viernes, noviembre 14, 2008

Una ciudad, la misma, tu ciudad

Otro poema de Constantino Cavafis, emparentado con Ítaca. Todos sus poemas tienen una misma raíz filosófica y sentimental: estoicismo en cuanto a la filosofía, serenidad en cuanto al sentimiento. La ciudad, más adusta, menos deleitada que Ítaca es, sin contradecirla, casi, en cierto sentido, su reverso. Ítaca impulsa el viaje. La ciudad lo refrena. Cavafis, lo que dice, es que el viaje no es para cualquiera. Que no deberíamos recorrer las ciudades ajenas por las razones equivocadas, esperando hallar en ellas lo que no encontramos en la nuestra. Porque allí donde vamos nos espera la misma ciudad, una ciudad que siempre llevamos con nosotros. Ítaca es pobre para aquel que volvió a ella en estado de pobreza. Si con el viaje nos hubiéramos apropiado de una fortuna, Ítaca nos habría recibido con tesoro y con fiesta. Durante cada uno de nuestros viajes, y antes aun de partir, estamos construyendo la ciudad que llevaremos al mundo.

Como ven, un poema no dice lo contrario del otro. Yo también me he ido lejos y creo que Cavafis entiende una verdad, y a veces hasta creo que salí antes de tiempo; no por la edad —ya no era adolescente, y casi tampoco joven—, sino por la falta de cosas necesarias dentro de mí. Aunque Cavafis recomendaría no perder un segundo más en el arrepentimiento.

La traducción es de Miguel Castillo Didier.

La ciudad

Dijiste: “Iré a otra ciudad, iré a otro mar.
Otra ciudad ha de hallarse mejor que ésta.
Todo esfuerzo mío es una condena escrita;
y está mi corazón —como un cadáver— sepultado.
Mi espíritu hasta cuándo permanecerá en este marasmo.
Donde mis ojos vuelva, donde quiera que mire
oscuras ruinas de mi vida veo aquí,
donde tantos años pasé y destruí y perdí”.

Nuevas tierras no hallarás, no hallarás otros mares.
La ciudad te seguirá. Vagarás
por las mismas calles. Y en los mismos barrios te harás viejo
y en estas mismas casas encanecerás.
Siempre llegarás a esta ciudad. Para otro lugar —no esperes—
no hay barco para ti, no hay camino.
Así como tu vida la arruinaste aquí
en este rincón pequeño, en toda tierra la destruiste.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Ke interesante escritor y me lo encuentroestoy casi por salir del trabajo