
iõ iõ pan pan
õ pan pan aliplankte, kyllanias chionoktypoi
petraias apo deirados phanéth, õ
theõn choropoi anax
Sófocles, Áyax
¡Tiembla con la cimbreante lujuria de la luz,
Hombre mío! ¡Mi hombre!
¡Ven de la noche a nosotros corriendo
De Pan! ¡Io Pan!
¡Io Pan! ¡Io Pan! ¡Ven sobre el mar
Desde Sicilia y desde Arcadia!
Vagabundo cual Baco, entre fauno y leopardo
Y sátiros y ninfas que Te guarden,
A lomos de un asno de leche, ven sobre el mar
A mí, a mí,
Ven con Apolo en vestido nupcial
(Pastora y pitonisa),
Ven con Artemis, calzada con seda,
Y lava, hermoso Dios, Tu blanco muslo
En la luna silvestre, en el monte de mármol,
¡La aurora acribillada de la fuente ambarina!
Moja el púrpura de la oración apasionada
En el sagrario carmesí, la red escarlata,
El alma que se sobresalta en ojos de azul
Si brama Tu lascivia penetrando
El bosque despeinado, la corteza nudosa
Del árbol vivo que es alma y espíritu
Y es cuerpo y es mente —ven sobre el mar
(¡Io Pan! ¡Io Pan!),
Demonio o Dios, ¡a mí, a mí,
Hombre mío! ¡Mi hombre!
¡Ven con trompetas sonando estridentes
Por encima de la colina!
¡Ven con tambores graves murmurando
Desde los manantiales!
¡Ven con flautas y ven con gaitas!
¿No ves que ya estoy listo?
Yo me arrisqué, me arrastré, arremetí
Contra el aire que no tuvo ramas para anidar
Mi cuerpo hastiado de abrazos vacíos.
Fuerte como león, con filo de áspid—
Ven, ¡oh ven!
Aterido me siento
A solas con la concupiscencia del infierno.
Saje tu espada mis rudos grilletes,
Devorador-engendrador-de-todo;
Fíame la señal del Ojo Abierto
Y el alto signo del muslo espinoso
Y el verbo de locura y de misterio,
¡Oh pan! ¡Io Pan!
¡Io Pan! ¡Io Pan! ¡Io Pan! Pan,
Pues soy un hombre:
Hágase Tu voluntad, según puede un gran dios,
¡Oh Pan! ¡Io Pan!
¡Io Pan! ¡Io Pan! ¡Pan! Desperté
Entre los anillos de la serpiente.
Con pico y garras acuchilla el águila;
Los dioses se retiran:
Las grandes bestias vienen, ¡Io Pan! He nacido
Para morir bajo el ataque
De un cuerno de Unicornio.
¡Yo soy Pan! ¡Io Pan! ¡Io Pan! ¡Pan!
Yo soy Su consorte, Su hombre,
Cabra de Su rebaño, soy oro, yo soy dios,
Carne para Su hueso, flor de Su vara mágica.
Con pezuñas de acero corro sobre las piedras
De solsticio a equinoccio, testarudo,
Y desvarío y violo y deshonro y desgarro
Eternamente, mundo sin final,
Maniquí, ménade, muchacha, macho,
En la fuerza de Pan.
¡Io Pan! ¡Io Pan! ¡Pan! ¡Io Pan!
19 comentarios:
Un misterioso personaje...
.......
Erat, la poesía es de mucho respeto para mi, los poetas y su personalidad me son aún más enigmáticos e inquietantes. Pessoa me gusta más que Crowley. Este pequeño ensayo me ha ayudado mucho en el aspecto de telarañas; digo, ya que me las forme y me cerré y ni quise arriesgarme a entrar en el mundo misterioso y loco de Crowley.
Hay un hilito insignificante que divide la verdadera locura y el vuelo locuaz; todos los imaginadores estamos en riesgo de cruzar y llegar al mundo no retornable de la locura... jejejej eso me es aún más enigmático...
Me encanta ser una bella luna de octubre... Un abrazo y un beso...
Mafalda
Me queda mucho por ver, Erat Hora. Mientras tanto, la convención nacional democrática ¿verdad?
¿Y este personaje?
que interesante... Crowley no, no, tengo que digerirlo bien.... o que tal "deja te digiero" saludosss
¿Por cierto de que mes eres Erat?
Yo: 27 julio, si Leo
Gracias por el sitio de Pessoa, el portugues, sono y sonho (soñar de querer dormir y soñar de soñar).
Aiii pero qué bonito que escribe usted :)
Tan interesantes sus artículos.
Definitivamente si.
Interesante y bien, que no e slo mismo, se te dan los 2.
Y en tu caso, para mi estimada Ana, no creo no me parece ser de digestión, no.....es de disección.
Un abrazo.
A todos los lectores, anónimos y pseudónimos incluidos: muchas gracias por tomarse el tiempo de leer mis cosas.
Babel:
Te agradezco de todo corazón por tu apoyo.
Luis Ricardo:
Ya estaremos hablando de ese tipo de temas en El pedote de FeCal, donde espero recibir tus comentarios y los de los lectores interesados en nuestra vida política y social.
Ese Champy.
En tu perfil dice que vives en Monterrey. ¡Babel y yo nacimos allá! Desde mi niñez he vivido en diferentes lugares, pero me encanta Monterrey y pasé una época importante de mi vida allá.
Mafalda:
A mí también me gusta mucho más Pessoa que Crowley. En cuanto a biografías, estoy seguro de que, al contrario del aventurero Crowley, la vida más rica de Pessoa se encuentra (¿o se pierde?) en sus acontecimientos invisibles, hacia dentro de él mismo.
Ana:
Nací un 2 de junio de hace algunas décadas, lo que me convertiría, según Aleister Crowley, en un Géminis; aunque tengo los defectos combinados de los Leo, los Aries, los Tauro, Virgo, Libra, Escorpio, Sagitario, Capricornio, Acuario y Piscis. Por su parte, mis amigos aseguran que soy un Cáncer para la sociedad.
Erat,
Ahora si que Champy dio la palabra, deja lo disecto...merci.
Sin atar cabos de Crowley, me hizo pensar en los pintores ingleses, franceses, holandeses y belgas en pleno "efecto" del primer liberalismo económico, ahi en el mismisimo centro del poder entre el siglo XIX y XX.
Pero como bien decías tu "no tenía las carencias", lo interesante es que entran a estas historias, simbolos, leyendas de todos los tiempos al inconsciente colectivo segun Carl Jung, a todas las religiones y sus efectos en los arquetipos.
De hecho el arquetipo del mago de magick de Crowley me imagino ¿es el de Jung?. ¡Que interesante Erat!
Me rei mucho con los atributos astrológicos.
Buen fin de semana
¿...a cada golpe de liberalismo económico mundial hay una oleada de evasión al mundo de lo que no es tangible?
¿La humanidad necesita creer mas en el mas alla...? Es una respuesta a considerar que el lado oscuro terrenal tiene sus jefes en el lado oscuro universal.
Despues de un siglo... orale.
Querido erat
Gracias por coadyuvar a disminuir, aunque sea un poco, la bastedad de mi ignorancia. Espléndido tu post, y enigmático e interesantísimo personaje.
Un abrazo
Saludos Erath
Como siempre es un lujo leerte
erat yo tambien soy de octubre ;-). Disculpa hace mucho no me doy la vuelta por aqui ni por alla ni por ningun lado y desafortunadamente cuando vengo a verte es para pedirte un favor, esperaba escribirte a tu mail, pero no lo tengo. En fin he colgado en mi blog un post dedicado a la ayuda a Tabasco, queria pedirte si podrias copiar la información y colgarla en tu blog tambien`, no se me ocurren muchas maneras de ayudar, salva hacer una donación y colgar este mensaje de ayuda. Muchas gracias de antemano.
Un beso
Otro himno a Pan:
LE GRAND PAN
Du temps que régnait le grand Pan,
Les dieux protégaient les ivrognes :
Un tas de génies titubants
Au nez rouge, à la rouge trogne.
Dès qu'un homme vidait les cruchons,
Qu'un sac à vin faisait carousse,
Ils venaient en bande à ses trousses
Compter les bouchons.
La plus humble piquette était alors bénie,
Distillée par Noé, Silène, et compagnie,
Le vin donnait un lustre au pire des minus,
Et le moindre pochard avait tout de Bacchus.
Mais se touchant le crâne, en criant "J'ai trouvé !"
La bande au professeur Nimbus est arrivée
Qui s'est mise à frapper les cieux d'alignement,
Chasser les dieux du firmament.
Aujourd'hui, çà et là, les gens boivent encore,
Et le feu du nectar fait toujours luire les trognes,
Mais les dieux ne répondent plus pour les ivrognes :
Bacchus est alcoolique, et le grand Pan est mort.
Quand deux imbéciles heureux
S'amusaient à des bagatelles,
Un tas de génies amoureux
Venaient leur tenir la chandelle.
Du fin fond des Champs Élysées
Dès qu'ils entendaient un "Je t'aime",
Ils accouraient à l'instant même
Compter les baisers.
La plus humble amourette
Était alors bénie
Sacrée par Aphrodite, Éros, et compagnie,
L'amour donnait un lustre au pire des minus,
Et la moindre amoureuse avait tout de Vénus.
Mais se touchant le crâne, en criant "J'ai trouvé !"
La bande au professeur Nimbus est arrivée
Qui s'est mise à frapper les cieux d'alignement,
Chasser les dieux du firmament.
Aujourd'hui ça et là, les coeurs battent encore,
Et la règle du jeu de l'amour est la même,
Mais les dieux ne répondent plus de ceux qui s'aiment :
Vénus s'est faite femme, et le grand Pan est mort.
Et quand, fatale, sonnait l'heure
De prendre un linceul pour costume,
Un tas de génies, l'oeil en pleur,
Vous offraient des honneurs posthumes.
Pour aller au céleste empire,
Dans leur barque ils venaient vous prendre,
C'était presque un plaisir de rendre
Le dernier soupir.
La plus humble dépouille était alors bénie,
Embarquée par Caron, Pluton et compagnie,
Au pire des minus, l'âme était accordée,
Et le moindre mortel avait l'éternité.
Mais se touchant le crâne, en criant "j'ai trouvé"
La bande au professeur Nimbus est arrivée
Qui s'est mise à frapper les cieux d'alignement,
Chasser les dieux du firmament.
Aujourd'hui ça et là, les gens passent encor,
Mais la tombe est, hélas! la dernière demeure,
Les dieux ne répondent plus de ceux qui meurent :
La mort est naturelle, et le grand Pan est mort.
Et l'un des dernier dieux, l'un des derniers suprêmes,
Ne doit plus se sentir tellement bien lui-même.
Un beau jour on va voir le Christ
Descendre du Calvaire en disant dans sa lippe :
"Merde! Je ne joue plus pour tous ces pauvres types !"
J'ai bien peur que la fin du monde soit bien triste.
Georges Brassens
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